Pensando con el deseo: ojalá el presidente Petro anuncie pronto la apertura de conversaciones conducentes a un acuerdo nacional sobre temas fundamentales. Varias veces ha dicho que lo desea pero a renglón seguido despotrica contra quienes se oponen a sus reformas e iniciativas. Pero esta vez espero que el primer mandatario asuma con sinceridad y seriedad su misión de unir a los colombianos, al menos en aspectos fundamentales.
Tengo la esperanza adicional de que los críticos del Gobierno le den una oportunidad a un diálogo que nos evite agudizar la ya muy delicada situación de inseguridad, de debilidad económica, de crecientes tensiones sociales y de fanatismos políticos.
¿Cómo lograr que esas ilusiones se conviertan en realidad? Mi propuesta concreta es que el presidente Petro se dirija a la nación y manifieste su voluntad de tender puentes para escuchar con mente abierta y respeto los argumentos de quienes no coinciden con los suyos. Para tal efecto, nombraría al senador Cepeda como el líder por parte del gobierno, para esa crucial conversación.
¿Por qué darle ese encargo tan importante al congresista Cepeda? Porque tiene afinidad ideológica con el presidente y ha demostrado a lo largo de muchos años que es inteligente, sereno y perseverante. Es una persona a la que la mayoría de colombianos, independientemente de sus preferencias políticas, oye con atención por su ponderación y ánimo constructivo. Y desde hace varios meses ha venido insistiendo en la urgencia de abandonar las trincheras radicales de la extrema derecha y la extrema izquierda para converger en unas soluciones prácticas que resuelvan los más acuciantes problemas de los ciudadanos – en especial de los menos favorecidos.
Salvo algunos casos perdidos, creo que -por el bien de Colombia- muchos opositores del Gobierno estarían dispuestos a dialogar si tienen evidencia contundente de un cambio permanente del presidente Petro en su muy agresiva actitud frente a los que no coinciden con sus planteamientos. Ese cambio parece imposible, pero las circunstancias que vive el país son tan difíciles que no hacerlo sería muy dañino no solo para todos sino además para la izquierda democrática y el propio presidente.
Como ejemplo de la buena disposición a conversar por parte de quienes piensan distinto al presidente Petro, Bruce McMaster -presidente de la Andi- afirmó el domingo en El Tiempo que los empresarios están dispuestos a buscar un acuerdo nacional en tres asuntos trascendentales: la paz, la erradicación de la pobreza extrema y las reformas sociales. Por lo tanto, el presidente Petro no tiene que sacrificar su agenda progresista (con la que legítimamente ganó las elecciones) en la que precisamente esos tres asuntos son prioritarios.
Una última sugerencia: esa eventual mesa de diálogos debe consultar a los tecnócratas. Se equivocan los dirigentes, de todas las tendencias políticas, que descalifican a los expertos en materia económica y social. Hay mujeres y hombres muy preparados que han hecho ya grandes aportes al progreso nacional y esos conocimientos y experiencias son muy valiosas. También hay muchos jóvenes con estudios calificados e ideas innovadoras que pueden aportar bastante.