
Cuando asesinaron a John Lennon, Gabriel García Márquez escribió una bella columna en El País de España. La tituló Sí: la nostalgia sigue siendo igual que antes quizás porque todo lo que tiene que ver con Los Beatles ya viene cargado de una profunda nostalgia. Hay quienes afirman que la nostalgia es solo posible si se ha sido feliz y, la verdad, es que el cuarteto de Liverpool ha hecho felices a muchas generaciones en todo el mundo. Hacen parte indeleble del carácter del planeta, en su meridiano más hermoso: el sutil, inocente y festivo. Por eso, en ese momento, García Márquez citó a un buen amigo: “Oigo a los Beatles con cierto miedo, porque siento que me voy a acordar de ellos por el resto de mi vida. Es el único caso que conozco de alguien con bastante clarividencia para darse cuenta de que estaba viviendo el nacimiento de sus nostalgias”.
Por eso, cuando hace unos días empezó a sonar en las emisoras y plataformas la nueva canción de Los Beatles Now and Them, supe que irremediablemente estaba asistiendo al nacimiento de una nueva nostalgia y, otra vez, tenía que ver con Los Beatles. Hablé con varios amigos fanáticos y todos estaban conmovidos. Mi amiga Ángela me mostró el video y con unas cuantas lágrimas vi, gracias a la inteligencia artificial, a John, Paul, Ringo y George otra vez juntos, en camaradería, haciendo un nuevo himno al amor a partir de un demo grabado en los años setenta por John Lennon con un piano al que se agregaron unos acordes de guitarra que George Harrison grabó en 1995 y al que se sumaron en 2022 Paul McCartney y Ringo Starr.
Que Now and Them sea primer lugar en las listas del Reino Unido y en el mundo es un triunfo de la belleza en tiempos propicios para lo grotesco. En un mundo fracturado por el odio y las guerras, la gente vuelve a pedir en las emisoras una canción de amor. La voz de Lennon llega desde un tiempo que ya no es y se acomoda al vértigo contemporáneo como ocurre con las obras clásicas que siempre se adaptarán a los siglos y sus circunstancias. Así, la voz de Lennon y los acordes de George Harrison triunfan, como el Cid campeador, después de muertos.
La película Yesterday, de Danny Boyle, recrea la fábula de cómo sería un mundo sin Los Beatles en el que Jack Malik (el protagonista) es el único que recuerda sus canciones. No dudo de que, sin ellos, el mundo sería un poco más denso y aburrido, pero por fortuna es un mundo donde se ha dado la prodigiosa aventura de la vida y donde hay testimonio del amor a través de muchas de sus canciones que nos dejaron para siempre.
Volví a ver el video de Now and Them y al final los cuatro integrantes se desvanecen sobre la pantalla. Desaparecen pero hay algo que perdura allí. Quedan fijados indelebles en la retina de los espectadores y en la memoria cultural de todos porque, además, Los Beatles son parte de la banda sonora del mundo y de varias generaciones y son responsables de la formación ética y sentimental de muchos. Siguen siendo, seis décadas después, agentes de cambios culturales trascendentales para comprender el presente y trazar algunas de las coordenadas del futuro.
Viene otra vez a mi memoria la imagen de Mark David Chapman, quien asesinó a John Lennon en la puerta del Edificio Dakota en la calle 72 de West Central Park. El asesino de Lennon había leído El guardián entre el centeno de J. D. Salinger y se creyó una versión viva de Holden Caulfield. La voz de Lennon hoy, en los primeros lugares de las emisoras, como si estuviera vivo, es un acto de justicia poética. Su impacto en la música y la sociedad ha trascendido las décadas, y su capacidad para abordar temas universales asegura que su relevancia perdure en el tiempo. Al explorar la riqueza de su música, no solo recordamos una época pasada, sino que también descubrimos una brújula atemporal que guía nuestra comprensión de la condición humana.
Qué hermoso que en medio del desastre de tiempo y de civilización que presenciamos, existan las canciones de Los Beatles y que ellas hablen de todos nosotros. Ojalá nunca sea tarde para comprender cada una de las letras y disfrutar su melodía. Lennon ha regresado con sus compadres a recordarnos que el amor y la compasión son lo único que nos pueden salvar como especie. Si en uno o dos siglos (si el mundo continúa existiendo) y si sobrevivimos a las guerras, pestes y el cambio climático, ojalá las generaciones del mañana vuelvan a Los Beatles e intenten comprender que este tiempo de barbarie tuvo momentos luminosos con sus canciones. Por ahora hay una nueva canción que ya es un éxito rotundo. “La nostalgia sigue siendo igual que antes” y seguramente será igual a la que sentirán en el mañana otras generaciones. Los Beatles son un patrimonio de todos. y la certeza de que todo valió la pena si suena por un instante Let it be o Blackbird. Y por supuesto esta nueva canción que llega con una voz que trae noticias de un tiempo y de una época, para fabricar desde hoy las nuevas nostalgias y certezas del porvenir.
