Johana Fuentes
21 Febrero 2023

Johana Fuentes

Rebelde

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Mientras Daniel Quintero anunciaba la tercera fecha de RBD en Medellín, a su secretaria de Educación le dictaban casa por cárcel por presunta corrupción en el programa de asistencia a la población infantil. El reencuentro de la banda mexicana fue usado –otra vez– como cortina de humo para tapar los detalles de este escándalo.  

Buen Comienzo es la columna vertebral de la política pública de primera infancia en Medellín y aunque fue creado por Sergio Fajardo, es una de las joyas de la corona de la administración de Quintero. Sin embargo, dos de sus funcionarias se encuentran hoy investigadas –y en detención domiciliaria– por los delitos de celebración de contrato sin cumplimiento de requisitos legales, tentativa de peculado por apropiación, interés indebido en la celebración de contrato y peculado por apropiación consumado en favor de terceros. 

Se trata de Alexandra Agudelo, hasta esta semana secretaria de Educación, y Lina Gil, exdirectora técnica de Buen Comienzo. Según la Fiscalía, ambas habrían amañado la contratación para que la Corporación Colombia Avanza se quedara con dos contratos por 23.000 millones de pesos sin tener experiencia ni cumplir con los requisitos, lo que habría causado un detrimento por más de 1.200 millones de pesos.

Anteriormente la modalidad familiar de Buen Comienzo –dedicada a la atención de madres gestantes y menores de 5 años– era contratada a través de cuatro lotes por invitación pública. Sin embargo, con la excusa de la pandemia, en 2020 esa contratación se le entregó directamente a Colombia Avanza. Algo que llama la atención es que dentro de los requisitos de los oferentes se incluyó como exigencia hacer parte del Banco Nacional de Oferentes del ICBF y “coincidencialmente” dicha corporación había ingresado tres meses antes, mientras que los otros interesados no cumplían con ese requisito. 

El otro contrato cuestionado es el del Plan de Alimentación Escolar (PAE). La contratación también fue a dedo. Colombia Avanza debía suministrar alimentos durante la pandemia, pero según los hallazgos de la Fiscalía, no contaba con bodegas de almacenamiento y los costos de los productos se habrían inflado, entregando alimentos de menor calidad. 

Detrás de Colombia Avanza está Henry Paulison Gómez, exconcejal de Bello y muy cercano a la poderosa y cuestionada casa Suárez Mira. Su tía y madrina Gloria Montoya es actual concejal de ese municipio. Fue secretaria de Gobierno del condenado parapolítico Óscar Suárez Mira y alcaldesa encargada de César Suárez Mira, condenada por falsedad en documento privado. También tiene cercanía con el senador conservador Carlos Andrés Trujillo, barón electoral en Antioquia y hasta hace poco director del Partido Conservador.  La relación de Gómez con Quintero data de la campaña a la Alcaldía, pues fue uno de sus financiadores y lo visitaba con frecuencia.

La respuesta de Daniel Quintero a estos cuestionamientos fue desviar la atención politizando la gira de RBD. Casualmente, a la misma hora y el mismo día que se hizo en Provenza un anuncio con bombos y platillos confirmando que el ‘Soy Rebelde Tour’ estaría en Medellín, se realizaba la audiencia contra las funcionarias y Henry Gómez. El alcalde, en un despliegue nunca antes visto para un evento, se disfrazó de “Rebelde” e hizo el anuncio. Lo mismo ocurrió durante la audiencia en la que se dictaminó la casa por cárcel para Alexandra Agudelo y Lina Gil. En vez de pronunciarse sobre el escándalo, Quintero trató de tapar el sol con un dedo anunciando la tercera fecha de RBD en el Atanasio Girardot. 

Mientras eso ocurría, funcionarios de la Secretaría de Educación promovían el hashtag #YoCreoEnAlexandra, usado hasta por el propio alcalde para decir que su secretaria de Educación no solo era inocente sino valiente. ¿Qué valentía puede haber en ir a un juicio por corrupción?  

A Daniel Quintero –que jamás reconoce un error– no le alcanzarán las fechas de RBD ni las corbatas rojas para tapar lo que está sucediendo. Rebelde sería que por primera vez no se victimizara y culpara a quienes no piensan como él. Rebelde sería que se pusiera al frente de la situación y diera respuestas, lo que está en juego no es algo menor, es el bienestar y la alimentación de los niños de Medellín. 

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