Efrén Martínez
7 Diciembre 2024 03:12 am

Efrén Martínez

Los líderes de la soberbia

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La soberbia en el líder podría intimidarte y su tendencia a exaltarse a sí mismo atribuyéndose méritos y cualidades mayores que las que tienen, podría realmente fastidiarte. Viven llenos de fantasías grandiosas acerca del dinero, el éxito, la fama y la belleza, esperando ser admirados al suponerse “especiales” y pensando solo en ellos mismos y en lo magníficos que son. 

En la soberbia se considera que las normas son inaplicables a su realidad particular y que son merecedores de todas las indulgencias y el perdón de los demás cada vez que se aprovechan o pasan por encima de alguien. No soportan la autoridad y parecería que poseen una atención flotante a la espera de detectar posibles descalificaciones o situaciones en las que alguien pueda ponerse un poco encima de ellos. Si les preguntan algo, es porque está en duda su valía personal. Si les piden un informe es porque no confían en su palabra. Si no se dan cuenta de su presencia y no los saludan de forma especial, los están atacando. Si les hacen un reclamo, es porque el otro es un atrevido.

La vanidad, la presunción y la arrogancia son las características de la soberbia, intentando vanagloriarse buscando admiración, cuidando la fachada construida para esconder los aspectos menos favorables. En la soberbia existe una extrema vulnerabilidad a la crítica, ocultando estos sentimientos para no mostrar debilidad. En la soberbia nos puede costar estar en contacto con nosotros mismos y con nuestro mundo emocional. 

El soberbio piensa de manera global, tan grandiosa y extremadamente selectiva que le impide ver los detalles turbios de su forma de ser y lo especializa en ver las fallas de las demás personas, por ello ve en principio todo muy fácil para él, considerándose excepcional y borrando de su mente cualquier posibilidad de fracaso o de meta que los rebase, obviando el proceso de esfuerzo que implica y centrándose solamente en la meta grandiosa que ven. 

Su pobre flexibilidad los convierte en jueces implacables de los demás, siéndoles muy complicado tomar distancia de sus opiniones, llegándolas a considerar como certezas indiscutibles, motivo por el cual los puntos de vista contrarios sencillamente están equivocados y son desechados a la brevedad, a veces agredidos y generalmente descalificados.

Al estar ciegos a sus propios problemas y enfocados en los problemas, dificultades o debilidades de los demás, solo captan los puntos negros del mundo, generando grandes descalificaciones y críticas que les permiten ubicarse por encima de los otros, tendiendo a dar alternativas que nunca aplican a sí mismos e incluso convirtiéndose en excelentes consejeros. 

El soberbio descarga su malestar con algunas personas que por su estilo suelen amenazar su sensación de valía, siendo reticentes a escuchar críticas, feedback o recomendaciones que los alejen de estar siendo felicitados. La descalificación es la principal característica que tienen, tornándose a veces humillativos cuando se sienten subvalorados, agresivos o burlones con aquellas personas que los fastidian. Dicha descalificación puede ser actitudinal con ciertas posturas de grandeza, mirando a las personas de arriba abajo, ignorándolas o saludándolas sin ni siquiera mirarlas. Las formas de la soberbia son amplias, desde la indiferencia con quienes no les agradan, hasta las formas prepotentes en las que hablan de sus grandes éxitos laborales, inventos, triunfos, ganancias o adquisiciones mostrando un halo sutil de sobradez y superioridad. 

Cuan ciego vuelve la soberbia al líder. Cuan complaciente y sin carácter, aquel que fruto del miedo no es capaz de  decir lo que debe decir. Un liderazgo auténtico requiere de una buena dosis de humildad.

@efrenmartinezo

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