Valeria Santos
11 Marzo 2023

Valeria Santos

Un enorme riesgo

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Que la compleja geografía colombiana, fuente de nuestra abundante biodiversidad, sea la causa de nuestra pobreza y subdesarrollo es una afirmación que nos acostumbramos a repetir para justificar la exclusión de gran parte de nuestro territorio. No es una exageración asegurar que Colombia es uno de los países con mayor retraso en infraestructura en el mundo. Un estudio realizado por Fedesarrollo en 2012 concluye que el 87 por ciento de los países tenía mejores vías que Colombia. Pero no nos confundamos: la inexistencia y mala calidad de las carreteras, vías terciarias e importantes autopistas nacionales que conecten el territorio, además de los derrumbes y deslizamientos que todos los años se repiten causando estragos económicos y sociales, no son solo culpa del errático clima, o de nuestras tres cordilleras, montañas y ríos, sino más bien, son el resultado de años de corrupción, desidia y falta de planificación. Es sobre todo culpa de nuestros gobernantes que territorios enteros sobrevivan siempre bajo un enorme riesgo. 

El 2023 comenzó con una triste noticia que era en realidad una premonición: en la madrugada del 9 de enero, a la altura del municipio de Rosas en Cauca, un deslizamiento de gran magnitud bloqueó la vía Panamericana aislando otra vez al suroccidente del país. El movimiento de tierra afectó las viviendas y cultivos de 248 familias (unas 1.000 personas). Según la Cámara de Comercio de Pasto, las pérdidas para los diferentes sectores económicos ya superan los 2 billones de pesos y unas 600 empresas han cerrado. 

Aunque, según los damnificados, dos meses después de la tragedia la ayuda aún no ha llegado, y por eso hace una semana los habitantes del municipio de Rosas salieron a protestar por los incumplimientos del Gobierno frente a la reubicación y apoyo a las familias afectadas, hay que aclarar que el ejecutivo sí desplegó toda su capacidad para transportar combustible y otros elementos esenciales a la región. De hecho, amparado en la emergencia decretada en noviembre por el invierno en el país, el Invías estructuró rápidamente los pliegos y adjudicó de forma directa el contrato para la recuperación de la carretera y la construcción de una vía alterna de 90 metros que funcionará de forma provisional, por un valor total de 60.377 millones. 

El problema es que el afortunado contratista seleccionado para ejecutar esta multimillonaria obra fue Ingeniería de Vías SAS, representada por Pedro Contecha. 

Imagen 1. Contrato entre Invías e Ingeniería de Vías SAS

Documento columna

Pedro Contecha no es precisamente el contratista más confiable, aunque sí es uno de los más grandes y poderosos del país. En el gobierno de Iván Duque se le adjudicó la cesión del contrato, por 82. 000 millones, para la construcción de la transversal del Carare, que conecta a varias poblaciones del Magdalena Medio con Boyacá, después de que el contratista inicial, una firma costarricense, solo hubiera avanzado en un año con el 1 por ciento de la obra. Y aunque el nuevo contratista, el Consorcio Ingeniería de Vías representado por Pedro Contecha, debía entregar la obra en julio de 2022, uno de los veedores del proyecto denunció en el diario Vanguardia, en noviembre del año pasado, que “la maquinaria está parada, los sumideros sin arreglar, (…) vemos que ni el consorcio Ingeniería de Vías, ni Invías han querido tomar cartas en este asunto. No tenemos ninguna respuesta y las obras todas están inconclusas”. 

Esta no es la única obra con retrasos del contratista. Tal vez uno de los más graves incumplimientos es el que lo tiene envuelto en un proceso en la Contraloría General de la República por una presunta responsabilidad fiscal en un contrato financiado con recursos de Ocad-Paz para la construcción de una vía en El Tambo que a un año de su firma ya presentaba fisuras en 27 tramos (véase imagen 1). Justamente, hace unos días, el 7 de marzo, habitantes de El Tambo bloquearon la vía Panamericana para protestar por el mal estado de esta obra. 

Imagen 2. Estado de la vía a 2014 y auto Contraloría

Foto de Valeria columna

Documento

Adicionalmente, a Pedro Contecha se le ha acusado en diversas ocasiones de ser favorecido en licitaciones por su supuesta cercanía con el exgobernador del Partido Liberal, Alan Jara. Según medios locales, a Contecha, “el contratista con suerte”, se le adjudicaron más de 200.000 millones de pesos en contratos con el departamento del Meta, en procesos donde por regla general era seleccionado como único proponente habilitado. 

No nos puede sorprender que aunque en Colombia haya hoy por primera vez en la historia un gobierno de izquierda, que además nos prometió un cambio, los mismos contratistas de siempre, que son en realidad los culpables de que el país se vea obligado a tener que sobrevivir con su deplorable infraestructura, sigan robándonos la oportunidad de salir del miserable atraso. Desde que los conservadores decidieron descaradamente volver a ser partido de gobierno y pidieron el Ministerio de Transporte, los colombianos supimos que seguiríamos condenados a culpar a las fallas geológicas, el clima, las montañas y los ríos por cada vez que un municipio, un departamento o todo el suroccidente del país queda aislado.

No son hechos fortuitos, ni pueden seguir catalogando estas tragedias como fuerza mayor cuando, como lo expresó el exgobernador del departamento del Cauca, Temístocles Ortega, “la falla geológica que hay entre Timbío y Rosas, Cauca, es antiquísima, es suficientemente conocida y está científicamente evaluada”. La Panamericana siempre ha tenido derrumbes y es solo culpa de los gobiernos no desarrollar como se debe, y con los contratistas más idóneos, la infraestructura necesaria para salvar vidas, sacarnos del pasado y proteger esta esencial vía nacional. 

Aunque la vía alterna de 90 metros construida en Rosas, Cauca, por Ingeniería de Vías, que debía ser entregada el 20 de febrero, por fin esta lista, según Caracol Radio, esta no brinda las garantías para el transporte de carga de más de 30 toneladas. El resto de la obra, que consta de trabajos de estabilización y recuperación de la calzada, debe ser entregada el 27 de julio de este año. Hay que tener en cuenta que a la firma del señor Contecha ya se le entregó el 50 por ciento del valor total del contrato. Un enorme riesgo.

Más vale que los entes de control vigilen de cerca al contratista cuestionado que tiene en su manos la tan importante reconexión del suroccidente del país. Increíble que la misma firma que tiene al Gobierno enfrentando reclamos y protestas por el tramo de El Tambo que habría entregado con serias deficiencias, hoy sea la responsable de volver a conectar a Popayán con Nariño y a toda Colombia con Ecuador. 

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