Alejandro Villanueva
19 Agosto 2022

Alejandro Villanueva

Se está embolatando el desmonte

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“Si gana Petro, el 8 de agosto se acaba el Esmad” fue la promesa que Gustavo Bolívar, cabeza de lista al Senado del Pacto Histórico, expresó en medio de la colectividad. La promesa tal cual como fue dicha no era viable, era prácticamente imposible que al siguiente día de posesionado Petro se acabara dicho escuadrón. 

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Pero se infiere que lo dijo de manera simbólica, una forma de representar el compromiso inamovible y la voluntad política ante el desmonte del Esmad, algo que se exigió contundentemente durante el estallido social. Sí, puede salir gente a decir que pudo haber sido un lapsus de Bolívar, una promesa que no se encontraba facultado de hacer a pesar de liderar la lista cerrada al Congreso de la República. Pero, también fue una promesa del hoy señor presidente.

Uno

En cada debate que se tocaba el tema del desmonte Petro tajantemente marcaba una posición. Sin esperar segundos para analizar la pregunta ¿Va a desmontar el Esmad? y las implicaciones de hacerlo, respondía afirmativamente.  Dándole la razón a los miles de marchantes que fueron víctimas de este invento.

Siendo el Esmad un escuadrón de fuerza desmedida que perdió el propósito por el cual fue creado, lejos de proteger bienes jurídicos y la protesta en sí, se convirtió en una bomba de tiempo cuyo objetivo era llegar a “reventar la marcha”, se encontraran sus participantes o no, ejecutando actos violentos. De esta manera omitiendo la resolución No. 03002 del 26 de junio de 2017 que deja claro que el Esmad solo actuaría ante “disturbios, motines y demás situaciones de violencia” que amenacen la convivencia y la seguridad ciudadana, como si fuera poco, pasando por encima de la Constitución Política.

Abrazando la institucionalización irregular de la doctrina del enemigo interno, disparando a matar con armas de letalidad reducida, cabe aclarar que un arma de letalidad reducida no significa que mate. Estando así involucrados en los más de 80 muertos del paro nacional, aparte La Liga Contra el Silencio habla de 43 ejecuciones extrajudiciales desde su creación hasta junio de 2019.

El sábado 23 de noviembre de 2019, con un disparo de una escopeta calibre 12 fue asesinado Dilan Cruz, un joven de 18 años que tenía tantas metas, tantos sueños y su vida fue apagada por el Esmad, por el Estado colombiano, para que luego la derecha justificara su muerte con “estaba tirando piedra”, cuando no fue así.

El 1 de mayo de 2021 un niño de un año quedó huérfano. Asesinaron a su padre, Brayan Niño, un joven de 24 años que trabajaba arduamente para mantener a su familia. ¿Quién fue? El Esmad le disparó un gas lacrimógeno en la cara.

Sin dejar a un lado que también se planteó arrebatarle la vista a toda persona que pudieran tener en su mira y disparar llenos de sevicia. 

Tabla

Tabla dos

A pesar de esto, para Petro desmontarlo es complicado, hoy no es una necesidad y cambiaron ese desmonte necesario a una reforma estructural. Pero no ha sido capaz de salir a los medios a decirlo de la misma forma que lo prometió. Su ministro de Defensa se ha dedicado en medios a hacer un control de riesgos, donde no afirma que no irá el desmonte, pero tampoco lo confirma. En cambio, se ha dedicado a plantear otra alternativa, alternativa nunca pedida por los votantes. 

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Lo que puedo asegurar es que se hará con la mayor responsabilidad, (ya) sea la supresión o la transformación del Esmad, pero siempre bajo una perspectiva (...) una fuerza que tiene que respetar absolutamente los derechos humanos y que no puede ver en los manifestantes al enemigo”, dijo el jefe de la cartera, Iván Velásquez.

Complementando tal propuesta, el nuevo director de la Policía, Henry Sanabria, ha negado tajantemente la voluntad política de desmontarlo. “El señor presidente habló del Esmad como una fortaleza institucional, dejando claro que debe ser un grupo de intervención que, como se dice en el argot penal, debe ser la ‘ultima ratio’, la última razón para actuar, lo que quiere decir que lo que se quiere es garantizar los derechos y libertades de las personas, pero también que se cumplan los deberes de los particulares y del Estado” Un Esmad Humano podríamos llamarle.

Le pregunté al ministro de Defensa por tales afirmaciones del director de la Policía, no obtuve respuesta. Intenté hablar con dos congresistas que nacieron del estallido social, prácticamente las lágrimas derramadas y ojos perdidos por las aturdidoras les entregaron la curul. José Alberto Tejada y Susana Gómez (Susana Boreal), ambos juraron no decepcionar al estallido y velar por las exigencias que luego se transformaron en promesas del presidente. Hoy, ya electos, con camioneta blindada, escoltas, y buen sueldo, su silencio es protagonista de la misma forma que lo fueron en el paro, no se les ha escuchado ninguna iniciativa legislativa.
 
El senador Gustavo Bolívar manteniéndose coherente recordó la promesa hecha en Twitter, y de no cumplirla sería un insulto y una traición a la juventud. Pero, no solo es recordar. Él como senador puede tomar la iniciativa, no tiene que esperar. Yo públicamente le digo: senador, no espere voluntad política donde no existe, si usted no quiere traicionar a las personas que hicieron este cambio posible, tome usted la iniciativa.

Hablé con dos congresistas, uno de la Comisión Segunda que afirma que por ahí no ha pasado nada respecto al tema, la misma respuesta me la dio el perteneciente a la Comisión Primera, no existe hoy voluntad política del desmonte. Tampoco es decir que una vez desmontado se acabe la represión.  El senador Ariel Ávila dice que solo el desmonte no genera un cambio, puede suceder como con el DAS y la Agencia Nacional de Inteligencia, se desmonta algo y viene uno peor, la cura siendo más grave que la enfermedad. Se puede crear algo peor con otro nombre, siendo el problema no el cuerpo sino la doctrina que se aplica. Siendo la verdadera reforma modificando el fuero penal militar, reduciéndolo específicamente a delitos militares.

Tiene razón, desmontar algo sin cambio de doctrina es solo cambiar el aviso, pero fue una promesa tanto el cambio de doctrina como el desmonte. El desmonte entiéndase como la erradicación completa del cuerpo, no una reforma. Pero recordar las promesas de campaña es ser enemigo del cambio, irónicamente cuando esas propuestas son las que brindan el cambio a este gobierno. El cambio no son nuevos nombres en posiciones de poder, el termómetro, la vara de este se basa en cumplir en esencia lo que se prometió. Nadie va a reclamar o sentir traición por cosas que no se dijeron a la hora de pedir el voto. Por muy político alternativo y popular que se sea, cuando incumple lo que se declara se convierte en un político tradicional más. ¿De qué sirve nueva gente si a la hora de cumplir justifican tal cual como la vieja política?

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