Ciencia en un párrafo: ciudades que se hunden, cáncer y estrés crónico y energía mareomotriz

¡China se hunde!
 

¡Las ciudades de China se están hundiendo! Al igual que otras ciudades del mundo, esta realidad está asociada con una variedad de factores provocados por la actividad humana, entre ellas la extracción de agua subterránea y el peso del entorno construido, lo que genera cada vez más casos de hundimientos en las principales ciudades chinas. Si bien aún no se tiene una comprensión integral de la escala y la velocidad de este fenómeno que afecta aproximadamente a un tercio de la población urbana del país, se sabe que el problema está entre moderado y severo.

Para determinar el nivel de hundimiento, Zurui Ao y sus colegas realizaron una evaluación a escala nacional del hundimiento del terreno en 82 de las principales ciudades de China entre 2015 y 2022. Las técnicas para recolectar estos datos fueron las mediciones del radar de apertura sintética interferométrica (InSAR) Sentinal-1 espacial y los datos de GPS terrestres. InSAR utiliza pulsos de radar precisos para medir el cambio de distancia entre el satélite y la superficie terrestre y con esto se puede detectar incluso cambios relativamente pequeños en la elevación del orden de milímetros por año. Con estas metodologías, Ao y sus colaboradores encontraron que el 45 por ciento del área de suelo urbano estudiada se hunde a más de tres milímetros por año y hasta el 16 por ciento se hunde a un ritmo de 10 milímetros por año o incluso más.

Para concluir, los hallazgos sugieren que debido a este hundimiento y al aumento proyectado del nivel del mar, aproximadamente una cuarta parte de las tierras costeras de China tendrán una elevación inferior a ese nivel, lo que presenta un riesgo considerable de inundaciones para grandes poblaciones a menos que se pongan en marcha medidas de protección contra estos desastres naturales.

Fuente: China’s major cities show considerable subsidence from human activities. EurekAlert
 

El estrés crónico… ¿produce cáncer?

Siempre hemos sabido que el estrés crónico, que es inevitable, se asocia con enfermedades digestivas, cardiacas y cerebrovasculares. Lo que no teníamos claro es que también se asocia con el cáncer, y, sobre todo, con la capacidad de hacer metástasis. Un grupo de investigadores del Spring Harbor Laboratory, en Nueva York, trabajaron en un modelo de ratón y realizaron experimentos en dos etapas, En la primera iniciaron extirpando los tumores que habían estado creciendo en los senos de los ratones y que propagaban células cancerosas a sus pulmones, luego, expusieron a los ratones al estrés y observaron un aumento de cuatro veces mayor de lesiones metastásicas. Otros hallazgos importantes fueron que las hormonas del estrés llamadas glucocorticoides actuaban sobre los neutrófilos y que los neutrófilos "estresados" expulsan el DNA y forman estructuras similares a telarañas, un ambiente propicio para las metástasis.
 

En la segunda etapa realizaron tres experimentos más. Iniciaron eliminando los neutrófilos de los ratones utilizando anticuerpos. A continuación, inyectaron a los animales un fármaco destructor de las estructuras pegajosas y por último, utilizaron ratones cuyos neutrófilos no podían responder a los glucocorticoides. Cada prueba logró resultados similares. Los ratones estresados ​​ya no desarrollaron más metástasis.
 

Una de las conclusiones de estos estudios es que la formación de la estructura pegajosa por parte de los neutrófilos es el paso previo con el que se alista el tejido para desarrollar la metástasis, por eso, reducir el estrés debe ser parte del tratamiento y prevención del cáncer. Por otra parte, el grupo también especula sobre futuros fármacos que podrían prevenir la formación de las estructuras pegajosas y cómo estas podrían beneficiar a los pacientes cuyo cáncer aún no ha hecho metástasis.

Fuente:,Chronic stress spreads cancer … here’s how Cold Spring Harbor Laboratory

Las olas, fuente de energía eléctrica
 

Energía azul es el nombre de la energía obtenida a partir de las olas del mar. El ir y venir de estas olas es un movimiento de interés para muchos investigadores quienes consideran que allí se almacena una buena cantidad de energía que podría ser un recurso importante para nuestra vida diaria. Pero uno de los problemas ha sido cómo recolectarla. La propuesta se inicia simplemente reposicionando el electrodo, desde el centro de un tubo oscilante lleno de líquido, hasta el extremo donde el agua choca con mayor fuerza, aumentando la cantidad de energía que las olas pueden almacenar.

Los investigadores informan en ACS Energy Letters que este dispositivo de recolección de energía es llamado nanogenerador triboeléctrico líquido-sólido (TENG) y es un tubo mejorado que convierte la energía mecánica en electricidad a medida que el agua golpea sus paredes. Sin embargo, la eficiencia del sistema es poca.
 

Fue así como los investigadores utilizaron tubos de plástico transparente de 16 pulgadas para crear dos TENG. Dentro del primero colocaron un electrodo de lámina de cobre en el centro del tubo y para el nuevo diseño, insertaron un electrodo de lámina de cobre en un extremo del tubo. Luego, los investigadores llenaron los tubos hasta una cuarta parte con agua y sellaron los extremos. Un cable conectaba los electrodos a un circuito externo. Al colocar ambos dispositivos en un balancín de mesa, el agua se movió hacia adelante y hacia atrás y generó corrientes eléctricas. En comparación con el diseño convencional, los investigadores descubrieron que el diseño optimizado aumentaba 2,4 veces la conversión de energía mecánica en corriente eléctrica. En otro experimento, el TENG optimizado encendió y apagó una serie de 35 LED.
 

Los investigadores dicen que estas demostraciones sientan las bases para la recolección de energía azul a mayor escala de las olas del océano y muestran el potencial de su dispositivo para otras aplicaciones como las comunicaciones inalámbricas de señalización submarina.
 

Fuente: A simple way to harvest more “blue energy” from waves
American Chemical Society