Rudolf Hommes
24 Noviembre 2024 03:11 am

Rudolf Hommes

Retos y oportunidades 2025 a 2026 II

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Desigualdad, informalidad e improductividad. La desigualdad y la informalidad laboral son condiciones que detienen el crecimiento y que están íntimamente ligadas. Una de las diferencias más grandes en ingreso y seguridad social es la que existe entre el trabajo formal y el informal. El crecimiento económico debe orientarse para crear empleo formal y reducir de esa manera la informalidad laboral. El paso de un trabajador informal a formal lleva consigo mayor productividad y mayor PIB porque el sector formal es mucho más productivo. Este camino no se facilita porque existe una segmentación en el mercado laboral. Posiblemente no será fácil desmontarlo a menos que se le dé un fuerte empujón a la economía y se haga un gran esfuerzo para educar remedialmente y capacitar a la población que trabaja en el sector informal. Esto va a requerir ingenio, mucha dedicación y grandes inversiones. Parcialmente, estas últimas podrán ser las que financien la transición energética. Para sustituir las plantas de generación que utilizan carbón y ACPM se tendrían que invertir alrededor de 20.000 millones de dólares.

Otra brecha que se tiene que cerrar es la que existe entre la Colombia más desarrollada y la que ha quedado rezagada. El Partido Liberal todavía podría ayudar moderando la reforma al Sistema General de Participaciones que podría llevar a Colombia a la ruina. También podría apoyar opciones prácticas que hagan compatible la agricultura comercial en grandes extensiones con una producción campesina eficiente y enriquecedora que permita reemplazar y minimizar el cultivo de coca, avanzar en seguridad alimentaria hacia la autonomía y recuperar el control territorial. Darle un impulso a la altillanura en la Orinoquia, por ejemplo, y asegurar la sostenibilidad de las empresas en esa región está en manos del gobierno.

Hay una gran diferencia en ingresos, condiciones y oportunidades de trabajo para hombres y mujeres. El mercado laboral favorece a los hombres. Las mujeres tienen a su cargo trabajos no remunerados que son esenciales para el sostenimiento del hogar y de las familias.  Este Gobierno y los que lo sucedan deberán comprometerse a reducir estas injusticias y a que no existan diferencias de oportunidad o de ingreso que pongan a las mujeres en una posición inferior. Tanto el aumento de la participación laboral de las mujeres (y de los Ninis) como su capacitación técnica contribuyen al crecimiento del PIB y a reducir la desigualdad. 

Inseguridad urbana y rural. El control territorial de grupos armados ilegales ha puesto a millones de ciudadanos de cientos de poblaciones a merced del ELN, las disidencias de las Farc y el clan del Golfo, entre otros. La paz total y la tolerancia de los cultivos campesinos de coca han coadyuvado a consolidar esa pérdida de control del Estado y al aumento de inseguridad.

En las ciudades se está sintiendo cada vez más la inseguridad. Va creciendo el número de personas afectadas por variedades de crimen. No podemos caer en simplificaciones como que esto se soluciona con mano dura, violando la ley; o la hipótesis contraria que reduce todo a que la inseguridad es un problema de pobreza y de enormes disparidades entre los que tienen voz e ingresos y los que no los tienen. Se necesita mano dura y mejorar las condiciones de vida en los sitios donde prevalece el crimen, incluir a las comunidades marginadas y, sobre todo, reducir la impunidad. No se pueden tolerar el crimen y la violencia, mucho menos ceder el control territorial a agentes ajenos al Estado. ¡Paz si, pero no sin Estado!  

La tragedia de la salud. Un Gobierno liberal creó hace más de 30 años un sistema de salud que atendía razonablemente a cerca del 90 por ciento de la población y se destacaba en el mundo. Con el argumento de que no se servía adecuadamente al 10 por ciento restante, el Gobierno pretende dejarnos sin salud, con el apoyo de los liberales entregados. La destrucción del sistema de salud del país traerá insalubridad y muerte prematura a miles de colombianos, a los más pobres, a los niños y a los viejos. El Partido Liberal no puede seguir colaborando a dejar en pie este desastre. 

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