El cine, la otra gran pasión de Gabriel García Márquez
15 Abril 2024

El cine, la otra gran pasión de Gabriel García Márquez

Gabriwel García Márquez.

Crédito: Colprensa

En repetidas oportunidades directores de cine de diversas nacionalidades han intentado llevar al cine la obra de Gabriel García Márquez, no siempre con buenos resultados. El propio escritor, un gran apasionado por el Séptimo Arte, también escribió guiones y argumentos originales para películas.

Por: Redacción Cambio

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Durante gran parte de su vida el cine fue una de las grandes pasiones de Gabriel García Márquez. Pasión que más adelante sintió por la televisión. Pero fue una relación de dos vías, ya que el cine y la televisión también han buscado en muchas ocasiones a García Márquez. A partir del éxito de Cien años de soledad, en menos de cinco décadas García Márquez se se convirtió en el segundo escritor en lengua castellana mas veces llevado al cine, superado sólo por Cervantes. Además, el propio Gabriel García Márquez ha escrito historias y guiones tanto para cine como para series de televisión, Una lista completa de adaptaciones de sus obras literarias y de producciones en las que García Márquez escribió el guion o el argumento se acerca a los 60, una lista bastante grande.


El amor de García Márquez por el cine despertó en 1948, cuando conoció a Álvaro Cepeda Samudio, escritor y periodista. “Para mí fue un hallazgo providencial, porque siempre había tenido el cine como un arte subsidiario que se alimentaba más del teatro que de la novela. Álvaro, por el contrario, lo veía en cierto modo como yo veía la música: un arte útil para todas las otras”, señala García Márquez en su biografía Vivir para contarla.


Comenzó a escribir sobre cine en El Universal de Cartagena y en los años 50 ya era uno de los pioneros de la crítica cinematográfica junto con Ernesto Volkening y Luis Vicens. Asiduo asistente al Cine Club de Colombia que dirigían Vicens y Hernando Salcedo Silva, García Marquez co-escribió el guion de La langosta azul, un mediometraje mudo y surrealista que dirigieron Cepeda Samudio, Vicens y Enrique Grau.


Cuando estuvo exiliado en Europa se inscribió en el Centro Sperimentale di Cinematografia en Roma. “Siempre me ha gustado el cine, hasta el punto de que es lo único que he estudiado sistemáticamente en una escuela”, declaró en 1987 en una entrevista que publicó el diario El Espectador en 1987. A lo largo de su vida cubrió festivales y congresos internacionales de cine, montó documentales, escribió guiones y ofreció argumentos originales a otros guionistas. Fue jurado en el Festival de Cine de Cannes, homenajeado en el Festival Internacional de Cine de Cartagena e invitado de honor en el Festival de Cine de Moscú. En 1985 creó la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL) y, en 1986, la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.


Reflejar en la pantalla la obra literaria de Gabriel García Márquez no es tarea fácil. A diferencia de novelas de poco valor literario, como El padrino de Mario Puzo, en la que todo es tan explícito que parece escrita como el guión literario de una película (y que por eso funciona de maravillas al ser llevada al cine), la obra de García Márquez es un reto que muchas veces ha conducido al fracaso.“Su realismo mágico, ese estilo donde lo maravilloso se introduce sutilmente en lo cotidiano, donde lo asombroso no es atípico, es una arma de doble filo”, opina Paz Alicia Garciadiego, guionista mexicana, esposa del director Arturo Ripstein.


En efecto, gran parte del encanto de la obra de García Márquez está en el lenguaje, muchas veces poético. En la manera como él dice las cosas, en las imágenes que logra crear con las palabras. En ocasiones llevar ese material literario al cine o a la televisión de manera acertada y eficaz es poco menos que imposible. Por esa razón es común encontrar en muchas de estas producciones personajes que dicen frases poéticas que no forman parte de la conversación cotidiana de una persona. Eso hace que a veces parezcan demasiado teatrales o falsas e incluso caricaturescas. “¿Cómo traduces esa prosa a la pantalla? La historia sí se puede, ¿pero su prosa? Es divina. El poder de sus novelas emana del lenguaje de las atmósferas que construye. Yo leo a García Márquez por cómo escribe. Por decir cualquier cosa: a J.K. Rowling no la lees porque qué bello escribe, sino porque quieres saber qué le va a pasar a Harry Potter. Con García Márquez todo es más difícil”, concluye Daniel Krauze, también mexicano, quien es novelista, guionista y crítico de cine.


Sin embargo, ha habido películas que lograron evadir las tentaciones y trampas de lo real maravilloso y tradujeron al lenguaje del cine los argumentos de García Márquez.
Estas son algunas de las producciones cinematográficas basadas en la obra de García Márquez más destacadas y elogiadas por la crítica.


Memoria de mis putas tristes, de 2011, es una producción de México, Dinamarca, España y Estados Unidos que dirigió Henning Carlsen y protagonizaron Emilio Echevarría y Geraldine Chaplin. Ganó el premio premio a Mejor Película en el Festival de Málaga.


Del amor y otros demonios, de 2009, una coproducción entre Costa Rica y Colombia, la dirigió Hilda Hidalgo y sus protagonistas fueron Pablo Derqui y Eliza Triana. Fue nominada a mejor película en el Festival de Cine de Los Ángeles.


O veneno da madrugada, del director Ruy Guerra, es una coproducción de 2005 de Brasil, Argentina y Portugal, protagonizada por Leonardo Medeiros y Juliana Carneiro. Es una adaptación de la novela La mala hora. Fue nominada a la Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián y ganó el premio a Mejor Fotografía en el Festival de Cine de La Habana.


El coronel no tiene quien le escriba, del director mexicano Arturo Ripstein, es una coproducción de México, Francia y España que se llevó a cabo en 1999, en la que actúan Fernando Luján y Marisa Paredes en los papeles principales. Nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes, ganó el Premio del Cine Latinoamericano en el Festival de Sundance.


Crónica de una muerte anunciada llegó a la pantalla grande en 1987 en una coproducción entre Italia, Francia y Colombia. Su director fue Francesco Rosi, quien escribió el guion junto con Tonino Guerra. Ornella Muti y Rupert Everett fueron sus protagonistas. Fue nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
En 1984 el director japonés Shuji Terayama dirigió Saraba hakobune (Adiós al arca)
, una adaptación de Cien años de soledad que protagonizaron Tsutomu Yamazaki y Mayumi Ogawa. Esta producción japonesa recibió una nominación a la Palma de Oro en el Festival de Cannes y Tsutomu Yamazaki fue declarado Mejor Actor por la Academia Japonesa.


En 1983 Ruy Guerra dirigió Eréndira, adaptación de La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y su abuela desalmada, una coproducción entre Francia y México que protagonizaron Irene Papas y Claudia Ohana. Fue nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes y ganó el Premio Ariel por el diseño de su producción.
Algunas producciones colombianas muy recordadas fueron La mala hora, de 1977,
una producción de RTI que escribió y dirigió Bernardo Romero Pereiro, protagonizada por Frank Ramírez. De la serie Los amores difíciles se destaca Milagro en Roma, del director Lisandro Duque, con guion del director y del propio García Márquez. Esta producción de 1988 se basa en el cuento La santa.

 
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