Tener amigos para vivir más

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 5 y un 15 por ciento de los adolescentes padecen soledad.

17 Enero 2025 05:01 am

Tener amigos para vivir más

Se ha comprobado que la soledad acorta la vida. El psiquiatra José A. Posada Villa explica por qué.

Por: José A. Posada Villa

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Cuando un paciente va a un control rutinario de salud, el médico generalmente examina la presión arterial, ausculta el corazón y los pulmones y registra el peso corporal mientras le pregunta sobre los hábitos de sueño, la alimentación, su actividad física y el consumo de cigarrillo. Hasta ese momento, lo 'normal'.

A continuación, hace unas preguntas que le suenan un poco extrañas al paciente, pues nunca se las habían hecho en este contexto: ¿Tiene amigos? ¿Qué tanto socializa? ¿A qué grupos sociales pertenece (culturales, deportivos, profesionales, recreativos)? ¿En qué tantos de ellos participa? ¿Qué importancia tienen para usted?  

Estas son interrogantes que empiezan a formular los médicos con una adecuada formación, pues están al tanto de los nuevos descubrimientos científicos y reconocen la importancia de la conexión social en su trabajo profesional.

Y es que la conexión social es un factor determinante en la salud tanto física como mental. Numerosos estudios han demostrado que las relaciones con sus pares tienen un impacto significativo en la calidad de vida y la longevidad de los seres humanos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas mayores sufre aislamiento social y entre un 5 y un 15 por ciento de los adolescentes padecen soledad.

En 2023, la OMS anunció haber creado la Comisión sobre Conexión Social con el fin de hacer frente a la soledad como una amenaza apremiante para la salud y promover las relaciones de manera prioritaria.

Los investigadores han identificado 148 estudios prospectivos que proporcionan información sobre la mortalidad de los individuos en función de su vínculo con los seres humanos. En ellos llegaron a la conclusión de que las personas con relaciones sociales más fuertes tienen una probabilidad de supervivencia un 50 por ciento mayor que aquellas que las sostienen más débiles. 

Las personas con buenas relaciones sociales tienen mayores probabilidades de supervivencia.
Las personas con buenas relaciones sociales tienen mayores probabilidades de supervivencia.


Uno de estos estudios, publicado en la revista PLOS Medicine, muestra que la falta de conexión social puede ser tan perjudicial para la salud como fumar 15 cigarrillos al día. 

Y hay más. Los hallazgos indican que la influencia de las relaciones sociales en el peligro de muerte es comparable con los factores de riesgo tradicionales como el tabaquismo y alcoholismo y supera el efecto del sedentarismo y la obesidad.

De la misma manera, los estudios han demostrado de forma consistente que varios indicadores específicos de conexión social, como la frecuencia y calidad de las interacciones sociales, el apoyo social, el sentido de pertenencia, el comportamiento prosocial (voluntariado y ayudar a los demás) y la participación activa en actividades y organizaciones comunitarias, se correlacionan fuertemente con la salud mental de las personas. 

Por lo tanto, abordar los aspectos relacionadas con el aislamiento social y fomentar redes sólidas y de apoyo con la comunidad se convierten en estrategias vitales.

Los principales indicadores que se utilizan para medir las conexiones sociales en individuos o comunidades tienen relación con 1) la cantidad de tiempo que las personas pasan interactuando con otras. 2) el grado de satisfacción con estas interacciones. 3) sentir que tiene a alguien en quien confiar en momentos de necesidad. Y 4) sentirse amado, cuidado y valorado. 

La falta de estos sentimientos puede conducir a la soledad y el aislamiento.

Tanto los tomadores de decisiones en políticas públicas como los profesionales de la salud, los educadores y los medios de comunicación, deben empezar a reconocer que la conexión social influye en los resultados de salud de las personas y tomarla tan en serio como otros factores de riesgo que afectan la mortalidad y la morbilidad en los seres humanos.
Un aspecto clave es que se conocen intervenciones efectivas que se pueden implementar desde el consultorio del médico hasta el nivel comunitario. 

En el consultorio, los profesionales de la salud, al realizar su entrevista e historia clínica, además de explorar los tradicionales signos vitales (presión arterial, pulso, frecuencia respiratoria, temperatura, peso), deberían explorar los 'signos vitales' de conexión social.

los actos de bondad que pueden reducir la soledad y el aislamiento social incrementando la salud mental.
Realizar actos de bondad contribuye a la disminución de la soledad y al mejoramiento de la salud mental.


Un ejemplo a nivel comunitario son los actos de bondad que pueden reducir la soledad y el aislamiento social incrementando la salud mental.

En un estudio publicado en la revista Social Psychiatry and Psychiatric Epidemiology el año pasado, se realizaron tres Ensayos Aleatorios Controlados (ECA) en Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, en los que participaron un total de 4.284 personas entre 18 y 90 años de edad, a quienes se planteó un desafío: hacer al menos un acto de bondad por semana durante un período de cuatro semanas.  

La conclusión fue que realizar pequeños actos de bondad hacia las personas cercanas tiene el potencial de reducir la soledad, el aislamiento social y la ansiedad, lo que sugiere una posible estrategia para las campañas de salud pública.

Se encuentran más ejemplos en la literatura especializada.

En conclusión, la participación en la vida grupal puede actuar como una especie de vacuna contra las amenazas a la salud física y mental, es mucho más económica que el manejo farmacológico y tiene muchos menos efectos secundarios.

Es muy importante educar a los niños y niñas sobre lo que se sabe del verdadero papel de nuestra naturaleza social en la salud, bienestar y calidad de vida. Esta información científica, ya disponible en la literatura médica, debe tenerse en cuenta en las políticas públicas trazadas desde el Estado y el gobierno.

Los seres humanos necesitamos de otros para sobrevivir. Independientemente del género, el país, la cultura de origen, la edad o el nivel económico de una persona, la conexión social es tan necesaria como el aire y el agua, y es crucial para el desarrollo, la salud y la supervivencia humanos.

Tal vez no haya otros factores que puedan tener un impacto tan grande tanto en la duración y en la calidad de vida de las personas desde la cuna hasta el final de su existencia como la conexión social y sus componentes.

*José Posada es médico psiquiatra del Observatorio de Salud Mental Positiva - Clínica Montserrat Hospital Universitario 

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