Baxter impulsa a Colombia como el principal productor de sal farmacéutica para la región

Con la misión de salvar y sostener vidas, Baxter llegó al país hace 68 años. Hernán Betancur, director general de esta compañía para Colombia, afirma que trabajan con los más altos estándares de calidad, lo que los lleva anualmente a producir en su planta de Cali más de 150 millones de unidades de soluciones intravenosas y más de 20 millones de dispositivos médicos. Actualmente, el país es el centro de operaciones de la empresa para la región Latinoamérica Sur, de la que hacen parte, además de Colombia, Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, y Uruguay.

“Nuestro compromiso tanto en el sector salud colombiano, como con los mercados a los que exportamos es muy fuerte. Buscamos conectar de manera eficiente con los sistemas de salud buscando productos y terapias sostenibles”, precisa Betancur.

Justamente, la compañía exporta a 16 destinos en América Latina un 32 por ciento de su producción, lo que además de significar un aporte económico al país, incluye una clara perspectiva internacional y que la ubica como una organización líder en materia de exportaciones en lo que concierne al sector de dispositivos y medicamentos.

Colombia, primer productor de sal farmacéutica en Latinoamérica

Gracias a la alianza de laboratorios Baxter y Brinsa se consolidó un proyecto de encadenamiento productivo a través de la transferencia de conocimiento y tecnología, que busca promover el desarrollo de la industria colombiana a través de la producción de la primera sal farmacéutica hecha en Colombia y en la región.

Según Betancur, gracias a esta alianza, “Colombia se convierte en el primer productor de sal farmacéutica en Latinoamérica (Pharmasal), reemplazando la importación de 796 toneladas de este producto tan solo durante el primer año, fortaleciendo la producción nacional y garantizando el suministro de insumos clave para el sector farmacéutico en el país”.

Esta alianza entre Brinsa y Baxter precisa Betancur, no es solo una respuesta a las necesidades del mercado, sino un compromiso a largo plazo con la transferencia de conocimiento y la excelencia farmacéutica. “Después de más de cuatro años de trabajo conjunto, la inversión abarca desde la validación de la materia prima hasta la infraestructura, capacitación del personal y cumplimiento de estándares internacionales”.

Entre los beneficios de este proyecto, resalta el director general de Baxter para Colombia, “facilita que la cadena de producción sea mucho más rápida, mucho más flexible y pueda responder a la demanda y la necesidad del mercado”. Adicionalmente, explica que promueven la generación de empleo local, generan un dinamismo económico para la nación.

Este proyecto no solo busca sustituir importaciones críticas en el ámbito de la salud, sino que también ha generado más de 50 puestos de trabajo directos e indirectos. La proyección de ventas de esta alianza es de 4.000 toneladas de sal grado USP al año en Colombia y 24.000 toneladas en Latinoamérica.

La responsabilidad social en el ADN

La sostenibilidad se convirtió en un eje transversal para las grandes compañías, y Baxter, en esta política, no es la excepción. Según Andrea Cataño, directora de Asuntos de Gobierno y Responsabilidad Corporativa para Latinoamérica, la compañía tiene un objetivo para 2030 que tiene tres pilares específicos: proteger al planeta, empoderar los pacientes y cuidar a su gente y las comunidades.

Precisamente en Colombia, con el proyecto ‘Agua para todos’, Baxter participa en una alianza multisectorial -liderada por la Corporación ECOVIDA- por medio del cual se busca garantizar la seguridad hídrica del Valle del Cauca.

“Hace cinco años iniciamos un proyecto que tiene como objetivo recuperar las cuencas hídricas del Valle del Cauca dentro de siete de sus municipios, al mismo tiempo que genera desarrollo eco social para la comunidad que allí habita”, explica.

De acuerdo con Cataño, este proyecto permite la compensación anual de 1.650 toneladas de Co2. “A la fecha se ha logrado que 224,5 hectáreas estén en acuerdos de conservación, 44 hectáreas están en restauración con las comunidades, se han sembrado 40.00 árboles, y se han desarrollado tres asociaciones enfocadas en la producción de árboles y suministros agrícolas asociados, que han beneficiado 134 familias con oportunidades de trabajo, incrementando sus ingresos en un 30 por ciento”.

Otra muestra del compromiso que tiene Baxter con el cuidado del medioambiente y de las comunidades es el proyecto Ayana’ajirawa, desarrollado desde el 2021 con el apoyo de la Unicef, y que tiene como objetivo que, en tres años, más de 6.000 niños, niñas, adolescentes y sus comunidades en La Guajira tengan acceso a agua limpia, apta para el consumo humano, saneamiento básico y prácticas clave de higiene.

“Con este proyecto, que tiene una inversión de 1.5 millones de dólares, hemos impactado a 26 comunidades de Manaure y Uribia que ya están certificadas como libres de defecación a campo abierto. Ellos, luego de un proceso de entendimiento y concientización, construyen sus propias letrinas con lo cual, todos los integrantes de estas comunidades inician una transformación en sus hábitos de vida y de saneamiento”, señala Cataño.

Cifras de Baxter afirman que, a la fecha, 1.813 familias han recibido filtros de agua y 1.100 han recibido bidones, se han construido 12 sistemas comunitarios de agua que benefician a 2.023 familias, es decir, 9.103 personas, aproximadamente.

Por último, Andrea Cataño profundiza en la iniciativa ‘Vida en Movimiento’, catalogada como la primera en el cierre de ciclo de aplicaciones posconsumo hechas de PVC flexible en la industria médica en América Latina.
“Con este programa promovemos el cierre del ciclo de aplicaciones post consumo hechas de PVC flexible, utilizadas como materia prima para el desarrollo de tecnologías en salud.  Lo que hacemos es que luego de un entrenamiento a los equipos de las clínicas y hospitales para la correcta disposición de las bolsas de PVC flexible, un reciclador -ya formalizado gracias al programa social VITA desarrollado por nuestro partner Vestolit-, recoge este material para después enviarlo a un transformador que lo convierte en aplicaciones de alto valor como recubrimiento para cables, tapetes para carros eléctricos, suelas de zapatos, entre otros. De esta manera, dar la circularidad al PVC flexible, que puede ser utilizado hasta siete veces luego de su primer uso”, asegura Cataño.

A la fecha, con este programa la compañía ha recolectado 110 toneladas de PVC flexible, evitando 220 toneladas de emisiones de CO2, y desarrollando mejores condiciones de vida a los recicladores que hoy son parte del programa.