Juan Camilo Restrepo
25 Mayo 2023

Juan Camilo Restrepo

Sorpresas de Italia

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El gobierno de la señora Meloni (coalición de centro -derecha) está proporcionando sorpresas a los italianos todos los días, sorpresas buenas y malas.

El primer grupo de sorpresas tiene que ver con la política migratoria y demográfica. Italia, como otros países europeos, registra una fuerte caída en sus índices de natalidad. Las proyecciones indican que no recogerá el “bono demográfico” que, por ejemplo, se ha mencionado para el caso colombiano por la alta migración venezolana. Es decir, que en pocos años nos beneficiaremos por la alta tasa de jóvenes preparados que fortalecerá nuestro mercado laboral.

En Italia sucede lo contrario: las proyecciones indican que habrá faltantes de jóvenes preparados para asumir las necesidades de la demanda laboral que se anticipa. Esto ha planteado un debate grande: ¿abrir las puertas a los inmigrantes preparados o mantenerlas restringidas? Los partidos opositores al gobierno Meloni abogan por lo primero; la Meloni quisiera mantener las puertas italianas semicerradas y más bien propone estimular los nacimientos de niños italianos.

Sobre los temas de inmigración, Italia mantiene con Francia un contencioso diplomático pues la segunda acusa a la primera de mantener una política blanda con relación al flujo de inmigrantes provenientes sobre todo de la costa norte de África. Según Francia, esta actitud está contrariando las directrices trazadas por las autoridades de Bruselas. Italia, indignada, ha exigido disculpas diplomáticas a los franceses.

En temas de políticas comunitarias se presenta también un delicado interrogante en torno al gobierno de la Meloni. Para hacerle frente a los estragos económicos que causó el covid-19 y a la profunda recesión que provocó, las autoridades comunitarias iniciaron un ambicioso programa de cooperación financiera, por virtud del cual se puso en marcha un crédito de 750 millardos de euros que en forma mutualizada se organizó entre los países miembros de la unión. Es decir, el crédito no lo solicitó al mercado cada país individualmente, sino que Bruselas lo hizo en nombre de todos, y luego lo distribuyó entre los miembros (una parte reembolsable y otra a fondo perdido). Italia es la mayor beneficiaria de este programa.

Sin embargo, la reglamentación de Bruselas dice que cada país debe respaldar sus asignaciones en proyectos específicos debidamente auditados por las burocracias comunitarias. El anterior gobierno italiano de Carlo Draghi preparó 1500 proyectos que, ahora, el gobierno Meloni, ha resuelto revisar uno por uno.

Muchos expertos consideran que los técnicos italianos no alcanzarán a revisar esta masa gigantesca de proyectos antes de la fecha prevista que está fijada para el mes entrante; con lo cual Italia podría poner en peligro hasta el 30 por ciento de los fondos asignados y de los cuales depende en gran parte su recuperación económica de este año y el entrante.

La moraleja: cuando a un nuevo gobierno le da por reinventar todo lo que han hecho sus antecesores, como sucede en Colombia con el gobierno Petro, los perjuicios pueden ser inmensos.

Italia, por último, está tratando de adelantar una política externa autónoma. Ya ha anunciado por ejemplo que se demarcará de la China cancelando en la península el programa de la “ruta y de la seda”, que como se sabe es la piedra angular de la política China en el mundo; y que no permitirá que Pekín adquiera tierras en el territorio Itálico.

Y con relación al contencioso ruso-ucraniano busca tomar una posición independiente de los demás países occidentales a los que el gobierno Biden lleva de cabestro. El gobierno italiano hace parte, pues, de la nueva marea derechista que está apareciendo en el Viejo Continente (Finlandia, Suecia, por ejemplo)

Mientras tanto, la inflación sigue mordiendo inclemente el bolsillo de las clases medias. En Italia, por ejemplo, hay un gran malestar con el precio de la pasta que se ha incrementado en el último año 17,5 por ciento; malestar que ni siquiera el triunfo de Nápoles en el campeonato de fútbol de la liga italiana, luego de 30 años que no lo lograba desde los tiempos de Maradona, ha logrado apaciguar.

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