El escurridizo ladrón de joyas colombiano capturado en Estados Unidos

Crédito: Colprensa

11 Septiembre 2023

El escurridizo ladrón de joyas colombiano capturado en Estados Unidos

Jefferson Geovanny Ortiz González tenía circular roja de la Interpol por ser el jefe de una banda dedicada a realizar robos a joyerías en Tailandia, Brasil, Colombia y Estados Unidos.

Por: Redacción Cambio

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En junio de 2010, Jefferson Geovanny Ortiz González se despidió de su familia para viajar a Tailandia y comenzar una nueva  vida.

En Asia lo esperaba Andrés Manuel López Pataquiva, amigo que había llegado a finales de los noventa a Bangkok, donde había formalizado una banda dedicada al robo de turistas.

La nueva vida consistía en expandir el campo de acción de la organización criminal. Ortiz descubrió, por ejemplo, que el comercio de joyas podría multiplicar los beneficios si se dedicaban, no a robar a los turistas, sino a las joyerías.

Durante dos años, la banda, conformada en su mayoría por colombianos, realizó varios robos a joyerías en el centro de la capital de Tailandia, lo que llevó a las autoridades a realizar varios allanamientos que llevaron a la captura del jefe de la organización, Andrés López Pataquiva.

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Jefferson Geovanny Ortiz  tenía circular roja por parte de las autoridades 

Ortiz González contó con la suerte de que se encontraba en Colombia visitando a su familia. Al descubrir que su rostro era uno de los más buscados en Tailandia, decidió buscar nuevos rumbos. Entonces, viajó a Brasil.

Por seis meses recorrió varias ciudades, haciéndose pasar como turista, en especial visitando grandes joyerías, donde decía que era un empresario en busca de negocios. Así pudo empaparse de las rutinas de seguridad de los establecimientos. Luego, armó su propia banda y comenzó a desmantelar joyerías en Fortaleza y Salvador de Bahía. Las autoridades alcanzaron a calcular el monto de lo robado en 9 millones de reales, equivalentes a 8.000 millones de pesos.

Los integrantes de esta organización ingresaban a locales comerciales a través de tiendas aledañas, clonando los sensores de alarma. Una vez ingresaban, abrían orificios en las paredes y desactivaban todas las señales, incluida la alarma de seguridad, con la ayuda de un dispositivo electrónico. También utilizaban un vestuario similar al uniforme de las tiendas vecinas, para no llamar la atención.

Al notar que las autoridades estaban detrás de sus pasos, Ortiz González y sus cómplices salieron de Brasil para regresar de nuevo a Colombia. Luego, se fueron a Cancún, México, donde hicieron de las suyas en las joyerías locales y gozaron de varios días de fiestas y despilfarro de dinero, antes de viajar ilegalmente a Estados Unidos.

En Florida, Ortiz y su combo de delincuentes se dedicaron a robar carros y a asaltar pequeños negocios. Pero pronto se dieron cuenta de que las autoridades no les habían perdido el rastro. Una circular roja de Interpol fue suficiente para que la policía local diera con su paradero.

En un retén a las afueras de Orlando, fue detenido cuando manejaba un automóvil que había sido reportado como robado y que, al parecer, iba a ser utilizado para robar un establecimiento comercial.

Las autoridades actualmente adelantan los trámites para deportarlo a Colombia y, posteriormente, entregarlo a Brasil. Las operaciones continúan en Estados Unidos para ubicar el resto de integrantes de la organización delincuencial.

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