Johana Fuentes
18 Octubre 2024 11:10 am

Johana Fuentes

Lorduy, renuncie

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Para nadie es un secreto que el Consejo Nacional Electoral (CNE) está integrado, en su mayoría, por personajes cuestionados  que llegan a favorecer a los partidos políticos que los eligen. Sin embargo, no actuar ante las denuncias por acoso sexual y corrupción en contra de su presidente, deslegitima aún más el actuar de ese órgano. 

Los señalamientos contra César Lorduy no son algo menor. En una entrevista publicada en CAMBIO, la representante a la Cámara de Fuerza Ciudadana, Ingrid Aguirre, contó que el magistrado del CNE le pidió dinero a su movimiento político para favorecerlos en una decisión que estaba en sus manos. Ante la negativa, Lorduy le propuso pagarle con favores sexuales. Aguirre lo denunció ante la Fiscalía y hasta el momento —como suele suceder en estos casos— no ha pasado nada. 

César Lorduy fue la cuota de Cambio Radical y del clan Char en el CNE, luego de fracasar tratando de dar el salto de la Cámara al Senado. Su última actuación en el Congreso fue promover y defender un ‘mico’ en la Ley Anticorrupción que atentaba contra la libertad de prensa. 

En 1979, fue acusado de homicidio culposo por la muerte de Alicia Mercedes Ribaldo. El caso prescribió, y aunque el magistrado asegura que se trató de un accidente, la familia de Ribaldo sigue reclamando justicia. Hace unas semanas, la representante a la Cámara Jennifer Pedraza le recordó el episodio al retirarse de un panel que conmemoraba los 70 años del voto femenino en Colombia. Pedraza  consideró que era un insulto para las mujeres que Lorduy moderara el encuentro, al estar involucrado en la investigación de ese presunto feminicidio. 

Eso no es todo, la representante a la Cámara Catherine Juvinao, me cuenta que el magistrado ha tenido señalamientos por acoso sexual sistemático, haciendo referencia al caso de la gestora cultural Daniela Cura, quien aseguró sentirse hostigada y presionada por el político para que apoyara la redacción de un proyecto de ley que buscaba rendir honores a Esther Forero. 

El Consejo Nacional Electoral siempre ha estado politizado. En el Congreso se hacen acuerdos para que todos tengan allí su tajada y se barajan nombres —generalmente excongresistas o quemados de las legislativas— para asegurar que ese tribunal los beneficie cuando corresponda. Así se ha normalizado que pase de agache cualquier tipo de escándalo que involucre a alguno de sus miembros. 

Germán Vargas Lleras, jefe de Cambio Radical, anunció ayer —después de varios días de silencio— que el partido le abrió un proceso disciplinario al magistrado por la denuncia de Aguirre. Será un saludo a la bandera. 

César Lorduy, que tiene intención de volver al Senado en las elecciones de 2026, debe renunciar a su cargo y dedicarse a su defensa desde afuera. Es impresentable que una persona con ese tipo de acusaciones ocupe cualquier cargo público en Colombia. 

Esquirla: el presidente Gustavo Petro pidió la renuncia de Lorduy. Ojalá  tuviera esa misma vehemencia y firmeza con los miembros de su partido cuestionados por violencia basada en género, como Hollman Morris, a quien premiaron con la gerencia de RTVC o Armando Benedetti a quien le revivieron una embajada. 

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