Johana Fuentes
8 Febrero 2023

Johana Fuentes

Vendiendo el alma al diablo

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Las contiendas electorales son el escenario perfecto para que los políticos jueguen sus mejores –o peores– cartas.  No importa si hay que venderle el alma al diablo, lo importante es quedarse con el poder. El ejemplo más reciente es la posible alianza entre Rodolfo Hernández y Gustavo Petro, de cara a las próximas elecciones regionales. 

¡La política es dinámica! Esa desgastada frase que desempolvan los políticos cada vez que quieren justificar sus incoherencias, vuelve a retumbar en el ambiente. Hace unos meses, Petro le decía a Hernández que era un millonario, corrupto y uribista. Hoy, según han confirmado fuentes del Pacto Histórico, la Liga de Gobernantes Anticorrupción y la Alianza Verde, el ingeniero tendría el espaldarazo del presidente para aspirar a la Gobernación de Santander. 

Una jugada que representa un gana-gana para ambos. Rodolfo Hernández –imputado por interés indebido en la celebración de contratos por el caso de Vitalogic– ha perdido fuerza en su departamento y, en este momento, su movimiento político tiene enredada la personería jurídica por cuenta de una demanda en el Consejo Nacional Electoral. Una coalición con el Pacto y los Verdes le quitaría ese lío de encima, mientras que al partido de gobierno le aseguraría tener una ficha que les haga frente a los clanes políticos tradicionales de la región. Atrás quedan las rencillas, los insultos y los cuestionamientos. Acá no se trata de coherencia, se trata de ganar. 

Otra alianza que se gestó esta semana fue la del exsenador liberal Julián Bedoya y Carlos Andrés Trujillo, director del Partido Conservador y un barón electoral muy poderoso en Antioquia. La idea es quedarse con esa Gobernación. Bedoya  
–señalado de obtener su título de abogado de forma fraudulenta– aprovechó la celebración del Día del Periodista para hacer el anuncio en medio de un evento con artista vallenato, pantalla gigante y costosos regalos. Mejor dicho, tiró la casa por la ventana. 

Bedoya respaldó la campaña a la Presidencia de Gustavo Petro y le apunta a que el Pacto Histórico apoye su aspiración, por eso su alianza con Trujillo es un paso más para lograrlo. Recordemos que el senador es el responsable de que hoy el Partido Conservador sea parte de la coalición de gobierno. El asunto se le podría enredar un poco si los conservadores se le rebelan a Trujillo y lo sacan de la dirección de la colectividad, pero Bedoya tiene otro as bajo la manga: El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, un consentido del petrismo que apoyaría dicha coalición. Julián Bedoya gana con cara y gana con sello. 

Seguramente esto se repite en varias regiones del país. En Atlántico, por ejemplo, se habla de un acuerdo por debajo de la mesa para dejarles el camino libre a los Char en la Alcaldía de Barranquilla y que el Pacto tenga el camino despejado para ir por la Gobernación.  Esto, pese a que ese clan ha sido uno de los más cuestionados por parte del progresismo. 

Este tipo de alianzas no deberían sorprendernos, suceden cada vez que hay elecciones. Lo reprochable es que el Pacto Histórico, en cabeza del presidente Petro, prometió a sus electores cambiar las viejas formas clientelistas de hacer política, pero lo que hemos visto es todo lo contrario. Tal vez el poder produce amnesia. 

Coletilla: Aunque Jorge Luis Alfonso López, el hijo de la Gata, no quede en libertad, es una cachetada a todas sus víctimas que lo nombren facilitador de paz. No hay que olvidar que está condenado a 29 años de prisión por sus relaciones con los paramilitares y el homicidio del periodista Rafael Enrique Prins. Hoy, Día del Periodista, se debería honrar su memoria y no premiar a su asesino. 

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