Efrén Martínez
15 Febrero 2025 03:02 am

Efrén Martínez

La ansiedad nos aprieta

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Angustia viene de 'anjo', que significa asfixia y es la misma raíz de angostura, angosto y angostamiento. Lo que quiere decir que cuando hablamos de angustia, estamos hablando de un mundo personal que se estrecha, se aprieta. Tenemos un proyecto de vida que se está estrechando o agotando cuando podemos morir. ¿Cuándo angustia mi proyecto de pareja?, pues cuando puede irse acabando. ¿Cuándo angustia mi proyecto laboral? Pues cuando se va terminando. Son diferentes muertes, por llamarlo de alguna forma. En la medida en que nuestro proyecto se va angostando, bien sea porque existe el riesgo de que eso no continúe o porque no hay suficiente espacio para que exista, se produce un angostamiento de nuestro ser. El miedo es una emoción natural cuando percibimos que lo valioso está siendo amenazado o corre peligro. Bien sea porque sentimos algo raro en nuestro cuerpo y creemos que es un tumor, o vemos que nuestra pareja está muy extraña últimamente, nuestra cabeza comienza a hacer de las suyas y nos empieza a advertir del peligro, porque la angustia te hace abrir los ojos para ver dónde están los riesgos, sean reales o no lo sean, pues a veces percibimos amenazas donde no las hay. Por supuesto que hay angustias saludables, aquellas que nos advierten de los diferentes peligros que corre lo que es valioso para nosotros, pero también hay angustias más difíciles, en donde vemos leones donde solo hay gatitos. 

En la angustia, el cuerpo se aprieta, la respiración se altera, el corazón late más rápido, la temperatura aumenta y nuestro termostato interno va a tener que hacer algo para regularla. Entre más apretados vivimos por supuestas amenazas, más angustia experimentamos, pero entre menos apretados estamos, menos angustia vivimos. Si vives ansioso vives más cansado, estas fatigado. Y si quizás no duermes porque tu cabeza no para, pues no te recuperas y se empeora la fatiga, el cansancio y el nerviosismo. Además, cuando quieres controlar todas las variables para garantizar que no exista el malestar ni la angustia, ni que se acabe algún proyecto de pareja, personal o de trabajo, tienes demasiadas variables de control en la cabeza y no te puedes concentrar: se te olvidan cosas, tienes demasiados insumos y te vuelves irritable también. Llegando a veces a experimentar que te estas volviendo loco o que te vas a morir, sintiendo que todo se pone extraño y llegando a desmayar. La angustia se volvió pánico.

En la angustia te aprietas, te contracturas, se aprietan también tus vertebras, y tienes que jalar la cabeza hacia arriba, porque todo tu cuerpo esta apretado. Y entonces, muy pronto tu cuerpo hablará con tus dientes bruxados, tu espalda adolorida, tu corazón arrítmico, tu colón inflamado, tus migrañas, gastritis y problemas gastrointestinales, o cualquiera otra señal física del estrés. 

No creas que es algo tan extraño. En nuestro país ya son varios millones de casos en los últimos años. Así es que es urgente mejorar el sueño, la alimentación, el entrenamiento físico, las practicas meditativas, la desintoxicación de noticias, el enganche a las pantallas, el contacto con la naturaleza, el autoconocimiento y el desarrollo de habilidades. Pero, sobre todo, buscar la ayuda profesional idónea para estos temas.  

@efrenmartinezo
www.meaningroup.com
 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas