¿Realmente funciona el polígrafo? La verdad detrás del detector de mentiras

Crédito: Colprensa

22 Octubre 2024 03:10 pm

¿Realmente funciona el polígrafo? La verdad detrás del detector de mentiras

Analizamos el funcionamiento, mitos comunes y lo que dice la ciencia sobre la efectividad del polígrafo en distintos entornos.

Por: Nicolás Combita

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La efectividad del polígrafo ha sido tema de debate por décadas. Esta herramienta, popularmente conocida como "detector de mentiras", ha ganado notoriedad en escenarios que van desde procesos de selección hasta investigaciones gubernamentales. Sin embargo, surge la pregunta: ¿Es realmente tan confiable como su reputación sugiere?

¿Qué es el polígrafo y cómo funciona?

El polígrafo es un dispositivo que mide varias respuestas fisiológicas de una persona, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración y la conductividad de la piel. Se basa en la idea de que cuando alguien miente, el cuerpo manifiesta reacciones físicas involuntarias que pueden ser detectadas por el aparato.

Durante una prueba poligráfica, se le hacen preguntas a la persona mientras está conectada a sensores que registran estas respuestas. El examinador, en teoría, compara las reacciones ante preguntas neutrales con las reacciones durante las preguntas relevantes (aquellas que implican la veracidad del individuo). La premisa es que una mentira provocará una respuesta fisiológica distinta.

¿Qué mide realmente el polígrafo?

Es crucial aclarar que el polígrafo no detecta mentiras de manera directa. Lo que registra son cambios fisiológicos que, según la hipótesis, podrían estar relacionados con el estrés o la ansiedad que una persona siente al mentir o sentirse en riesgo de ser descubierto en una mentira. Los parámetros que mide incluyen:

  • Frecuencia cardíaca: Un aumento en el ritmo del corazón puede ser indicativo de nerviosismo.
  • Presión arterial: Los cambios en la presión sanguínea suelen estar asociados a situaciones de tensión.
  • Respiración: La alteración en el patrón respiratorio, ya sea una aceleración o irregularidad, es otro factor que se monitorea.
  • Conductancia de la piel: La sudoración, aunque ligera, afecta la conductividad eléctrica de la piel, otro signo que el polígrafo mide.

Estas mediciones no son concluyentes por sí solas. Un factor como el nerviosismo o el estrés causado por la situación de la prueba puede generar resultados que confundan a los examinadores.

Efectividad del polígrafo: ¿Es confiable para detectar mentiras?

Poligrafo

Aquí es donde comienza el debate. A pesar de que el polígrafo se ha utilizado ampliamente, su fiabilidad ha sido cuestionada tanto por científicos como por tribunales. Algunos defensores afirman que el dispositivo tiene una precisión que oscila entre el 80 y  90 por ciento, críticos sostienen que los resultados son fácilmente influenciables por el estado emocional del individuo, la habilidad del examinador o incluso técnicas empleadas para “engañar” al polígrafo.

Un problema clave es que el polígrafo no distingue entre las diversas causas del estrés. Una persona puede experimentar nerviosismo debido a la presión de la prueba, no necesariamente porque esté mintiendo. Además, existen técnicas para manipular los resultados, como la contracción de ciertos músculos para generar reacciones fisiológicas que confundan al aparato.

Mitos comunes sobre el polígrafo

A lo largo de los años, el polígrafo ha sido objeto de mitos que lo elevan a la categoría de “infalible”, cuando en realidad, presenta muchas limitaciones. Algunos de los mitos más comunes incluyen:

  • El polígrafo siempre detecta una mentira: como mencionamos antes, el polígrafo mide respuestas fisiológicas, pero estas no necesariamente corresponden a mentiras. Factores como la ansiedad o el temor pueden influir en los resultados.
  • Es imposible engañar a un polígrafo: aunque complicado, hay casos documentados de individuos que han logrado alterar los resultados del polígrafo utilizando diversas técnicas.
  • El polígrafo es admitido en todos los tribunales: en muchos países, incluidas ciertas jurisdicciones de Estados Unidos y Colombia, los resultados de las pruebas de polígrafo no son admisibles como evidencia, precisamente por las dudas sobre su fiabilidad.

Aplicaciones actuales del polígrafo en procesos de selección y la ley

El polígrafo se sigue utilizando en diversas áreas, a pesar de sus controversias. En el ámbito laboral, algunos empleadores lo emplean como una herramienta para evaluar la veracidad de los candidatos durante entrevistas. Empresas de seguridad y cuerpos de policía también recurren al polígrafo para verificar la honestidad de sus empleados. Sin embargo, esta práctica está sujeta a regulaciones estrictas en muchas partes del mundo.

El ámbito legal, el uso más delicado. Mientras que en algunos casos puede ser utilizado para respaldar investigaciones, la mayoría de los sistemas judiciales no aceptan los resultados del polígrafo como evidencia principal en juicios, debido a su falta de precisión científica y la posibilidad de falsos positivos o negativos.

Alternativas al polígrafo en la detección de mentiras

Dado que el polígrafo no es infalible, han surgido otras tecnologías para intentar llenar ese vacío en la detección de mentiras. Algunas de estas alternativas incluyen:

  • Análisis de microexpresiones faciales: basado en la idea de que las expresiones faciales involuntarias pueden revelar emociones que intentamos ocultar.
  • Tecnología de neuroimagen: utiliza resonancias magnéticas para observar la actividad cerebral en tiempo real mientras un sujeto responde a preguntas.
  • Inteligencia artificial: se están desarrollando algoritmos que analizan el lenguaje corporal, la voz y otros comportamientos para detectar patrones asociados con la mentira.

Aunque estas tecnologías están en evolución, ninguna ha demostrado ser completamente efectiva para sustituir el polígrafo.

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