Juan Camilo Restrepo
23 Mayo 2025 03:05 am

Juan Camilo Restrepo

Multilateralismo, 'a rejo'

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Que Colombia se disponga a firmar los protocolos de la Ruta de la Seda con China, no tiene nada de raro ni de inconveniente.

Hoy en día, cerca de cien países tienen firmados este tipo de protocolos con China. Que no son otra cosa que programas para acentuar la cooperación con China para avanzar en proyectos principalmente de infraestructura.

Lo que sí es inconveniente e innecesario es que el presidente Petro resuelva ahora (creyendo que gana popularidad poniéndole sordina a su pésimo gobierno) subir los decibeles contra los Estados Unidos, en una anacrónica postura antiyanqui del estilo pasado de moda que se utilizaba por algunos en América Latina en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.

Podemos fortalecer perfectamente los lazos comerciales y de inversión con la China sin necesidad de ponernos a 'torear' a Trump, sobre todo cuando el gobierno de Gustavo Petro tiene rabo de paja. 

Tal como se pondrá en evidencia cuando nos descertifiquen con toda seguridad por nuestras 300.000 hectáreas en coca, y cuando evitamos adelantar una diplomacia comercial inteligente -y digna, por supuesto, con Estados Unidos- orientada a que nos quiten el arancel del 10 por ciento que tanto puede perjudicar nuestras exportaciones.

Así como ser accionista mayoritario de Ecopetrol no le da al Gobierno patente de corzo para hacer lo que le dé la gana con la empresa, así tampoco los Estados Unidos tienen atribuciones como accionista mayoritario que son del BID o del Banco Mundial, para imponerle a los países minoritarios sus visiones políticas en estas multilaterales.

En el BID y en el Banco Mundial los proyectos se apoyan o se rechazan por sus méritos y por su coincidencia con las políticas suscritas por todos los miembros que son accionistas en estas dos entidades.

Dentro de la catarata de noticias que han salido en las últimas horas, quizás la más preocupante para Colombia es la de que el gobierno de Donald Trump se dispone a interferir en las decisiones de estas dos multilaterales para imponer, 'a rejo', los caprichos de la Casa Blanca, como retaliación contra nuestro país, o contra quien profundice sus relaciones comerciales o financieras con China.

Es lo más primitivo y rudimentario que se le ha escuchado del señor Trump. Y de sus consejeros, como Claver Carone, que es el ave negra de la Casa Blanca.

No son épocas estas para ser obsecuentes ni con China ni con Estados Unidos: si proponen buenos negocios para Colombia, debemos aceptarlos. En caso contrario, rechazarlos.

El multilateralismo se basa en el respeto por la soberanía de los países. No son el foro para que el más fuerte imponga 'a rejo' sus caprichos.

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