La dismorfia corporal: cuando el espejo se convierte en enemigo
25 Mayo 2023

La dismorfia corporal: cuando el espejo se convierte en enemigo

Crédito: Foto: Freepik

Tener una relación saludable con el propio cuerpo significa entender que no tiene que ser perfecto para ser valorado y amado. Sin embargo, hay muchas personas a las que no les gusta ni aceptan la manera en la que lucen; y esto, más que un complejo, es un trastorno de salud mental que debe ser atendido por profesionales.

Por: Natalia Romero Rosanía

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La vida podría definirse como un viaje hacia la autoaceptación y el amor propio. Y para las personas que se centran en su aspecto físico este viaje podría no tener fin. Tal es el caso de la actriz Megan Fox, quien ha sido catalogada como una de las mujeres más bellas y sexis del mundo y quien, actualmente, aparece en una de las portadas del especial de vestidos de baño de la revista Sports Illustrated. Lo paradójico es que en donde todos vemos a una mujer físicamente perfecta, ella solo ve sus supuestas imperfecciones y defectos. Esto no solo la ha llevado a invertir miles de dólares en cirugías y tratamientos estéticos, sino que seguramente le ha generado mucho sufrimiento y dolor. 

Según ella misma lo ha compartido en diferentes entrevistas, sufre de un trastorno dismórfico corporal desde que era niña y desconoce las causas. Para sanarse, más que cirugías, lo que Megan necesita es ponerse en manos de un profesional de la salud mental e iniciar un tratamiento de terapia cognitivo-conductual (TCC). Esta ha demostrado ser efectiva en ayudar a las personas a cambiar sus patrones de pensamiento negativos, y a enfrentar los miedos relacionados con su apariencia física. 

La dismorfia corporal: cuando el espejo se convierte en enemigo
Foto: Freepick

Causas y consecuencias de obsesionarse con el aspecto físico 

La dismorfia corporal es un trastorno psicológico que se caracteriza por una preocupación excesiva por un defecto leve o imaginario en la apariencia física. Esto le causa a la persona que lo padece mucha angustia y, por lo tanto, tiene un impacto significativo en su calidad de vida, pues puede experimentar ansiedad, depresión, aislamiento social y, en casos extremos, ideas suicidas. Aunque existen factores de riesgo como la baja autoestima, se ha demostrado que la influencia publicitaria y la valoración excesiva de la imagen corporal pueden aumentar el riesgo de desarrollar dismorfia corporal.

Las causas de la dismorfia corporal, trastorno dismórfico corporal (TDC) o síndrome de distorsión de la imagen corporal, no están completamente claras, pero se cree que hay varios factores que pueden contribuir a su desarrollo. Entre ellos se incluyen:

  1. Factores genéticos: existen evidencias de que ciertas personas puedan tener una predisposición hereditaria a desarrollar el trastorno.
  2. Factores ambientales: experiencias negativas relacionadas con la apariencia física, como el acoso o la crítica constante, pueden desencadenar o contribuir a su desarrollo.
  3. Factores neuroquímicos: desequilibrios en ciertos neurotransmisores, como la serotonina, pueden desempeñar un papel determinante en su manifestación.

“Una mujer que sufre de dismorfia corporal tiene una desconexión muy fuerte con la energía femenina y, además, una necesidad muy grande de protección. Es un ser en el que el soy, el siento y el pertenezco no están correctamente configurados, y esto seguramente está relacionado con la historia con su mamá, con su papá, y con el significado que se le dio a su cuerpo en su entorno cultural. A nosotras nos tocó vivir en la cultura de la sobreexposición del cuerpo y, si a eso le sumamos que corremos el peligro de depender de la validación externa, a través de las redes sociales, es claro se nos dificulta tener una relación saludable con nuestro cuerpo. A mi consulta llegan muchísimas pacientes con este trastorno, y siempre les recomiendo valorar su cuerpo por su funcionalidad, es decir, por lo que es capaz de hacer, y no por la forma en que se ve”, comenta Natalia Ospina, terapeuta femenina. 

La dismorfia corporal: cuando el espejo se convierte en enemigo
Foto: Freepik

Así se reconocen quiénes sufren del  TDC

Las personas que sufren de dismorfia corporal suelen experimentar una serie de síntomas y comportamientos característicos, como:

  1. Preocupación obsesiva por un defecto percibido en el aspecto físico, como una nariz grande, piel imperfecta o una forma corporal específica.
  2. Realización de actividades repetitivas y compulsivas relacionadas con la apariencia física, como mirarse constantemente en el espejo o evitar mirarse en éste pues detestan lo que ven; buscar la aprobación y validación de los demás o compararse con otros. 
  3. Negación a las situaciones sociales o actividades que puedan exponer el supuesto defecto.
  4. Malestar y deterioro significativos en el funcionamiento social, laboral o académico debido a la preocupación por la apariencia.
  5. Realización de cirugías estéticas innecesarias, consumo de sustancias y automedicación.
  6. Desarrollo de otros problemas de salud mental, como la depresión o los trastornos de ansiedad, como resultado de su lucha constante con la imagen corporal distorsionada.
La dismorfia corporal: cuando el espejo se convierte en enemigo
Foto: Freepik

La dismorfia corporal puede afectar a personas de cualquier edad, género o nacionalidad. Sin embargo, se estima que afecta con mayor frecuencia a adolescentes y adultos jóvenes. Según estudios recientes, aproximadamente el 2 por ciento de la población general puede padecer este trastorno.

Como sociedad es fundamental promover la concientización y el fomento de la aceptación personal y la diversidad corporal. Esto puede ayudar a contrarrestar los efectos negativos de los estándares de belleza poco realistas. Adicionalmente, la educación y el acceso a tratamientos adecuados son cruciales para ayudar a las personas a recuperar su autoestima y mejorar su calidad de vida. Son muchas las personas que luchan en silencio con la dismorfia corporal y los trastornos relacionados. La conciencia y la apertura sobre estos problemas pueden ayudar a generar una conversación más amplia y desestigmatizarlos, brindando apoyo a aquellos que los padecen.

En conclusión, si sospecha que usted o alguien que conoce puede estar experimentando alguno de estos trastornos, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental especializado en trastornos alimentarios o imagen corporal. Recuerde que el hecho de que la persona sea físicamente perfecta para los demás, no significa que se vea o se sienta así, tal y como le pasa a Megan Fox. 
 

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