
El 3 de octubre de 2024, el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, hizo una presentación en la VII Cumbre del Petróleo, Gas y Energía en Cartagena en la que, entre otros asuntos, hablaba de la estrategia offshore de la compañía. En una de las diapositivas mostraba un mapa de los proyectos que Petrobras, Oxy, Shell y Ecopetrol estaban desarrollando costa afuera. Uno de ellos, con una linda estrella roja, era el clúster de aguas ultra profundas Komodo. Al lado del mapa, muy prometedor para la estabilidad energética de Colombia, había un texto bajo el título 'Retos y habilitadores'. El punto uno prometía una “Articulación con institucionalidad para cumplimiento de cronogramas de licencias ambientales y consultas previas”. Ya sabemos que esto no es así. Mientras Roa promete, la ministra pone trabas. ¿Es esa la articulación de la que hablaba el doctor Roa?
Un año y medio antes, en julio de 2023, en otra presentación de equipo técnico offshore de Ecopetrol, se ubicaba a Komodo como un pozo en firme, con un Capex o 'Gastos de Capital' ya asignado para perforarse en diciembre de 2024. En el informe a inversionistas del segundo trimestre de 2024, Ecopetrol y su directiva también decían que el pozo se comenzaría a perforar durante 2024. Ya sabemos que a los inversionistas los dejaron con los crespos hechos, y que la perforación de Komodo se aleja cada día más. En la columna del domingo pasado les contaba que después de negar la licencia ambiental, justo antes de la COP16 en Cali (ojo, que este no es un detalle menor), el Ministerio de Ambiente, a cargo de Susana Muhamad, recibió presiones fuertes dentro del mismo Gobierno para que la licencia se aprobara. Así se hizo, pero solo después de que la COP ya había terminado y cuando la ventana climática y el buque (de unos tres que hay en el mundo) que puede perforar el pozo a la profundidad requerida ya estaba perdido.
La licencia ambiental, entregada el 18 de diciembre a Anadarko y a Ecopetrol, ya se sabe que es de imposible cumplimiento por las condiciones que impone, y en la entrevista que la ministra Muhamad le dio a la W Radio esta semana que pasó, es claro que el ministerio no tiene intención alguna en reducir o modificar algunos de los requerimientos. En efecto, el mensaje de Muhamad es claro: las empresas tendrán que acomodarse a la licencia. La verdad es que, en todo caso, la ministra ha sido coherente en este proceso. Ella, en privado y en público, ha expresado dudas sobre la conveniencia para que Colombia se embarque en un “área frontera” de la ciencia. En la entrevista en La W lo dijo: “Tenemos muy poca información de la línea base ambiental de los ecosistemas en aguas ultra profundas, así que esto es realmente una frontera de la ciencia”.
A puerta cerrada, también, ha sido clara en afirmar que no será ella quien produzca un nuevo Macondo en Colombia, haciendo referencia a aquel pozo que en abril de 2010 produjo un horroroso derrame en el Golfo de México y que se conoce en la literatura y el cine como Deepwater Horizon. Es un miedo comprensible, pero ya se ha explicado, y ella lo sabe bien, que ese pozo tuvo problemas y que hay alrededor de 100.000 pozos que se han perforado en el mar y operan sin problemas. Por otra parte, este es el gobierno de la descoordinación y el desorden. El contrato para Komodo se firmó en octubre de 2021, y eso dio inicio a la fase preliminar del proyecto. Luego, en mayo de 2023, se inició la fecha de ejecución real, ya bajo la administración del presidente Petro. Desde entonces, Oxy y Ecopetrol han seguido invirtiendo en el desarrollo del pozo. Esa cifra es de 300 millones de dólares, 250 de Oxy y 50 de Ecopetrol. Si el Gobierno no quería perforarlo, debió decirlo en ese momento, 2023, y el riesgo de una demanda contra la Nación sería prácticamente nula.
La apuesta de Muhadad es clara: el desarrollo del pozo puede tardar entre cinco y nueve años, lo que quiere decir que ese gas y ese petróleo jamás podrían llegar en lo que queda de este Gobierno. Ella no tiene urgencia alguna, y la mejor manera de patear el balón hacia adelante consiste en otorgar una licencia con tantas restricciones y condiciones que no se pueda cumplir. Tal vez la ministra Muhamad, sin embargo, nos puede explicar por qué, el 6 de junio de 2024, la Dirección de Asuntos Marinos, Costeros y Recursos Acuáticos del Ministerio de Ambiente dio un concepto favorable a la viabilidad ambiental de Komodo. A diferencia de lo que ahora dice Muhamad en entrevistas, la información parecía ser suficiente para entender los riesgos y la composición de la línea base que mencionó en La W Radio.
En la página 28 del documento, para que no quede duda alguna, el biólogo marino Víctor Manuel Junca concluye: “Una vez revisada y analizada la información entregada por la empresa Anadarko Colombia Company Sucursal Colombia a través de Subdirección de Desarrollo Marítimo de la Dirección General Marítima (Dimar)… se establece la viabilidad ambiental del proyecto”. Luego enumera unas condiciones razonables que ambas empresas, Ecopetrol y Anadarko, pueden cumplir. ¿Por qué entonces dice ahora la ministra que no se tiene información suficiente, si seis meses atrás su mismo ministerio decía exactamente lo contrario?
