¿Libertad al acusado del crimen de María Mercedes Gnecco?
10 Marzo 2024

¿Libertad al acusado del crimen de María Mercedes Gnecco?

Esta semana se sabrá si José Manuel Gnecco, enjuiciado por el asesinato de su esposa, sale de la cárcel donde ha estado en detención preventiva casi dos años. La Fiscalía tiene preparados nuevos elementos de la mano de un testigo sospechoso.

Por: Jose Monsalve | [email protected]

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Cero y van tres. El próximo miércoles un juez de garantías escuchará los argumentos a favor y en contra de que José Manuel Gnecco recobre su libertad, tras dos intentos fallidos, y luego de año y ocho meses de encarcelamiento cautelar. Lo acusan de supuestamente haber asesinado a su prima y esposa, María Mercedes Gnecco, muerta en su casa en San Andrés Islas de un disparo el 5 de octubre de 2021, cuando la pareja celebraba su noveno aniversario de matrimonio. La Fiscalía y la hija de la víctima creen que quien disparó fue él, mientras que el reo insiste en que es inocente y que hay pruebas desatendidas que llevan hacia al verdadero tirador.

Los intríngulis de la escena del crimen, los personajes enfrentados y una serie de giros espectaculares atrajeron poderosamente a la prensa y, en consecuencia, el caso acaparó la atención nacional. La pregunta de fondo es: ¿quién hizo el disparó que acabó con la vida de Merce Gnecco? 

La hipótesis de la Fiscalía es solo una. El elocuente fiscal Mario Burgos, con el apoyo de la cúpula de la entidad, asegura que todo ocurrió dentro de la casa, que la noche del crimen allí solo estaba la víctima con su esposo, nadie más, y que por tanto fue este quien disparó. En las audiencias Burgos ha expuesto una recreación digital en la que ubica al marido sentado en una de las sillas del comedor con una pistola y disparando contra la mujer a corta distancia. La ilustración repara en la altura de dos personajes, figura la trayectoria que habría tenido el proyectil y la ubicación de la herida en un costado de la víctima, para así afirmar que esa –ninguna otra– sería la escena del balazo.

Pero el acusado, desde esa noche fatídica, ha repetido que estaba con su esposa en la planta baja de la casa pasadas las 8:30 de la noche cuando ella gritó alertando que afuera de la casa, en el jardín de la propiedad privada, había unos tipos. Asegura que su reacción instantánea fue subir al segundo piso para hacerse con su arma traumática y que estando arriba escuchó un disparo, regresó y encontró a su esposa tendida, herida, a medio camino entre la sala y el comedor. Gnecco afirma que se asomó a la puerta e hizo varios disparos con su arma para ahuyentar a los criminales, que su esposa le dijo que no podía respirar y que ante eso llamó a la línea de emergencia y pidió auxilio. 

Pruebas caso Gnecco 2

“¡Mande una ambulancia, por favor, hacia la subida al Radar, casa El Palmar, le acaban de disparar a mi esposa, le acaban de disparar a mi esposa, por favor, por favor...! –dice en shock y luego agrega–: ¡Entraron unas personas, no sé qué pasó!, ¿dónde estabas tú mi amor, linda? ¡Apuren por favor, le dispararon a ella, qué hijueputas, qué es esta mierda!”, esa fue la llamada de socorro Gnecco, registrada en la central de radio a las 8:39 p.m. También está documentado que apenas seis minutos después llegaron a la casa agentes de vigilancia y a las 9:05 policías del Goes (Grupo de Operaciones Especiales). 

Uno de los primeros en llegar fue el intendente Julián Calle. Este es su testimonio: "Ingresamos y observamos a una femenina de vestido blanco, cabello rubio, contextura delgada, tez blanca. Se encontraba tendida en el piso al lado del comedor, de medio lado (...), tenia un manchón pequeño de sangre en el vestido, pero no había lago hemático. En ese instante llegó el subteniente Julio Rodríguez y el teniente Mateus, comandante del Goes, con sus unidades policiales. Ellos cortan el vestido de la señora con una tijera que se encontraba sobre la mesa del comedor, con el fin de verificar la herida, observando que tenía un orificio a la altura del tórax lado derecho". Los policías en sus relatos cuentan que le pidieron a Gnecco una manta para usarla a modo de camilla y que transportaron a la víctima al hospital, pero nadie pudo salvarla. A las 9:30 p.m. María Mercedes falleció a causa de shock hipovolémico, o sea, hemorragia interna.

La policía judicial que "aseguró" la escena encontró dentro de la vivienda la bala que hirió de muerte a la víctima. También hallaron que uno de los vidrios de las ventanas de la cocina estaba perforado por impacto de un proyectil con trayectoria desde el jardín exterior hacia el interior de la casa. Pero Burgos asegura que es un tiro de mentiras, fingido por Gnecco para simular que hubo un ataque desde afuera de la casa. El funcionario, apoyado en los mismos dibujos animados, dice que un disparo con esa trayectoria (exterior-interior de la casa) jamás podría haber impactado a la mujer a la altura del tórax donde resultó herida: “Para que así ocurriera María Mercedes tendría que haber estado levitando 11 centímetros por encima del suelo”, explicó el fiscal ante los jueces. 

Con ese planteamiento el fiscal Burgos consiguió la captura de José Manuel Gnecco y ha logrado mantenerlo tras las rejas al tiempo que el juicio de fondo marcha a paso lento. El acusado y su defensa han tratado, infructuosamente, de revocar la medida en dos ocasiones. El primer intento fallido fue en enero de 2023, cuando los abogados de Gnecco contaron más de 120 días a partir de la presentación del escrito de acusación sin que el juicio se hubiera iniciado. Es decir, consideraron que procedía la libertad por el vencimiento de ese plazo procesal que fija la ley. La Fiscalía alegó que si no se había llegado a la etapa de juicio era porque  la defensa del acusado había hecho demasiados reparos al descubrimiento de pruebas y estos replicaron que sí pero que lo hicieron porque el ente acusador se negaba reiteradamente a entregar todos los elementos. El juez de turno hizo sus propias cuentas, dijo que algunas demoras eran de cuenta de la Fiscalía y otras de la defensa, y concluyó que no iban 120 días sino 97. Al preso le faltaban 23 días para que la causal que invocó procediera.

El avión al servicio del fiscal general Barbosa

Tres meses después, ya en abril, Gnecco solicitó nuevamente la libertad con el mismo argumento. Para entonces llevaba diez meses detenido en la cárcel La Picota de Bogotá. En esa ocasión, ya avanzada la audiencia, la Fiscalía impugnó la competencia de la jueza de garantías de Bogotá, dijo que como el caso había tenido lugar en San Andrés, era un juez de las islas el competente. La defensa de Gnecco se opuso. Y el asunto tuvo que ser resuelto en la Corte Suprema de Justicia, meses después. El máximo tribunal confirmó la competencia de la jueza de Bogotá y le ordenó continuar con la audiencia de solicitud de libertad. La diligencia debía retomarse el lunes 10 de julio. Pero ocurrió algo que dejó perplejo a medio mundo, incluyendo al mismísimo ministro de Justicia, Néstor Osuna.

El 6 de julio Burgos solicitó el trasladó inmediato de Gnecco a la cárcel de San Andrés Islas con el argumento de que allá debía estar para la audiencia de inicio del juicio. El mismo día el Inpec respondió que ok pero que inmediato no podía ser por razones de presupuesto. Entonces el fiscal en cuestión –el mismo 6 de julio– se encargó de sentar a Gnecco en el avión privado de la Fiscalía y ponerlo en San Andrés. Y después, el lunes, con el reo allá, nuevamente impugnó la competencia de la jueza que debía continuar con la audiencia de solicitud de libertad. El fiscal alegó, como si no hubiera maniobrado y empeñado todos los recursos posibles, que dado que el detenido no estaba en Bogotá sino en San Andrés, la togada ya no era competente. Los abogados de Gnecco protestaron y formularon queja disciplinaria contra el fiscal señalando que el argumento de que el acusado debía comparecer presencialmente en la isla era falso pues para la fecha no había audiencia alguna programada. El caso es que entonces Gnecco continua en la cárcel de San Andrés. Y este miércoles, intentará, por tercera vez, que se le permita seguir enfrentando el proceso, pero en libertad.

Pruebas caso Gnecco 3

En esta ocasión argumentará otra causal de solicitud de libertad por vencimiento de términos: aquella que establece que no pueden pasar más de 150 días entre que se instala el juicio y la sentencia. Como ese tiempo está más que superado, el debate se centrará en quién ha tenido la culpa de que el juicio apenas esté por empezar.

Por un lado están Gnecco y su abogado, el penalista Marlon Díaz, quienes sostienen que las deficiencias y trabas, desde el comienzo, han sido de la policía judicial y la Fiscalía. Al respecto, el acusado indica que fue gracias al cuidador de la casa que al siguiente día del crimen se encontró una vainilla entre la yerba, en el jardín, frente a la ventana que registró un impacto. Efectivamente, los agentes a cargo tuvieron que regresar y recolectaron el elemento donde les señaló el trabajador. Esa vainilla resultó ser consistente con el proyectil que mató a Merce, munición de pistola 9mm. 

Y ambos elementos cobraron mayor relevancia cuando la defensa de Gnecco solicitó que fueran cotejados con armas de ese tipo incautadas en San Andrés. Fue así que el Sistema Único de Comparación Balística (Sucoba), el laboratorio de la Dijín y la Interpol, que es alimentado a nivel nacional, concluyó que había coincidencia plena con una pistola 9 mm incautada el 19 de noviembre de 2021, o sea, poco más de un mes después del crimen de Gnecco. No fue un hallazgo menor para el caso: en poder de las autoridades está el arma, el casquillo y el proyectil con que se cometió el asesinato. 

Pero esa revelación no ha llevado a la Fiscalía a rebarajar su única hipótesis. Burgos insiste en que todo ocurrió dentro de la casa y que quien disparó fue el acusado. Más que eso, la Fiscalía y el abogado Iván Camilo Jiménez, que representa a la hija de la víctima, se opusieron a que el cotejo balístico se hiciera y luego, ante el resultado científico del Sucoba, trataron de impedir que la juez del caso lo admitiera para ser debatido en juicio. Y aún más, presentaron lo que llamaron "un contra-peritaje" del CTI hecho a las voladas para tratar de restarle contundencia al cotejo balístico. Pero la jueza admitió sólo este último y rechazó el documento del CTI.

El hallazgo del arma homicida abrió todo un filón y en esa senda también hay revelaciones inquietantes. El acusado José Manuel Gnecco formuló denuncia penal contra los dos menores a los que la Policía les halló el arma. Se trata de dos adolescentes con un amplio prontuario penal, incluyendo delitos como homicidio y tráfico de armas. La fiscal local de San Andrés que investiga a esos dos jóvenes se ha negado a que Gnecco pueda participar en ese proceso como víctima. 

Díaz, el defensor del viudo, encontró entre cientos de folios oficiales sobre la muerte de María Mercedes, un informe de inspección a la escena de los hechos que da cuenta de un rastro de sangre hallado en el exterior de la casa. ¿Dónde? justo debajo de la ventana con perforación de bala. Llama la atención que la Fiscalía no haya siquiera mencionado este hallazgo en las extensas audiencias que se han adelantado. Una de las peticiones de Díaz a la fiscal de menores es que se coteje ese rastro sangre con el ADN de los jóvenes. Uno de estos, Geral David Pereira Castro, ya es mayor de edad y ha seguido delinquiendo, por lo que fue a dar a la cárcel de San Andrés. 

MB

Allá lo entrevistó, con los permisos y el protocolo legal, un investigador de la defensa de Gnecco el 8 de mayo de 2023. El joven (según su testimonio grabado) contó que el arma en cuestión se la robó a Jordan Pusey, jefe de una banda criminal, en venganza porque este desapareció a un primo suyo sumergiéndolo en ácido. Dijo que hurtó la pistola el 10 de noviembre, o sea, casi un mes después del crimen de María Mercedes Gnecco y apenas una semana antes de que se la incautaran. "No sabía que esa arma tenía muerto", aseguró.

Pero se acaba de conocer que el joven dio un giro radical. El 21 de septiembre de 2023 la fiscal de menores lo interrogó y allí Pereira (según su segundo testimonio grabado) confirma que se robó el arma a la banda los Pusey, pero ahora indica que lo hizo "como dos o tres meses" antes de ser capturado, o sea, según este dicho tenía en su poder la pistola para la fecha del crimen de María Mercedes Gnecco. Pero la fiscal local no se detuvo en ello, ni siquiera le preguntó dónde estuvo el 5 de octubre de 2021 cuando se dio el crimen. El testigo, embargado de dudas, sin espontaneidad con generalidades, afirma que José Manuel Gnecco ha tratado de sobornarlo. Dice que la primera entrevista que rindió fue falsa, que creyó estar declarando no ante un investigador de la defensa sino ante un agente de la Interpol. La declaración rebosa en dudas (en un momento dice que Gnecco le manda razones, ofrecimientos y afirma que nunca le ha dado ni mirada ni palabra; y casi al final, luego de un par de cortes de la grabación, recuerda que acaba de tener un diálogo con Gnecco antes de iniciar la diligencia). 

Ya sea que haya mentido en la primera declaración, supuestamente rendida a un agente de la Interpol, o en la segunda ante la fiscal de menores, es de bulto que se trata de un delincuente mentiroso, y en sus manos apareció el arma con que se perpetró el crimen. Por eso nadie entiende que la fiscal ya haya solicitado audiencia de preclusión a favor de los menores fijada para el próximo 28 de mayo, sin siquiera agotar la fase de investigación. Y más desconcertante es que no se busque archivar el caso con la posibilidad de que se reactive en el futuro, sino que quiera precluirlo, o sea, saldarlo como cosa juzgada para que nunca pueda reactivarse. 

Entretanto, el fiscal Burgos, casado con la hipótesis de que todo ocurrió al interior de la casa de los Gnecco en juicio deberá intentar una explicación a tantas evidencias que hay afuera: un vidrio de ventana perforado por un disparo, una vainilla coincidente con el proyectil que segó la vida de la víctima, el arma homicida en poder de dos delincuentes y un rastro de sangre en el exterior que a hoy es un gran misterio: ¿es sangre de José Manuel Gnecco? ¿De su esposa asesinada? ¿De uno de los menores a los que se les incautó el arma? ¿O corresponde a otro tercero que estuvo allí contrario a lo que afirma la Fiscalía? 

Todos esos giros, hallazgos y contratiempos son el argumento de la defensa de Gnecco para sostener que el juicio se ha retrasado no por su culpa sino de cuenta del ente acusador y que el proceso debe continuar, pero sin privación de libertad. La Fiscalía se opondrá de plano y seguramente echará mano del segundo testimonio del joven preso para tratar de impedir que el acusado salga de prisión. El miércoles se sabrá si la tercera es la vencida, si José Manuel Gnecco recobra o no la libertad.

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