María Jimena Duzán
26 Enero 2025 03:01 am

María Jimena Duzán

Petro no pudo con la paz total

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La paz total es uno de los grandes fracasos del gobierno Petro: no se logró la paz con el ELN, la mesa de negociación con las disidencias no prosperó, los diálogos con la Segunda Marquetalia nunca fueron a ningún Pereira porque ni siquiera tenían un marco jurídico y en este año y medio que le queda al gobierno no se ve cómo puede lograr un acuerdo con el Clan del Golfo y alcanzar a presentar un marco jurídico para su debate en el congreso.
 
La paz total tampoco logró frenar el espiral de violencia, como lo estamos viendo en la guerra desatada en el Catatumbo. No se transformaron los territorios como nos lo prometió este gobierno. No se trazó una hoja de ruta y la plata que tenían destinada para invertir en los territorios se quedó en los bolsillos de contratistas, de políticos y de funcionarios que se están lucrando de lo lindo.

Este gobierno no pudo llegar a esas regiones con proyectos integrales ni con vías, ni con obras y se perdió en el bosque a pesar de que tenía claro el diagnóstico. No es que el Estado haya abandonado a los habitantes de Catatumbo, es que allá nunca ha existido. El único orden que conocen es el que impusieron las Farc durante sus años de dominio y en departamentos como Arauca, el orden lo viene imponiendo el ELN desde hace 40 años y hasta ahora han podido “gobernar” sin que nadie se lo impida. 

Desde que nos liberamos de España ningún presidente, ningún gobierno ha llegado a esos territorios, a esa otra Colombia, con una visión que no sea extractivista. Por esa razón este gobierno habló de la necesidad de transformar los territorios para que dejen de ser enclaves sujetos siempre a la imposición de los armados. Lástima que a la hora de bajar el diagnóstico a la realidad hayan sido tan torpes y se hayan dedicado a dialogar por dialogar, sin obtener ningún resultado.
 
La paz total ha sido, sobre todo, un gran despelote, una política llena de buenas intenciones que terminó evaporándose, como pasó con muchas de las propuestas acertadas de este gobierno. Petro se desentendió de la negociación con el ELN, bien temprano en su gobierno. Una vez le oí decir que él no iba a gastar su capital político en convencer a una guerrilla como el ELN para que firmara la paz. Lo cierto es que a todos los jefes negociadores les ha tocado ir a la bulla de los cocos, sin hojas de ruta y sin brújula. Esa falta de liderazgo presidencial ha permitido que crezcan cada vez más los desacuerdos entre el alto comisionado para la paz y los jefes de delegación con el ELN.
 
El primer comisionado de paz Danilo Rueda se inventó el concepto de la paz total, un gran escenario que iba a permitir que todas las organizaciones armadas se desarmaran. Su gran error fue construir la paz total arrasando todo lo que Duque no había destruido del acuerdo de paz con las Farc. Sacó a todos los funcionarios que venían de Duque y puso a su cuadrilla. Pasamos de la paz con legalidad a una paz total que menospreció lo acordado en La Habana y que en cambio le dio preponderancia a las disidencias, el grupo armado que venía asesinando a los firmantes de paz. Se cometió el error de reconocerlas como el Estado Mayor de las Farc a sabiendas de que era un invento que luego fue utilizado por esa organización ilegal, para seguir copando el espacio dejado por las Farc y asesinar a los firmantes de paz. En este gobierno de izquierda es cuando más han asesinado a exguerrilleros que le apostaron a la paz. Vaya paradoja.
 
Otty Patiño también llegó a su cargo a cambiarlo todo. Sacó a la cuadrilla que había llevado su antecesor y lo llenó de veteranos exmiembros del M.19. Ellos encontraron trabajo, pero la estrategia de paz siguió sin tener una hoja de ruta y sigue a la deriva.
 
A la paz total le faltó un timón y un líder comprometido para sacarla adelante.

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