Juan Camilo Restrepo
9 Mayo 2025 03:05 am

Juan Camilo Restrepo

Trump se está desinflando por todos lados

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Nunca se había visto que un presidente de los Estados Unidos cerrara los primeros cien días de su mandato, como le sucede a Trump, con tan malos resultados. 

Por el contrario, los primeros cien días de todo presidente norteamericano han sido el momento en que el mandatario solía llegar al cenit de su popularidad. A Trump, que cumplió los primeros cien días la semana pasada, le ha pasado lo contrario: se ha desinflado estrepitosamente.

En primer lugar: su caprichosa saga de los aranceles ha sido un sonoro fracaso. Han abundado las marchas y contramarchas, los anuncios y los retrocesos, los insultos y los retrocesos vergonzosos. Pero no ha avanzado en nada provechoso ni para los Estados Unidos, ni para sus aliados, ni para el mundo en general. El tal “día de la liberación” que anunció con fanfarria desde el jardín de rosas de la Casa blanca no parece ser hasta ahora nada diferente que un estruendoso fracaso.

Quizás el caso más aleccionador ha sido la actitud de China, a la que creyó que iba a doblegar fácilmente. Pero que le ha resultado un hueso duro de roer. Le ha plantado cara con dignidad. El huésped de la Casa Blanca se nota desesperado porque China no ha ido a hacer fila para pedirle cacao como esperaba. Por el contrario: como lo dijo un vocero del departamento de comercio chino, su país está listo a dialogar con Trump, pero solo cuando este retire los aranceles disparatados que le ha impuesto a su país y al resto del mundo.  

Se avecina una reculada más de la Casa Blanca, solo que en este caso será dolorosa y penosa en grado extremo. El aura de la que venía revestido Trump de ser un negociador de cualidades inigualables ha quedado reducida a cenizas.

Llega también Trump a los cien días de su mandato con la opinión pública desfavorable en niveles nunca vistos. Los cien días eran siempre el momento en que el nuevo mandatario registraba los más altos niveles de popularidad: en esta ocasión ha sucedido lo contrario.

Las atolondradas medidas económicas de Trump han generado un desorden monumental en Estados Unidos y en el mundo entero. En menos de tres meses ha destruido el orden económico internacional, los fundamentos del multilateralismo comercial y la buena fe que debe presidir las relaciones entre las naciones. 

Al terminar el primer trimestre de la administración Trump la economía de los Estados Unidos registró un bajonazo del 0,3 por ciento. Otro trimestre así, y habrá entrado en lo que técnicamente se conoce como una recesión económica (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo).

Si las relaciones comerciales entre los países han volado en mil pedazos, las diplomáticas con sus aliados tradicionales también han quedado vueltas añicos en estos primeros cien días de la administración Trump: así ha sucedido con los países de la Unión Europea y con Canadá.

La inflación doméstica que recibió en buen estado de la administración Biden empieza a mostrar los primeros cabeceos inquietantes como consecuencia de las alzas en los precios al consumidor y en las góndolas de los supermercados que acarrean las epilépticas medidas arancelarias que ha adoptado.

Nosotros, con el dócil nadaito de perro que nos caracteriza, empezamos cediéndole en el asunto de las importaciones de vehículos provenientes de los Estados Unidos antes de que se comprometieran a quitarnos el perjudicial arancel del 10 por ciento a nuestras exportaciones que tanto las afecta.

Los abusos en las deportaciones de inmigrantes y el desconocimiento al estado de derecho que se ha vuelto su fastidioso estilo de gobierno han suscitado la reacción de un sinnúmero de jueces y de tribunales de Estados Unidos que no se resignan a ser un Estado irrespetuoso del Estado Social de Derecho. Igual sucede con los atropellos a la autonomía universitaria. 

Todo esto explica el derrumbe de la opinión pública favorable frente a Trump al concluir los primeros cien días de su mandato. Cosa que nunca se había visto en la vida de la democracia norteamericana.
 

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