Sebastián Nohra
10 Mayo 2023

Sebastián Nohra

Francia a África: una idea que merece crédito

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Mucha energía y tiempo útil en las redes y medios se va por el grifo porque el primer reflejo que tienen millones de personas para digerir una noticia es hacer un cálculo mental para ver cómo ese evento puede perjudicar al sector político que desprecian. Lo importante es sumar pronto una arena al costal de la crítica y encender la llama. El viaje de Francia es un ejemplo de libro.

La oposición consideró un exceso el costo del combustible que usará la vicepresidenta y su comitiva para desplazarse a un continente que no recibe a un presidente o vicepresidente nuestro hace más de dos décadas. Ese fue el disparador de la indignación colectiva. La crítica es miserable por todos sus ángulos. Y si hay un interés genuino en contener el extraordinario crecimiento del gasto público en funcionamiento, que Iván Duque aumentó como nadie en la historia, irse a detallar la gasolina de los aviones es detenerse en monedas de bolsillo. Vayan por lo que sí mueve la aguja y  de lo que poco se habla.

Superada esa discusión de quinto orden, lo que importa es analizar el contexto y el propósito de este viaje de ocho días a Sudáfrica, Kenia y Etiopía al que asistirán congresistas, miembros de cámaras de comercio, funcionarios, empresarios y asesores de Francia. El presidente le ha cortado las alas al interior del gobieno a su compañera de fórmula, esa es una de las razones por las que su papel ha sido caótico y confuso. Sin buen presupuesto y roles concretos cuesta construir una metodología.

Pareciera que este viaje es un intento de Francia por encontrar su lugar en el gobierno, asumiendo una empresa que debería estar liderada por un canciller al que poco le gusta ser canciller. Si la sensibilidad que la vicepresidenta tiene por sus causas y raices son el motor para construir a largo plazo relaciones casi inexistentes con un continente que tiene tanto para ofrecer, pues magnífico.

Los que son detractores por deporte esperarán a que la comitiva no vuelva con anuncios y negocios espectaculaes para darse la razón. Pero se trata de un primer acercamiento con culturas y gobiernos muy ajenos al nuestro. Si Francia logra estructurar su idea con sentido de largo plazo, el presidente no la deja morir en el intento y los gobiernos siguientes recogen lo cosechado, Colombia puede abrir todo un mundo inexplorado. Mirar a África como un continente resagado sin nada para ofrecer es torpe.

Hablamos de un territorio con más de 1.300 millones de habitantes que creó hace poco la zona de libre comercio más extensa del mundo y que viene trabajando en vínculos monetarios y proyectos comunes de infraestructura, que ya quisiera tener América Latina. El legado de la vicepresidenta podría ser, incluso, más provechoso si se concentra en esa y pocas tareas más y no dispersa su fuerza en muchos frentes, tratando de tener un lugar que le ha sido negado en el gobierno.

Creo que se equivoca si se enrosca y mantiene esa posición de no explicar su idea con sosiego y claridad. Perdería una oportunidad de darle fuerza. Sería una gran lección si logra darle sentido y profesionalidad a esta tentativa, y le sube el nivel frente a un servicio diplomático maltratado por este gobierno y que ha llenado de inexpertos y politiqueros. Adelante, vicepresidenta.

 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas