Teatro Libre, medio siglo contra la corriente

El pasado viernes, en su sede de Chapinero, el Teatro Libre de Bogotá celebró 50 años de vida artística, un festejo que iniciaron al despuntar el año y que aún no termina, ya que en estos últimos meses del año ofrecerán una variada programación como parte del homenaje a su medio siglo de vida. En esa reunión se encontraron viejos y nuevos amigos, entre ellos actores, artistas y periodistas a quienes los miembros del Teatro Libro querían agradecer por la labor que han hecho para apoyar la causa. Como señala Diego Barragán, actor, director de teatro y además director artístico del Teatro Libre “le rendimos homenaje a esa historia. Se hizo una presentación del presente del grupo donde se mostraron fragmentos de 11 obras que tenemos en nuestro repertorio en este momento”.

El Teatro Libre se formó en 1973 a partir del grupo de teatro de la Universidad de los Andes. Su primera sede, en el barrio La Candelaria, la abrieron en 1978 y diez años después compraron el antiguo Teatro La Comedia, en Chapinero. Desde entonces utilizan ambas sedes para sus diversas actividades culturales.
El grupo comenzó haciendo teatro marcadamente político pero a partir de 1978, cuando montaron el Rey Lear, de  William Shakespeare. En ese momento decidieron alejarse de su militancia política con el Moir y abordar los temas políticos y sociales a través de la representación de piezas clásicas del teatro universal, a la vez que promovieron la dramaturgia colombiana. Se esforzaron por mostrar la realidad colombiana a través de otras realidades y situaciones.

El Teatro Libre ha realizado alrededor de 100 montajes de obras de dramaturgos colombianos y de la literatura universal. Ha desarrollado una escuela de formación de actores y, además, durante muchos años tuvo la bandera del jazz a través del Festival de Jazz del Teatro Libre, pionero en la formación de públicos interesados en ese género musical y que si bien ya no trae figuras del jazz de otros países por razones de tipo económico, ha seguido apoyando de manera muy activa la escena del jazz colombiano.

La celebración de estos 50 años de vida ha sido muy movida y variada. Desde el pasado 22 de agosto está abierta al público en la sede de Chapinero la exposición fotográfica Memorias de sueños posibles: Grupo Teatro Libre, que presenta la evolución del grupo en estas cinco décadas, que no han sido para nada fáciles. La exposición destaca los momentos clave del grupo y arranca en el momento político inicial en la plaza pública hasta la adquisición de sus salas y el tiempo presente. Las fotografías se complementan con piezas sonoras y videos.

El 23 de agosto, a través del canal de YouTube del teatro, arrancó la serie Voces amigas, en la cual diversos invitados especiales, muy vinculados a la historia del grupo, le han contado a Diego Barragán sus recuerdos y vivencias relacionados con el Teatro Libre.

En la fiesta del pasado viernes 25 se lanzó el Festival Clásicos en Bogotá, que surgió a raíz de una gira del teatro libre por España el año pasado y en el cual fueron testigos de la acogida que tenían las obras de autores clásicos. por esa razón el Teatro Libre decidió organizar un pequeño festival que comienza el 5 de septiembre.

La primera obra en escena será Una humilde propuesta, a cargo del grupo español Micomicón, bajo la dirección y dramaturgia de Laila Ripoll, basada en un texto de Jonathan Swift. Esta pieza es un latigazo a la indiferencia y propone con moderación y mesura un método para acabar con la pobreza en el mundo y se presentará los días 5 y 6 de septiembre.

El festival continúa con Abre el ojo, de Francisco de Rojas Zorrilla, a cargo del grupo español Noviembre Compañía de Teatro. Esta obra podría definirse como un poliedro amoroso, ya que don Clemente no se decide entre doña Hipólita, doña Beatriz y doña Clara. Esta última tampoco tiene claro a quién escoger entre don Clemente, don Julián de la Mata y Juan Martínez Caniego, el regidor de Almagro. El resultado, un enredo de engaños, amantes ocultos y un trasteo tras otro para huir de los representantes de la justicia. Las funciones de Abre el ojo serán 7,8 y 9 de septiembre.

El festival termina con Amo y criado, de Francisco de Rojas Zorrilla, interpretado por el grupo Teatro Libre bajo la dirección de Eduardo Vasco (España). Es una historia bastante truculenta de asesinatos, engaños malentendidos y celos. Las funciones serán 14, 15 y 16 de septiembre.

Una vez terminado el Festival Clásicos en Bogotá la celebración continúa más adelante con dos montajes. Entre el 22 de septiembre y el 8 de octubre el grupo presentará La evitable ascensión de Arturo Ui, versión del Teatro Libre de la obra clásica de Bertholt Brecht, bajo la dirección de Diego Barragán. Esta pieza es una parodia del ascenso al poder de Hitler que ocurre entre pandilleros de Chicago. En vez de Hitler, quien asciende al poder es Arturo Ui, un mafioso que controla el tráfico de coliflor en la ciudad mediante la extorsión y eliminando a sus oponentes. Es un retrato satírico de cómo Hitler llegó al poder a través del engaño, la traición, el crimen y el terror. También muestra cómo ese ascenso se hubiera podido evitar.

El cierre de la temporada de festejos culminará con Colombian psycho, una adaptación de la obra que escribió Santiago Gamboa antes de la pandemia. Es una historia que habla de varios asesinatos, que comienza cuando en La Calera se encuentran los huesos de dos brazos y dos piernas pero no se encuentra el resto del cuerpo. Y resulta que el resto del cuerpo está vivo, en la cárcel y es de un paramilitar. A partir de allí una periodista y un fiscal develan un tejido de maldad, hasta dónde se llega por dinero. Colombian psycho va a estar en temporada entre el 3 de noviembre y  el 3 de diciembre en la sala del Centro.