¿Existe el riesgo de un apagón en Colombia en 2024?

Entre 1992 y 1993 Colombia vivió 11 meses con racionamientos de energía.

Crédito: Colprensa

2 Abril 2024

¿Existe el riesgo de un apagón en Colombia en 2024?

Nuevas alertas sobre racionamiento de energía preocupan a los ciudadanos y al sector, que pide al gobierno tomar medidas. ¿Estamos cerca de una situación como la de 1992?

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

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Hace poco más de 30 años Colombia vivió dos años “oscuros” que hoy recuerdan todavía muchos ciudadanos. Entre 1992 y 1993 buena parte del país pasó meses con racionamientos de energía, durante el gobierno de César Gaviria.

Inició por estas fechas del año. Se venía presentando un fuerte fenómeno de El Niño que dejó casi sin agua al sistema interconectado, a lo que se sumó el mal mantenimiento de las centrales térmicas, problemas financieros de las empresas eléctricas, y los retrasos y sobrecostos en la construcción de la hidroeléctrica de El Guavio. 

Fue tal la magnitud de la crisis que varias regiones del país vieron cortes de luz por 11 meses, en bloques de a cuatro horas por día, se adelantaron una hora los relojes, la economía sintió un impacto de 630 millones de dólares de ese entonces y se terminó reestructurando el Ministerio de Minas y nacieron entidades como la Comisión de Regulación de Energía (hoy conocida como la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg)). 

El miedo a un apagón sigue vivo en los colombianos luego de tres décadas. En los últimos meses, con la nueva temporada del fenómeno de El Niño, se ha vuelto a hablar de ese riesgo por el menor nivel de los embalses, el aumento en los precios de la energía, el temor de las personas… Y ahora, una carta de XM, el operador del sistema interconectado y el administrador del mercado de energía mayorista de Colombia, volvió a generar el interrogante de si Colombia puede estar cerca a otro apagón

XM le pidió al gobierno, a través del Ministerio de Minas y Energía, tomar una serie de medidas para evitar un “desabastecimiento de energía”. Según la entidad, se está dando un aumento en la demanda de electricidad, que se combina, desafortunadamente, con bajos aportes hídricos, que son todas las afluencias de agua que llegan a las plantas de generación y a los embalses.

Entre las sugerencias está implementar campañas que ayuden a bajar la demanda de energía, como intensificar el teletrabajo para que las empresas ahorren en iluminación o apaguen la luz en las noches; reducir las exportaciones de energía a Ecuador; aprovechar proyectos de autogeneración de energía de empresas como Drummond, Reficar y la Cira Infantas, un campo petrolero; o procurar por un aumento en la generación de energía por medio de termoeléctricas y otras fuentes. 

¿Cuán grave es la situación? 

En Colombia el grueso de la generación eléctrica proviene de fuentes hídricas, es decir, de los embalses. Pero también hay otras fuentes de energía que funcionan como un complemento - y un respaldo cuando los niveles de los embalses bajan- como las termoeléctricas, que utilizan combustibles fósiles para generar energía a partir de calor. Según XM hay “señales de riesgo” sobre la operación actual, y el volumen agregado de los embalses aprovechable para producir energía eléctrica se ubica en un nivel de 31,8 por ciento, inferior “a los mínimos históricos de los últimos 20 años para marzo”. 

Para varios expertos, la situación es compleja, y necesita de medidas urgentes. “Lo que muestra la carta de XM es que estamos en una situación como de alerta amarilla o naranja”, comentó a CAMBIO, Alejandro Castañeda, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), el gremio que representa a las generadoras térmicas. 

Según Castañeda, el sistema venía “muy confiado y tranquilo” y las plantas hidráulicas venían usando el agua porque se esperaba que las lluvias habituales volvieran hacia finales de marzo, cosa que no pasó. Por eso ahora se necesita aprovechar las plantas térmicas para que el agua se gaste a un menor ritmo. “Que haya o no cortes dependerá de las medidas que se tomen esta semana para que lo que nos queda de agua lo usemos lo más lento posible mientras regresan las lluvias fuertes al país”, aseguró.

Castañeda comparte varias propuestas de XM como darle incentivos para que los usuarios consuman menos, suspender las exportaciones a Ecuador, o incentivar a los industriales a vender sus excedentes a precios de bolsa. Pero además, propone “activar el estatuto de riesgos en abastecimiento”, que implica que, si efectivamente estamos en riesgo, “como deja ver la carta los generadores hidráulicos tienen que comenzar a embalsar, es decir, guardar agua y no usarla". 

“Son medidas que, si se toman esta semana, dilatan la alerta. Estamos en una situación complicada, si no llueve en abril ni en mayo (...) se tendrían que tomar medidas de cortes programados. Toca que llueva", dijo. 
 
Castañeda asegura que de 240 gigavatios (GW) que consume el sistema al día actualmente, 102 provienen de estas plantas, casi 45 por ciento, pero su capacidad puede llegar a subir hasta 112 GW o 118 GW. “Asi prendiéramos todas las térmicas, solo nos alcanza para el 50 por ciento de lo que consumimos en el día a día”, aseguró. 

La Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen) es el otro gremio del sector, el cual agrupa a la mayoría de empresas y compañías generadoras de energía, más allá de las térmicas. Natalia Gutiérrez, presidente de Acolgen, también mostró su preocupación por la situación. 

“El riesgo de racionamiento durante un fenómeno de El Niño siempre existe, y más en su fase final. Hoy creemos que el gobierno nacional debe adoptar medidas que por un lado aseguren que el parque de generación térmica pueda continuar y aumentar su entrega de energía y por el otro lado, necesitamos un mecanismo que asegure una disminución en el consumo de energía, algo similar a la campaña de “Apagar paga” ejecutada durante El Niño de 2015 y 2016”, dijo Gutiérrez. 

La ejecutiva del sector cree que vivir una situación similar a la ocurrida en los años 90 “es poco probable”, pero no es imposible. Según Gutiérrez, el país aprendió la lección hace 30 años, y a raíz del apagón nacional nació una nueva regulación que sentó bases sólidas que han permitido el desarrollo del sector. Sin embargo, también alertó por la coyuntura actual en que, por ejemplo, la Creg no cuenta con funcionarios, a pesar de ser, según la presidente de Acolgen, “uno de los entes más relevantes para afrontar una sequía”. 

Igualmente, Gutierrez aseguró que el panorama a mediano plazo es más delicado, pues los balances entre oferta y demanda "cada vez son más estrechos y necesitamos impulsar el ingreso en operación de los proyectos en fila, y de nuevos proyectos en nuestro sistema", para garantizar la atención a una demanda de energía eléctrica que viene creciendo por encima de los promedios históricos. 

Camilo Sanchez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco) también se refirió al tema y de la importancia de tomar medidas de modo que no se vea afectada la prestación del servicio de electricidad. 

“No podemos bajar la guardia en este momento, cuando ya hemos logrado sobrepasar la mayor parte del fenómeno de El Niño. No hemos tenido un apagón y no lo queremos. A ninguno de los colombiano ni al sector de energía y gas le interesa que tengamos un apagón, esto tiene unos precedentes muy complicados. Le solicitamos al gobierno una campaña masiva para que ahorremos energía y agua en este momento crítico”, dijo.

Sánchez calcula que, así como se hizo con la campaña “Ahorrar paga” de 2016, se puede bajar en 4 por ciento la demanda de energía con incentivos. Hoy tenemos 8,3 por ciento más alta la oferta que la demanda y eso incrementa los precios”, dijo. 

Finalmente, Alejandro Lucio Chaustre, director de Optima Consultores y experto en el sector, advierte que, de no reversarse la tendencia de aportes hídricos en las próximas semanas, algo que ve con poco optimismo, "el riesgo de racionamiento es latente". Por eso, cree que seguramente vendrán anuncios para incentivar el ahorro en el consumo, y posibles racionamientos en algunas regiones del país. "No estamos hablando de un racionamiento de las magnitudes del del año 1992. De tener que racionar, este sería en algunas horas del día y no igual para todas las regiones del país", concluyó. 

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