Los riesgos que enfrenta Colombia para generar energía hoy y a mediano plazo

Cerca del 68 por ciento de la energía que se genera en el país proviene de fuentes hidráulicas.

Crédito: Colprensa

16 Abril 2024

Los riesgos que enfrenta Colombia para generar energía hoy y a mediano plazo

El centro de estudios económicos Anif dice que tener una matriz energética dependiente de la generación hidráulica y querer mantener precios bajos y un servicio constante no es compatible con el fenómeno de El Niño.

Por: Redacción Cambio

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Las complicaciones derivadas del fenómeno de El Niño le están pasando factura a los servicios públicos en Colombia. Mientras el país vive recortes de agua en varias zonas y hay amenazas de desabastecimiento de energía, varios expertos exploran alternativas para hallar una solución a la crisis que enfrenta el país. 

El centro de estudios económicos Anif hizo un informe que analiza las preocupaciones y retos frente a la generación energética en Colombia. Según Anif, Colombia enfrenta una “trinidad imposible de energía”, pues el país tiene una alta dependencia en la generación hidráulica mientras busca mantener precios bajos en el mercado energético y una oferta constante. Estas situaciones no son compatibles con el fenómeno de El Niño. 

Del total de energía que se genera en el país, el 30,7 por ciento proviene de fuentes térmicas y cerca del 68 por ciento de fuentes hidráulicas. Esa estructura, menciona Anif, ha cambiado debido a la crisis reciente, lo que ha incrementado la participación de la energía térmica en 2,2 puntos porcentuales en comparación con su aporte de una década atrás. Este tipo de de energía es más costoso de producir porque se usa principalmente gas y carbón

La entidad señala que la generación hidroeléctrica sigue siendo parte fundamental del sistema, lo que sugiere, entre otras cosas, “el alto grado de vulnerabilidad que enfrenta la generación ante cambios en el clima y fenómenos del Niño” que son cada vez más agudos. 

“Si se quieren controlar los precios y mantenerlos bajos, en épocas de escasez de agua, no hay suficientes insumos para la generación constante de energía, lo que concluye en racionamientos tanto de agua como de energía eléctrica. Si se decide mantener una oferta constante, es inevitable una mayor participación de las termoeléctricas, encareciendo los precios del mercado”, plantea el centro de investigaciones. 

Anif reconoce que “la energía térmica ha mantenido el bombillo prendido de los colombianos” y ha evitado que se registren apagones, y aunque los precios han subido, esto ha mantenido el funcionamiento normal de sectores como la industria y el comercio. 

Pese a ello, Anif enfatizó en que el propio Acueducto de Bogotá ha dicho que por lo menos se necesitan seis meses de lluvia para que los embalses vuelvan a sus niveles normales. 

Los riesgos a mediano plazo

La coyuntura no es el único reto para la generación energética. Entre las complicaciones que reconoce el sector también figura la necesidad de una nueva subasta de energía hacia 2028, como lo han solicitado varios actores de la cadena energética, y las demoras en los tiempos de entrada de los proyectos asignados y su respectiva generación de energía. 

El documento menciona que, según información de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), entre 2024 y 2025 se espera que entren en operación 119 proyectos de fuentes no convencionales de energías renovables, pero 46 por ciento aún están en trámites de permisos ambientales y técnicos. 

Además, Anif reconoce la alerta que se ha elevado en el sector en relación con las reservas probadas de gas natural: están en 7,2 años, el nivel más bajo en diez años. “Eso da como resultado que para 2028, con los planes de expansión actuales, la energía en firme no será suficiente para cubrir la demanda. La situación empeora si además de las bajas reservas de gas, se suma la falta de contratos de exploración de petróleo”, indicó el centro de estudios económicos. 

Entre los riesgos de ese panorama, dice el informe, el país se vería forzado a importar el combustible al perder su soberanía energética en ese frente, a lo que se suma la falta de desarrollo en las energía renovables para autoabastecer el sistema. 

“La situación energética del país es por lo menos alarmante. La alta dependencia en la energía hidroeléctrica en conjunto con el fenómeno de El Niño, así como la baja disponibilidad de reservas de gas, reflejan la vulnerabilidad del sistema. Una demanda creciente y la tardanza en la puesta a punto de los proyectos de generación de energía, muestran un panorama pesimista que mantiene latente el riesgo de un apagón en el futuro”, concluyó el informe. 
 

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