Efrén Martínez
16 Noviembre 2024 05:11 am

Efrén Martínez

La depresión es un tema serio

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No es solo falta de voluntad, pereza o brujería. Cuando la tristeza se vuelve más intensa y permanece gran parte del día, todos los días, surge la falta de fuerza y el cansancio, pues no es tan fácil soportar la vida, podemos sentir que nos rebasa y hasta físicamente experimentar dolor. 

No hay que esperar a que la depresión llegue a límites graves, si notas que tu interés o el placer por las cosas de la vida y las actividades que te interesaban, baja a la mínima expresión la mayor parte del día o casi todos los días, hay que empezar a abrir los ojos. Si además empiezas a perder peso o aumentar el mismo sin esfuerzo alguno; si el sueño empieza a alterarse, bien sea porque no duermes o porque quieres dormir casi todo el tiempo; si tienes cierta sensación de angustia que no sabes cómo manejar y te agitas fácil casi todos los días; si te sientes cansado, fatigado o con pérdida de energía casi todo el tiempo; si la sensación de culpa o de inutilidad te atraviesa y a veces por cualquier cosa te invade; si te cuesta concentrarte y se te hace difícil tomar decisiones, e incluso llegas a pensar que si murieras no pasaría nada y no le importaría a nadie, debes levantar la mano y pedir ayuda de inmediato. Esto es un tema serio.

A veces nos deprimimos por causas biológicas, nuestras hormonas nos juegan una mala pasada, otras veces tiene un origen psicológico fruto de la pérdida de algo que era valioso para nosotros, una forma de depresión reactiva; en otras ocasiones nos deprimimos porque fracasan nuestras estrategias de afrontamiento del estrés y algunas veces por temas existenciales como la pérdida del sentido de nuestra vida. Sin embargo, sea cual sea el origen, la depresión es un tema serio y hay que buscar ayuda, así como hacer diariamente algo que en algún momento le haya dado sentido, algo que te active la vida, así no tengas ganas de hacerlo. Aliméntate y ejercítate bien, aun sin ganas, ten unos horarios de funcionamiento que te mantengan ubicado en el presente, encuéntrate con personas que te brindan el calorcito de la vida, incluso aunque tu cabeza te dé excusas poderosas para no hacerlo. La sensación de frío, lejanía, distancia, debilidad, lentificación del tiempo y desinterés, pueden combatirse un poco, abriendo escenarios de conexión con aquello que en algún momento ha sido valioso.

Entre la pandemia, las pantallas y el estilo de vida, se agravó todo esto; pero también se abrió la posibilidad de poder hablarlo sin tanto miedo. Habla de lo que te pasa, no te lo guardes, busca ayuda. La soledad y el andar sosteniendo a los demás no suma en estos momentos. Habla y hazlo pronto.

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