Caminando por la décima
3 Diciembre 2023

Caminando por la décima

AY, QUE ORGULLOSO ME SIENTO DE SER UN BUEN COLOMBIANO

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El profesor Pompilio Iriarte celebra con un bambuco la elección del ciudadano Mikhail Krasnov como alcalde de Tunja. Inspirado en el estribillo de “Ay, qué orgulloso me siento de ser un buen colombiano”, deja sus versos en la tierra de la batalla que nos dio la independencia.

Que el zar de las esmeraldas,
que el zar de la cocaína,
que los zares del transporte…
Parecen rusos, Mafalda,
¿y dónde está la zarina?
Con palabras de este corte
Krasnov el saratoviano,
puede decir muy contento
¡Ay, qué orgulloso me siento 
de ser alcalde tunjano!

Esta Colombia infantil
‘cacao’ llama al que es magnate
y, aunque suene a disparate,
llama ‘ruso’ al albañil.
Qué bueno que Mikhail,
cacao ruso, zar tunjano
y conspicuo ciudadano,
exclame con sentimiento:
¡Ay, qué orgulloso me siento 
de ser ruso colombiano!

Que el puente de Boyacá
sobre el Moscova se extienda
y que todo el mundo entienda
que el Teatinos es de acá.
Bajando de Samacá
un hilito de agua, enano,
se queda en el altiplano
y a poco andar, sin aliento…
¡Ay, qué orgulloso me siento 
de ser un buen colombiano!

–A mí denme un corrientazo  
y un vodka para cosacos.
–Y a mí, un Ónix bien boyaco, 
cuchuco con espinazo 
y guarapo sin bagazo.
 –Para Krasnov, una sierra 
o un sudado de becerra 
con adobo y condimento.
–¡Ay, qué orgulloso me siento  
de haber nacido en mi tierra!

“Yo no soy un holograma
ni tengo un chip implantado”,
jura Krasnov asombrado
con cara de melodrama.
“Soy Mikhail y no es cuento,
mire usted, deme la mano,
señor notario, no miento,
soy ciento por ciento humano…
Ay, qué orgulloso me siento
de ser un buen colombiano”. 

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