Mariana Garcés
25 Noviembre 2022

Mariana Garcés

La tiene clara

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Francia Elena Márquez Mina nació en 1981 en Suárez, Cauca, llegó a pulso a ocupar la vicepresidencia de Colombia con apenas 41 años. Está trabajando, o tal vez es más preciso decir, luchando, desde que tenía 13 años. Es hija de madre jefe cabeza de hogar y ayudó en la crianza de sus cinco hermanos. Fue mamá a los 16 y estudió derecho en la Universidad Santiago de Cali.

Es feminista, activista del medio ambiente, líder social y defensora de los derechos de su comunidad. Se ganó uno de los premios más importantes en el 2018: “The Goldman Environmental Prize”. Ese fue un detonante en su carrera para hacerse conocer internacionalmente.

Después de su conversación con Pepa Bueno, directora de El País de España, mi gran conclusión es que el gobierno debe escuchar más a la señora vicepresidente Francia Márquez. A decir verdad, ella la tiene clara.

Este es un país racista y excluyente. Son muchos los afrocolombianos que han levantado su voz haciendo más que evidente esta realidad. Entre ellos, Zulia Mena y su esposo, el investigador Sergio Mosquera y su trabajo inigualable en Quibdó con el museo y centro de investigación Muntú Bantú y con los líderes juveniles; Rafael Palacios y su compañía Sankofa que bailan para ser escuchados; Paula Marcela Moreno y su trabajo desde la Fundación Manos Visibles que ella, y ni qué decir de nuestro embajador en Washington Luis Gilberto Murillo y su coequipero Oscar Gamboa; Lizeth Quiñones, directora de Asoparupa y sus luchas para que se reconozca la partería como un saber tradicional.  En el Valle agradecemos el trabajo de inclusión adelantado por Aurora Vergara desde la Universidad Icesi y que ahora se fortalecerá aún más desde el Viceministerio de Educación. Apenas menciono a algunos de nuestros compatriotas que, al igual que la señora vicepresidente, han levantado su voz para hacer evidentes los señalamientos y reivindicar sus derechos por no ser tratados como iguales por el simple hecho de ser negros. 

Como ella lo señala en su charla con El País de España, ha sido víctima de acusaciones inadmisibles en cualquier sociedad que se llame civilizada. El insulto más reciente fue hecho de manera muy despectiva por parte de la “educada” senadora María Fernanda Cabal. al referirse a ella como “emperatriz” en pleno recinto del Congreso. ¿Es con agresiones que pretenden rebatir sus propuestas? Esa no es la manera de adelantar una oposición constructiva, solo se evidencia la intención de hacer daño y de ofender.

La revelación más preocupante es cuando Francia Márquez indica que funcionarios del propio gobierno han tenido actitudes de exclusión contra ella y que le ha tocado pedir respeto recordándoles que ella es la vicepresidente. Esas actitudes responden no solo a su condición de mujer, sino de mujer afrocolombiana. 

No se considera de izquierda. Se ve como una mujer de raíz, porque, según sus propias palabras, ser de izquierda o de derecha no ha servido de mucho y no por ser de izquierda se es necesariamente antipatriarcal o antirracista.

Siente mucha presión y diría yo que, hasta temor, de incumplir las promesas de campaña con su comunidad, con las mujeres, con los jóvenes, con los grupos étnicos, entre otros. Son personas que masivamente acudieron a las urnas solo por ella, desencantados de la política o que simplemente nunca han creído que los gobiernos sean capaces de cambiarles la vida. Sabe que en cuatro años es difícil lograrlo todo, y que el haber llegado a las más altas dignidades con el presidente Petro no ha sido suficiente para detener la guerra, y lo dice abiertamente. Sin embargo, tiene claro que es posible sembrar semillas. Buenas semillas. 

Ha asumido el reto de poner en marcha el ministerio de la Igualdad. Con políticas para la igualdad racial, de género, socioeconómicas, para las mujeres, los pueblos étnicos, la población LGTBIQ+, entre otros. Un reto enorme. No quiere que esa cartera sea un saludo a la bandera. Ella nos contará cómo su ministerio dialogará con dependencias como el departamento para la Prosperidad Social, entre otros. La creación de esa nueva cartera implica una reorganización amplia del Estado para no duplicar funciones o para no entrar en conflicto. En eso está trabajando y con su tenacidad y perseverancia lo logrará. No me cabe duda.

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