Mi libro favorito: 'La Vorágine'

Hace un lustro, en mi condición de funcionario público, tuve la oportunidad de escuchar en Casanare al entonces alcalde de Orocué describir con orgullo e ilusión el parque temático de su municipio que llevaría por nombre La vorágine. Le dije en esa oportunidad que dicha obra de José Eustasio Rivera era, sin duda, mi libro favorito. 

Esta novela, que leí por primera vez a mis 10 años por recomendación de mi hermano mayor, ha dejado una impresión indeleble en mi mente gracias a su poderosa narrativa, con la que desarrolla una rica exploración de temas sociales inmersos en la belleza y la brutalidad de la selva amazónica.

Por una parte, La vorágine es una obra que captura de manera magistral la hermosura, los misterios, peligros y majestuosidad de la selva colombiana. Las descripciones detalladas del paisaje, la flora y la fauna son tan maravillosas que de niño me transportaban a un inquietante y peligroso mundo cargado de aventura, completamente distinto al de mi tranquila Valledupar. 

Además, la novela aborda temas que con el paso de los años entendería como profundos y universales, como la cruda explotación de los recursos naturales, la lucha por la supervivencia de los menos favorecidos y la crueldad de la colonización. La historia de Arturo Cova, el protagonista, y su viaje a través de la selva mientras lidia con la codicia de los caucheros y la injusticia social, es una representación conmovedora de las luchas humanas por la justicia y la dignidad. La búsqueda de su amor perdido la entendería posteriormente no solo como un hecho indiscutiblemente romántico, sino como una metáfora de la desesperada e incesante búsqueda humana por la salvación en medio de las dificultades y de nuestras limitaciones y errores. 

Otro aspecto que hace que La vorágine sea mi libro favorito es su estilo literario. El autor utiliza un lenguaje que eleva la novela a una obra de arte. El primer párrafo del libro sería una de las primeras frases de literatura que me aprendería de memoria y sobre la que tantas veces reflexionaría: ¿cómo es posible que al jugarse el corazón al azar ganase la violencia y no el amor? 

Así las cosas, La vorágine es mi libro favorito porque combina una narrativa cautivadora con temas esenciales. Esta obra sigue siendo fuente de inspiración para mí, recordándome que tanto la naturaleza como la justicia son, a su manera, dos manifestaciones distintas del elusivo concepto de la belleza.