Los roces internos que fracturan el mando de las disidencias de las Farc

El pasado 17 de marzo, el presidente Gustavo Petro ordenó levantar el cese al fuego en Cauca, Nariño y Valle del Cauca, luego de que las disidencias de las Farc atacaran a la población indígena de una zona rural de Toribío. La decisión tomó por sorpresa a los negociadores del Estado Mayor Central, que ese fin de semana se encontraban reunidos en una vereda en el Cañón del Micay, en Cauca, y tuvieron que abandonar el lugar. Este hecho develó la falta de mando dentro del grupo ilegal.

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Una división que se generó por el incumplimiento del compromiso con los diálogos por parte de integrantes de los frentes Carlos Patiño, Dagoberto Ramos y Jaime Martínez, que hacen parte del bloque Jacobo Arenas, con injerencia en  la región del Pacífico.

“Es posible que no haya una subordinación en la actualidad entre el cabecilla del área occidental bloque Jacobo Arenas, al mando de alias Andrés Patiño y alias Iván Mordisco. La posición de insubordinación se pudo haber generado al no cumplir con el cese al fuego y por perder espacios ganados en la mesa de diálogo”, aseguró un desmovilizado a CAMBIO.

Las diferencias quedaron demostradas dos semanas después, cuando se realizó una reunión entre los delegados del Estado Mayor Central (EMC) y el Gobierno Nacional en San Vicente del Caguán, Caquetá, a la cual no asistieron representantes del grupo ilegal del suroccidente del país ni de Arauca. Esto acrecentó posibles divisiones al interior de la organización guerrillera.

Según información entregada por el guerrillero que se desmovilizó a comienzos de abril en Nariño, estas diferencias ya habían sido advertidas por Iván Mordisco a sus cabecillas a través de un correo, según el cual era posible que los diálogos de paz se utilizaran para crear divisiones al interior del grupo armado y lograr su desmovilización, como sucedió con las guerrillas en los años 50.

“Hemos notado interés del Gobierno de convocarnos al diálogo, pero todo indica que se estaría empleando la estrategia de llevarnos a una mesa de forma individual, o sea, las propuestas hasta ahora las están haciendo por frentes, como estrategia contrarrevolucionaria a la que debemos estar atentos. Puede ocurrir tal cual lo hizo Rojas Pinilla con las guerrillas liberales y comunistas en los años 50. Es muy posible que el enemigo comience a hacer ofrecimientos de prebendas y, quienes no estén bien puestos, optarán por estos caminos. Es muy posible que eso estén pensando los de ELN y Segunda Marquetalia”, expresa en un documento alias Iván Mordisco.

Aunque en los últimos días los diferentes frentes han enviado videos en las redes sociales para demostrar fortaleza y cohesión en el mando de la organización ilegal, es evidente que sus órdenes no las acatan cabecillas como alias Calarcá, del Bloque Jorge Briceño; alias Danilo Alvizú, del frente Carolina Ramírez en el Putumayo; alias Mocho, del frente Jaime Martínez, y Antonio Medina, del frente Décimo.

Relaciones rotas

Según la información entregada por el desmovilizado a CAMBIO, la posible separación obedecería  a que no están de acuerdo con varias decisiones tomadas por alias Iván Mordisco, relacionadas al movimiento de algunos cabecillas y estructuras hacia otras regiones del país, que han llevado a un retroceso de sus planes armados. 

En el caso de Alexander Díaz Mendoza, alias Calarcá, estas diferencias pueden aumentar luego de los acercamientos que ha tenido el guerrillero con la Segunda Marquetalia, al mando de alias Iván Márquez, para unificar las disidencias de las Farc.

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Estos acercamientos quedaron plasmados en un mensaje enviado por alias Jesús Santrich y Oscar Montero, alias el Paisa, cabecillas de la Segunda Marquetalia, en el cual propusieron a los cabecillas del Estado Mayor Central construir un movimiento insurgente bajo el liderazgo de alias Iván Márquez. Un acuerdo que fue rechazado por alias Iván Mordisco, originando una confrontación entre ambas organizaciones que ha ocasionado la muerte de cientos de guerrilleros. 

El desmovilizado aseguró que estos contactos no se han roto con Calarcá, que en los últimos meses ha sostenido reuniones con enviados de alias Araña, cabecilla de los comandos de Frontera, de la Segunda Marquetalia, para proponer una división de territorios con el fin de terminar con las confrontaciones entre ambas estructuras y repartirse el negocio de las economías criminales en la Amazonia.

“Estos acercamientos no han sido bien vistos por alias Mordisco, quien nunca ha estado de acuerdo con esta alianza, y de manera radical incrementó las acciones armadas para la recuperación de las áreas bases de los comandos de Frontera en el Putumayo”, dice el desmovilizado.

A los posibles acercamientos con sus enemigos de la Segunda Marquetalia, se suma el hecho de que dentro de las disidencias se presentan desacuerdos por los pocos avances en la agenda de negociación y el rechazo a las operaciones militares de las últimas tres semanas, en las que han muerto y sido capturados varios integrantes de los frentes en el sur del país.

Este rechazo se evidenció en la entrevista que dio alias Calarcá a El Espectador. En ella, el guerrillero indica que, cuando el Gobierno ordenó levantar el cese al fuego, “nosotros, el Bloque Jorge Briceño, el Bloque Magdalena Medio y el Carolina Ramírez, de Putumayo, decidimos continuar el diálogo. Hicimos un documento donde dejamos claro a los otros camaradas con los que en ese momento teníamos esa diferencia, que nosotros retomaríamos el diálogo, que seguiríamos haciendo una coordinación entre bloques y frentes, y que nosotros le íbamos a cumplir al pueblo con lo prometido, que era ir al diálogo, seguir y no dejar al pueblo por fuera como lo hemos manifestado todo el tiempo”.

Fragmentación del EMC

De acuerdo con interceptaciones realizadas por las autoridades, un mismo grupo ilegal se divide en tres organizaciones: la primera, bajo el direccionamiento de alias Calarcá Córdoba, con los bloques Jorge Suárez Briceño, Magdalena Medio y la estructura Carolina Ramírez, los cuales han expresado su voluntad de continuar en la mesa de diálogo con el Gobierno Nacional. La segunda, liderada por alias Iván Mordisco, con los bloques Occidental, Central y parte del bloque Amazonas, de los cuales el Occidental y el Central ratificaron su voluntad de buscar una salida política al conflicto. Y la tercera, conformada por las estructuras del Comando Conjunto de Oriente, que dieron muestras de inclinarse por los diálogos regionales, buscando desescalar las confrontaciones con el ELN.

“Estas divisiones demuestran un retroceso al cumplimiento del plan nacional de reconstrucción del Estado Mayor Central, diseñado en la reunión que realizaron todos los frentes en los llanos del Yarí en 2023, que dio muestras de unidad y coordinación mediante la conformación de los bloques de frente y la disposición de instalar la mesa de diálogo con el gobierno”, aseguró el alto oficial que habló con CAMBIO.

Qué puede pasar

Para las autoridades, los bloques pretenden mostrar su voluntad de mantenerse en los diálogos de paz con el Gobierno Nacional, en búsqueda de restablecer el cese al fuego bilateral y suspender las operaciones militares ofensivas en la región del Pacífico, que estarían afectando a la estructura ilegal.

Ante la posible división del Estado Mayor Central y su intención de continuar los diálogos de paz con el Gobierno Nacional, se prevé la realización de diálogos descentralizados en las regiones de injerencia, unos liderados por los bloques cercanos a alias Calarcá, y otro con los grupos que representa alias Iván Mordisco.

Este fraccionamiento podría llevar a que la mesa de diálogo se rompa de manera definitiva por la falta de unidad de mando y la suspensión parcial del cese al fuego. Entre tanto, los días pasan y las grietas en el Estado Mayor siguen abriéndose.