"En Arauca ya no hay coca": ELN.  Viaje al corazón del frente Domingo Laín

"En Arauca ya no hay coca": ELN. Viaje al corazón del frente Domingo Laín

Frente Domingo Laín del ELN en Arauca.

Crédito: José Ricardo Báez G.

CAMBIO visitó uno de los campamentos del Frente Domingo Laín, el cual es considerado la rueda suelta en las negociaciones de paz entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno colombiano. Fabio, comandante del Frente de Guerra Oriental, nos aseguró que gracias a esta guerrilla, en Arauca ya no existen cultivos de coca.

Por: José Ricardo Báez G.

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Viajamos a Arauca con la expectativa de adentrarnos en los campamentos del Frente de Guerra Oriental Manuel Vásquez Castaño del Ejército de Liberación Nacional (ELN), del cual hace parte el Frente Domingo Laín, el grupo militar más fuerte y temido de esta guerrilla. Su líder, Gustavo Aníbal Giraldo, alias Pablito, se dio a conocer por ordenar el atentado a la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, en 2019.

Íbamos tras su rastro. 

Cambio Colombia

El ELN en Arauca

Volamos desde Bogotá hasta el departamento de Arauca y tomamos un taxi hasta Saravena. Desde la carretera se veía el río Arauca seco por el verano de los últimos meses, también vendían “gasolina colombiana” en botellas de plástico.

—Aquí nadie usa casco por seguridad —nos explicó el conductor. Si alguien decidiera ocultar su rostro con un casco, sería muy sospechoso.

El taxi nos dejó justo al lado de donde las disidencias de las Farc pusieron un carro bomba a un complejo de varios edificios donde funcionaban organizaciones sociales y sedes de entidades públicas. Aún se ven los destrozos que dejó la explosión del 20 de enero de 2022.

Ver galería en pantalla completa Fotografías de José Ricardo Báez G.

Desde que pisamos Saravena, “la organización”, como llaman los integrantes del ELN a esta guerrilla, nos seguía los pasos y sabía cada uno de nuestros movimientos.

Una vez nos bajamos del taxi, nos saludaron tres personas desconocidas de la mano y nos dieron a entender que debíamos seguirles. Descargamos las maletas en una cafetería donde nos brindaron un tinto hirviendo. En la puerta había un letrero grande que decía: “Prohibido ingresar armas”.

Poco después nos recogió un carro que tomó la vía a la ciudad de Arauca. Durante el trayecto no nos permitieron grabar, pero se esforzaron por demostrarnos que estaban bien informados sobre los movimientos del Ejército. Sabían exactamente dónde había cámaras y retenes.

Nos llevaron a una casa campesina en la mitad del llano araucano, donde había algunos libros titulados ‘¡Papá, son los muchachos! Así nació el Ejército de Liberación Nacional’, ‘La historia de antes: los orígenes del ELN en la voz de Fabio Vásquez Castaño’. Quienes vivían allí nos dijeron que nunca terminaron de leerlos porque les daba sueño.

En el libro de Fabio Vásquez Castaño se puede leer el relato del fundador del ELN sobre cómo esta guerrilla surgió en un viaje a Cuba en el que varios estudiantes, invitados a hacer cursos de intercambio académico, recibieron adiestramiento militar.
 

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La guerrilla con raíces cubanas

Este 2024, el ELN cumple 60 años de existencia. Es la guerrilla activa más antigua de Latinoamérica que nació con la idea de replicar la revolución cubana en tierras colombianas.

Hizo su primera incursión armada el 7 de enero de 1965, cuando 27 guerrilleros se tomaron el pueblo de Simacota (Santander). En esta acción participó el actual consejero de la delegación del ELN en los diálogos de paz, Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, cuando tenía apenas 14 años.

En 1966 cayó muerto en combate el mayor mártir de esta guerrilla: el sacerdote Camilo Torres, pionero de la Teología de la Liberación y cofundador de la primera Facultad de Sociología de América Latina en la Universidad Nacional de Colombia.

A simple vista, el ELN es una organización compleja de entender. Pese a que se podría comprender desde el movimiento comunista, antirreligioso por naturaleza, en realidad esta guerrilla tiene una influencia determinante del catolicismo. Es normal, por ejemplo, ver a guerrilleros con camisetas del Che Guevara, por un lado, y el Salmo 91, por el otro.

De igual manera, sus discursos parecen venir de los tiempos de la Guerra Fría. Le apuestan a un proyecto socialista, pero tienen posturas conservadoras a la hora de impartir disciplina dentro de sus filas y en la base social bajo su control. Por ejemplo, prohíben el aborto, el consumo y venta de drogas, y que sus militantes se tomen unos tragos sin autorización. Tampoco se puede salir después de las ocho de la noche, lo que genera una extraña sensación de seguridad.
 

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A finales de 1973, el ELN por poco desaparece tras la Operación Anorí realizada por la Quinta Brigada del Ejército. Dicha derrota militar implicó la destitución de su comandante y fundador, Fabio Vásquez Castaño. Los pocos sobrevivientes se diseminaron por todo el territorio colombiano y en los llanos araucanos surgió una unidad que, poco a poco, se convertiría en la más importante en términos militares: el Frente Domingo Laín.

Para muchos analistas este frente, llamado en honor a uno de los tres sacerdotes españoles que hicieron parte de esta guerrilla, es la línea dura del ELN y funciona como una estructura independiente que se ha negado a adelantar conversaciones de paz.

El Frente Domingo Laín disfruta de cierta independencia ante el Comando Central. Según un texto de Mario Aguilera-Peña, citado en un informe de la Fundación Ideas para la Paz, le “imprimió al ELN un nuevo aire en dos aspectos fundamentales: primero, en su situación económica, y segundo, en sus relaciones con el movimiento popular y campesino, que le dieron autonomía financiera y una fuerte vinculación con la población. Lo anterior también se expresa en una elevada independencia frente a las orientaciones políticomilitares del Comando Central”.

El último gran golpe del ELN fue el atentado con un carro bomba en las instalaciones de la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, en Bogotá, el 17 de enero de 2019. La explosión dejó 23 personas muertas, entre las que se encontraba José Aldemar Rojas, quien manejaba el camión con más de 80 kilos de pentolita y pertenecía al Frente Domingo Laín.

Este ataque fue ordenado por Pablito y fue la razón por la que se rompieron los diálogos de paz con el gobierno de Iván Duque, quien los declaró como Grupo Armado Organizado (GAO).

“En Arauca ya no hay coca”

Queríamos conversar con Pablito y entrevistarlo, ya que su última declaración fue en 2012, luego de escapar de la cárcel en una cinematográfica operación organizada por esta guerrilla.

—El comandante Pablito no puede venir —nos dijeron.

Explicaron que se encontraba en una misión del Comando Central de la guerrilla y la entrevista sería con el líder militar del Frente Oriental de Guerra, alias Fabio.

No se sabe si Pablito está vivo o muerto. Según organismos de inteligencia del Ejército Nacional, habría fallecido en 2021 por una peritonitis. No obstante, el ELN negó de manera tajante que esto fuera cierto: “Hay mucho mito. Eso son comentarios de contrainteligencia, pero afortunadamente el compañero está bien y trabajando en este proceso”, nos aseguró Fabio.

La primera vez que lo vimos, Fabio no parecía un comandante del ELN, sino un campesino bonachón de sonrisa amplia. Llegó a la casa donde estaban los libros que nadie había leído. Comió pasta y la bajó a sorbos largos de limonada.

Una hora después, luego de hacernos esperar bajo el calor del mediodía del llano, Fabio apareció de nuevo uniformado de guerrillero, junto a varios jóvenes.

El ELN le apuesta a un proyecto socialista, pero tiene una postura conservadora a la hora de impartir disciplina dentro de sus filas y en la base social bajo su control. Por ejemplo, prohíben el aborto, el consumo y venta de drogas, y que sus militantes se tomen unos tragos sin autorización.

Caminamos un rato por entre cultivos de plátano hasta llegar a un lugar donde tuvieron que cortar la maleza a machete y preparar una mesa para la entrevista. De fondo colgaron varias banderas rojas con negro con las siglas y el escudo de esta guerrilla. A los lados, se formaron los guerrilleros, con armas de fuego largas.

Fabio nos contó que las Farc incentivaron los cultivos de coca. “Acá en Arauca estaba el décimo frente de las Farc, quienes impulsaron la siembra de coca. Les daban créditos a los campesinos de seis millones, cuatro millones, para que después pagaran con lo producido. Eso fue una cosa muy degradante. Sabíamos que a futuro iba a traer problemas”.

Según él, el ELN impulsaba otras industrias, como la agricultura y la ganadería, para que el campesino garantizara su seguridad alimentaria. La llegada del narcotráfico a Arauca generó discusiones entre las Farc y el ELN, lo cual propició tanto guerras como acuerdos entre ambas guerrillas colombianas.

Luego de que el ELN desplazara a las Farc de las zonas productivas de Arauca, Fabio nos explicó que se hizo una consulta popular con los campesinos y con los militantes para definir qué se debía hacer con la coca. El 70 por ciento decidió sustituir el cultivo. “En Arauca ya no existe la coca. Para nosotros como Frente de Guerra Oriental es muy importante, porque le ganamos la batalla al narcotráfico”, aseguró Fabio.

De acuerdo con la organización armada, en un año lograron acabar la economía del narcotráfico y la sustituyeron por plátano, cacao, ajonjolí, frutas y ganado. “Actualmente todos estos territorios, que estaban repletos de coca, son plataneras, cacaoteras, pastos para ganado doble propósito. La economía campesina se transformó enormemente”.
 

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Esto lo corrobora el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Según su último informe de 2022, los cultivos en Arauca han ido disminuyendo gradualmente desde 2.169 hectáreas, que había en 2001, a tener 0 hectáreas cultivadas desde 2019 hasta el último registro en 2022.
 

Informe monitoreo de los territorios con presencia de cultivos de coca en 2022 del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)
Informe monitoreo de los territorios con presencia de cultivos de coca en 2022 del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)

El ELN y el Gobierno de Colombia han buscado acercamientos de paz desde el día uno del Gobierno Petro. Le preguntamos a Fabio su opinión sobre el proceso de paz, especialmente porque el Frente Domingo Laín ha sido señalado como la piedra en el zapato de las negociaciones: “Eso no es cierto. Así han querido mostrarlo siempre, que hay una supuesta línea dura en contra de que se desarrollen los diálogos. La política de diálogos y transformaciones planteadas en la mesa es un acuerdo del Congreso de la organización, donde se expresan políticas construidas colectivamente y participamos todos los militantes. No es verdad, nosotros somos una organización políticocentralizada”, afirmó.

No estamos buscando un puesto en el Senado o en la Cámara. Buscamos transformaciones que beneficien al pueblo y realmente se alcance la igualdad social.

Los diálogos han pasado por más desencuentros que avances. Recientemente se superó, con muchos resquemores, “una fase de congelamiento”, luego de que la guerrilla rechazara la intención del gobierno de instalar una mesa regional de diálogos en el Pacífico. 

 

Parada militar 

Por cada pueblo que cruzábamos veíamos letreros, banderas y grafitis del ELN. Era claro quién mandaba en la zona.

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Nos llevaron a un pequeño caserío donde no podíamos caminar libremente. Si queríamos hacer alguna toma en video o fotografía nos debía acompañar un joven al que llamaban Lucho. Le encantaba mascar ‘chimú’, una pasta de tabaco con sabor fuerte y que produce una salivación intensa. Por eso, se la pasaba escupiendo.

Lleva toda la vida en la guerrilla, pues creció viendo a su padre y a su tío que hacen parte del ELN: “Eso acá es normal, desde chiquito uno sabe cómo funciona”, nos contó en una tienda donde vendían comidas rápidas.

Varios guerrilleros empezaron a llegar cargando sus fusiles. Los dejaban a un lado de la mesa y pedían gaseosas y papas a la francesa. Al ver la cámara, algunos nos pedían sacarles fotos cargando el arma, mientras nos explicaban la diferencia entre un Galil y una AK-47. Sin duda, les encanta verse cargando un fusil, es una declaración de poder, una forma de mostrar su rebeldía, una fe en una causa que en este lugar parece más viva que nunca.

Hace poco La W Radio y La Silla Vacía revelaron unas cifras de inteligencia, que el Gobierno y la Policía Nacional han desconocido, en donde se prueba que en los últimos años ha habido un fortalecimiento del ELN. Según el documento, esta guerrilla es el grupo armado con más cantidad de integrantes en sus filas: 6.158, con un crecimiento moderado de 5,3 por ciento. Lo que equivale a unos 300 hombres más que en 2022, cuando tenía 5.851.

El informe de inteligencia asegura que el ELN ha aprovechado las negociaciones de paz para fortalecer y aumentar su presencia en el territorio nacional. En total tiene influencia en 184 municipios y 19 departamentos. Es el grupo armado con mayor influencia territorial en Colombia. Según los expertos, las dos estructuras que más se han fortalecido son el Frente de Guerra Oriental, con presencia en Arauca, y el Frente de Guerra Nororiental, en Catatumbo.

Les encanta verse cargando un fusil, es una declaración de poder, una forma de mostrar su rebeldía, una fe en una causa que en este lugar parece más viva que nunca.

Al día siguiente, nos llevaron a una nueva casa, rodeada de cultivos de cacao, plátano y papaya. “¿Me toma una foto allí?”, nos dijo Salomé, una adolescente de 17 años que minutos antes, tirada en una hamaca, veía videos de Facebook en su celular, gracias al internet satelital que usa esta guerrilla.

Nos ofreció un café y mientras se calentaba el agua nos llevó a un lado y posó de espalda con una pistola metida dentro del pantalón.

A Salomé y a su compañera Sara les rompieron el corazón hace poco. Por eso, prefieren hacer parte de la guerrilla que estar en casa: “No hay mejor manera de aprovechar la juventud. Mejor estar acá, en vez de estar por ahí tomando trago o metiendo vicio”, nos dijo Sara mientras nos servía un café endulzado con panela.

Más tarde, estas dos jóvenes y los demás guerrilleros que estaban en esa casa alistaban equipos, armas y uniformes con mucha dedicación.

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Para almorzar prepararon un sancocho, y los más jóvenes se reunieron alrededor de una olla. Justo al lado dos pavos se peleaban a picotazos y los guerrilleros que estaban ahí veían con fascinación el enfrentamiento de los animales. Uno de ellos, un muchacho con rasgos indígenas, se divertía atando a los dos pavos con el “moco”, el pedazo de piel que les sobra en el pico.

—¿Ustedes quiénes son? ¿Qué están haciendo acá? —nos preguntó un guerrillero.

Le explicamos, pero prefirió ir a donde el comandante y asegurarse de que tuviéramos el permiso para estar ahí. Cuando volvió, nos pidió no grabar la fachada de la casa, ni las caras de los miembros del grupo guerrillero. Luego, cambió de tono:

—¿Me puede tomar una foto allí?

Se puso las charreteras y una manilla del Che Guevara hecha con chaquiras, unas pepitas de plástico que usan los indígenas de la región para hacer artesanías. Se tapó el rostro con una pañoleta del ELN y alzó un arma larga de francotirador.

El muchacho con rasgos indígenas, quien hace un momento se divertía maltratando a los pavos, también nos pidió una foto y se arregló cubriéndose el rostro con una pañoleta en la cabeza con las siglas F.G.O. F.D.L. (Frente de Guerra Oriental, Frente Domingo Laín) y cogió un arma que parecía más alta que él.

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Los comandantes dieron la orden de marchar y empezamos a caminar. Cruzamos carreteras destapadas, cultivos de plátano y casas campesinas, sin dejar de temer que si en ese momento hubiera un ataque del Ejército, nosotros, como periodistas, seríamos los únicos que no sabríamos qué hacer. Acá todo el mundo entiende cómo funciona la guerra y quiénes mandan.

Llegamos a un escampado, unos militantes nos esperaban para hacer una parada militar. Se formaron en dos filas paralelas, con los fusiles al pie. Tenían dos armas con miras telescópicas de precisión, una ametralladora y un militante vestía un traje ghillie, empleado para camuflarse simulando un denso follaje: “A toda nuestra milicia revolucionaria, reciban el saludo del Frente Domingo Laín para todo nuestro pueblo en general”.

Los jóvenes que estaban en la formación no pasaban de los 30 años de edad. La guerra aquí no distingue entre hombres y mujeres, y muchos de los que portan los fusiles apenas empiezan a vivir.
 

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—¡Rompan filas! —gritó el comandante.

En el camino de vuelta, nos encontramos con Lucho, el joven que nos había acompañado y escoltado durante el viaje.

—¿Ya se van para Bogotá?

Lucho había venido un par de veces a la capital colombiana. Nos dijo que no le gustó montar en buses llenos de gente, donde todas las personas estaban unas encima de otras, y no comprendía por qué todo el mundo caminaba apurado, como si tuvieran urgencia de ir al baño.

—Yo no entiendo cómo pueden vivir allá —nos dijo.

Era curioso, pues la noche anterior él nos contó que a los ocho años, cuando iba para el colegio, vio bajando del río una canoa repleta de cuerpos descuartizados.

—Eso es lo más horrible que he visto en la guerra.

Nos despedimos porque debíamos alcanzar uno de los tres vuelos semanales que hay desde Saravena a Bogotá.

No sabemos si Pablito está vivo o muerto. El ELN quedó de informarnos cuándo podríamos hablar con él para conocer su opinión y perspectivas frente a los diálogos de paz. Por ahora, el futuro del proceso y la política de la paz total del presidente Gustavo Petro aún son inciertos.

En lo que están de acuerdo varios grupos y organizaciones que analizan el acercamiento con esta guerrilla es que, para que las conversaciones tengan éxito, es imprescindible tener en cuenta al Frente Domingo Laín, pues su postura puede convertirse en el mayor reto para lograr un verdadero acuerdo de paz con el ELN. ◾️

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