Caminando por la décima
26 Noviembre 2023

Caminando por la décima

QUE NO CALLE LA MÚSICA

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La música como antídoto de la guerra. Esto es lo que plantea nuestra decimera MacLamus en sus versos de hoy, donde resuenan notas de grandes compositores e intérpretes que invitan a la paz.


En su obertura famosa,
la Mil ochocientos doce (1812),
Tchaikovsky plasmó las voces
de una gesta victoriosa.
Tras la guerra ignominiosa,
en las estepas de Rusia,
de nada valió la astucia
de un Napoleón prepotente,
frente a una nación creyente
que conjuró sus argucias.

Al son de La Marsellesa
los cañonazos irrumpen,
y su fragor interrumpe
los acordes que atraviesan
esta portentosa pieza.
Y si bien la guerra evoca,
la melodía desemboca
en una bella armonía,
anunciando un nuevo día,
un renacer que convoca.

La música fue el destino
de Barenboim, el pianista,
y Edward Said, el analista.
Su origen marcó el camino
de judíos y palestinos. 
Un coro sin precedentes,
unió credos diferentes
en la forma de un concierto
orquestal, que con acierto
llamaron Diván de Oriente.

Los jóvenes integrantes
de este grupo musical
conservan su fe raizal,
mientras buscan anhelantes
ser un todo concordante.
En busca de la excelencia,
lo que ha logrado en esencia
la orquesta Diván de Oriente
es un ejemplo viviente
de paz en la diferencia.

Y me digo, con tristeza,
hoy que a la música acalla
el ruido de una batalla
desigual, de tal vileza
que el corazón atraviesa:
¿podrá la música un día
deponer la vesanía
de las guerras, los misiles,
de la muerte de civiles,
del fin de la bonhomía?
 

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