Marta Orrantia
17 Febrero 2025 03:02 am

Marta Orrantia

A lo Bestia

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

¿Qué somos capaces de hacer por dinero? ¿Qué somos capaces de hacer con él? El dinero lo compra todo. No solo lo material, sino que compra presidencias, compra conciencias, compra amigos y lealtades, compra países enteros. El dinero habla y legiones enteras obedecen.

Hace poco vi cómo, en un reality de televisión, un personaje llamado Mr. Beast (el señor Bestia) apiló una montaña de dinero con un millón de dólares en fajos de billetes. Había diez concursantes y cada uno debía tomar un poco de ese dinero, lo que su conciencia le dictara. El primero tomó cien mil. El segundo, un poco más, y el tercero agarró 650.000 dólares y dejó al resto de los concursantes frustrados y pobres. Este concursante alegó (con un poco de arrepentimiento y con maletines enteros de dinero frente a él) que había tenido una vida dura y que necesitaba la plata.

Mr. Beast es un youtuber famoso que tiene más de 350 millones de suscriptores en su canal y cuyo éxito radica en que pone a la gente a hacer cosas extremas y a menudo humillantes para ganar algo de dinero. Lo suyo es ver hasta dónde puede llegar la gente pobre para obtener plata. Este chico (porque es un chico, a sus 26 años) explora esos límites. No le interesan los individuos sino el conjunto, el colectivo, esa sociedad amorfa y sin rostro que se agolpa buscando un cupo en su reality, sin importar qué tanto tenga que entregar a cambio, moralmente hablando.

La pregunta, sin embargo, debería ser la contraria. No hasta dónde llega la gente pobre por dinero, sino hasta dónde llega el poder corruptor del dinero en quienes lo tienen en abundancia, y para enseñarnos eso está el otro reality, uno que ocurre en la vida real, pero que parece sacado de un episodio de Mr. Beast.

Donald Trump, exhibiendo unos castigos monumentales a quienes no se humillen frente a él, ha doblegado a Canadá, a México y a Panamá, y ha hecho temblar a los daneses y a los palestinos con sus amenazas de expansionismo. Al interior de su propio país y, ayudado por el hombre más rico del mundo, se ha convertido en el verdugo de miles de personas, casi todas muy pobres. Porque las decisiones que él y Elon Musk han tomado con la excusa de reestructurar el Estado no solo afectan a los empleados federales de Estados Unidos y a sus familias, sino que arrasan con programas de alimentación, vacunas, educación y tratamientos para el sida en las comunidades más necesitadas del planeta.

Tanto Mr. Beast como Trump y Musk usan el poder del dinero para humillar, asustar y violentar a los pobres. Lo peor de todo es que los tres parecen disfrutar el proceso.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas