Ciencia en un párrafo: ¿de dónde sale nuestra afición por el azúcar?
25 Febrero 2025 10:02 am

Ciencia en un párrafo: ¿de dónde sale nuestra afición por el azúcar?

¿Por qué nos gusta tanto el azúcar? ¿Por qué es tan difícil tratar la depresión? ¿Qué provocó la extinción de los dinosaurios?

Por: María Fernanda Gutiérrez

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El gusto por el azúcar es un problema de los genes

Al parecer, el gusto que tenemos por el dulce es un problema genético. Si eso es así, pronto lograremos controlarlo y hasta reducir nuestro consumo natural de productos que contienen sacarosa como fuente de azúcar. Un estudio realizado por el doctor Peter Aldiss, del School of Medicine en la Universidad de Nottingham, quien lidera un grupo internacional de investigadores, mostró que es el gen SI el responsable de este problema. Este estudio que involucra este gen se realizó tanto en ratones como en humanos. Con él se encontró que ratones sin el gen reducen el consumo de sacarosa y, en el Reino Unido, personas con un gen SI defectuoso y parcialmente funcional les gustaron menos los alimentos ricos en sacarosa.

"Estos hallazgos sugieren que la variación genética en nuestra capacidad para digerir la sacarosa en la dieta puede influir en nuestra ingesta y preferencia por alimentos ricos en sacarosa, al tiempo que abre la posibilidad de apuntar a reducir selectivamente la ingesta de sacarosa a nivel de la población", dice Aldiss.

“El exceso de calorías provenientes del azúcar es un contribuyente establecido para la obesidad y la diabetes tipo 2. En el Reino Unido consumimos entre el 9 y el 12 por ciento de nuestra ingesta dietética a partir de azúcares libres, como la sacarosa, y el 79 por ciento de la población consume hasta tres refrigerios azucarados al día. Al mismo tiempo, los defectos genéticos en la digestión de la sacarosa se han asociado con el síndrome del intestino irritable, un trastorno funcional común que afecta hasta al 10 por ciento de la población”, agrega.

"Ahora, nuestro estudio sugiere que la variación genética en nuestra capacidad para digerir la sacarosa en la dieta puede afectar no solo la cantidad de sacarosa que comemos, sino también cuánto nos gustan los alimentos azucarados", explica.

"En el futuro, comprender cómo actúan los defectos en el gen SI para reducir la ingesta y la preferencia de sacarosa en la dieta facilitará el desarrollo de nuevas terapias para ayudar a frenar la ingesta de sacarosa en toda la población y mejorar así la salud digestiva y metabólica".

Fuente:

University of Nottingham

Las formas de depresión y la dificultad de su tratamiento

Según un nuevo estudio dirigido por investigadores de Stanford Medicine, las imágenes cerebrales combinadas con el aprendizaje automático pueden revelar subtipos de depresión y ansiedad. El estudio se llevó a cabo con 801 pacientes diagnosticados con depresión, a quienes se les hizo una resonancia magnética funcional para medir la actividad cerebral, se les escaneó los cerebros en reposo y se les dió diferentes tratamientos con drogas antidepresivas. El análisis de los resultados se realizó por análisis de conglomerados. Con el estudio se encontraron seis patrones distintos de actividad en las regiones del cerebro estudiadas y distintas maneras de reaccionar a los tratamientos, lo cual contribuyó también para realizar la clasificación de los seis biotipos de depresión.

Con respecto al tratamiento, los investigadores consideran que no existe una buena manera de saber qué antidepresivo o tipo de terapia podría ayudar a un paciente determinado. Los medicamentos se recetan mediante un método de prueba y error, por lo que puede llevar meses o años encontrar uno que funcione, si es que eso alguna vez sucede. Al final se concluyó que se clasifica la depresión en seis subtipos biológicos, o biotipos, e identifica tratamientos que tienen más o menos probabilidades de funcionar para tres de estos subtipos.

Dentro de los biotipos se encuentra la depresión resistente al tratamiento que la padecen el 30 por ciento de las personas con depresión quienes, a pesar de los múltiples medicamentos, no logran mejorar la depresión ni revertir los síntomas.

También está el biotipo cognitivo, que afecta a más de una cuarta parte de las personas con depresión y es menos probable que responda a los antidepresivos estándar.

Las conclusiones de los investigadores fueron que, en un futuro no muy lejano, una evaluación de detección de la depresión podría incluir un escáner cerebral rápido para identificar el mejor tratamiento, que se necesitan desesperadamente mejores métodos para emparejar a los pacientes con los tratamientos y que es necesario lograr una medicina personalizada para resolver problemas de salud mental.

Fuente:

Stanford Medicine

Al fin, ¿cómo desaparecieron los dinosaurios?

A lo largo de la historia ha habido una gran controversia sobre cómo desaparecieron los dinosaurios. Si como consecuencia de las erupciones volcánicas masivas en la península India, lo cual sucedió hace 66 millones de años, o por la caída de un meteorito. Con las erupciones volcánicas se generó un gran derrame masivo de lava en el subcontinente indio, lo que liberó grandes cantidades de dióxido de carbono, polvo y azufre, alterando significativamente el clima de la Tierra de forma global y generando una baja notable de la temperatura, lo cual pudo haber causado la muerte de estos gigantes. Ahora bien, el impacto del meteorito desató una cadena de desastres, incluidos incendios forestales, terremotos, tsunamis y un ‘invierno de impacto’ que bloqueó la luz solar y devastó los ecosistemas.

Los científicos climáticos de la Universidad de Utrecht y la Universidad de Manchester muestran que, si bien el vulcanismo provocó un período frío temporal, los efectos ya habían desaparecido hacia más de 20.000 años, las temperaturas en la Tierra ya se habían estabilizado y habían vuelto a subir a temperaturas similares a las antes de que comenzaran las erupciones volcánicas. Por lo tanto, los científicos concluyen que el impacto del meteorito fue la causa última de la extinción de los dinosaurios. En palabras de Lauren O’Connor de la Universidad de Utrecht, quien trabajó de la mano con científicos del clima de la Universidad de Manchester, "estas erupciones volcánicas y la liberación asociada de dióxido de carbono y azufre habrían tenido consecuencias drásticas para la vida en la Tierra. Pero estos acontecimientos ocurrieron milenios antes del impacto del meteorito y probablemente jugaron solo un pequeño papel en la extinción de los dinosaurios”.

Fuente:

Universidad de Utrecht

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