Evite caer en estos errores financieros

Evite caer en estos errores financieros

Las personas que disfrutan de una vida económica saludable son aquellas que pueden visualizar su futuro, organizar su gasto y establecer el camino para alcanzar sus metas. Por el contrario, quienes se desorganizan en sus cuentas suelen caer en algunos –o todos– de estos 10 errores financieros.

Por: Contenido especial

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Gastar más dinero de lo que gana

Esta debe ser una norma inviolable en el manejo de su dinero: no gaste más de lo que recibe. Suena obvio, pero a pesar de que lo es, muchas personas caen en este error, generando así un desbalance en sus finanzas. Por ejemplo, una manera común de caer en el tropiezo es gastando el dinero que aún no se recibe: “Compro el carro hoy porque espero que me entre plata para pagarlo dentro de un año”. Si se presenta algún retraso en el plan, empezarán los problemas financieros.

Para evitar este error, la organización y planificación financiera es importante, y acá se hace fundamental llevar un presupuesto familiar detallado, evitar los gastos impulsivos e innecesarios y hacer un uso inteligente y racional de la tarjeta de crédito y el endeudamiento. Siempre será mejor comprar con la plata en la mano que hacerlo con la expectativa de ingresos futuros.

Hacerle el quite al ahorro

Ahorrar es el camino seguro a unas finanzas familiares sanas y organizadas. El ahorro es prueba de capacidad para visualizar el futuro, una virtud que algunas personas no aplican en el manejo de su dinero.

Pero, es cierto que ahorrar es difícil –a veces una misión imposible–, y más cuando apenas se alcanza a llegar a fin de mes. Sin embargo, el principal objetivo de las finanzas familiares debe ser reducir los gastos cuanto sea posible para abrir espacio al ahorro.

Existen diferentes métodos que ayudan a organizar un plan de ahorro, como el Kakeibo, el Harv Eker o la regla 50/30/20. Consúltelos para establecer cuál se acerca más a su realidad financiera y póngase manos a la obra en el esfuerzo de ahorrar.

No tener un objetivo claro

Es frecuente que nuestra actitud hacia el dinero sea dejarse llevar por la corriente y no navegar con rumbo fijo. Solemos tener un horizonte temporal de un mes en el manejo de nuestras finanzas: pagamos los servicios, tenemos un presupuesto mensual, recibimos ingresos cada quincena… Pero pocas personas son capaces de ampliar este horizonte a un plazo mayor: ¿Cómo manejar el dinero a 10 años? ¿Cuánto se quiere tener para disfrutar el retiro? ¿Cómo aumentar el capital de la familia?

Tener claridad de a dónde se quiere llegar financieramente es la única manera de llevar un gasto organizado y una disciplina de ahorro. Por eso, es importante que se plantee sus objetivos y trace una ruta para conseguirlos.

Acostumbrarse a pagar con deuda

El endeudamiento es una herramienta financiera muy útil para conseguir objetivos importantes, como adquirir una casa o cambiar el carro. Pero si la deuda se utiliza para cubrir gastos de consumo, como el mercado o la gasolina, puede generar huecos peligrosos en las finanzas.

Tomar deudas implica la responsabilidad de comprenderlas en su detalle y saber con exactitud con qué dinero y cuándo se van a pagar. Por eso, no se recomiendan para subsidiar el día a día, ni para tener un estilo de vida más alto del que nos permiten nuestros ingresos reales.

Endeudarse con tasa variable

Al tomar deudas existen dos tipos de tasas de interés: la fija y la variable. La primera se pacta al inicio del crédito y se mantiene sin variaciones durante todas las cuotas, en tanto que la segunda está atada al comportamiento de la inflación o el Índice de Precios al Consumidor (IPC).

Por esto, es más seguro optar por tasas fijas, puesto que el tomador sabe con anticipación cuánto debe pagar siempre por concepto de intereses. En préstamos de larga duración, como los hipotecarios, nunca sabremos lo que depara el futuro, y si en el lapso ocurren fuertes variaciones de tasa, el crédito será más costoso a largo plazo y podría generar desequilibrios financieros en la familia.

 

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No revisar a fondo los extractos

La disciplina de revisar y comprender los extractos de sus productos financieros denota responsabilidad en el manejo del dinero. En cambio, si no se hace podrían aparecer sorpresas, como sobre endeudamiento o aumento de las tasas de interés. 

Si usted llega a detectar en sus extractos que su deuda aumenta, podrá tomar decisiones a tiempo, como anticipar el pago, renegociar las cláusulas o trasladar la deuda a una entidad que le ofrezca mejores condiciones.

Vivir al límite de su capacidad 

A veces, las realidades financieras obligan a vivir en la cuerda floja: el ingreso alcanza a ras, el endeudamiento llega a un nivel de riesgo, se empieza a consumir el ahorro o se hacen inversiones irresponsables, por ejemplo.

Mantener la economía al borde del abismo es un riesgo que no vale la pena tomar si se pone en juego el futuro de las cuentas familiares. Por eso, una buena planeación y una ejecución moderada y responsable son el camino adecuado para tener una vida financiera estable.

Perder el control de sus finanzas 

Tener control de su dinero significa que en todo momento debe saber cuánto tiene, en qué gasta, cuánto debe y cuánto ahorra. Hablando coloquialmente, implica llevar bien firmes las riendas del caballo para evitar que se desboque.

Por el contrario, al perder el control financiero pueden ocurrir efectos en cadena: si sobrepasa su capacidad de endeudamiento llegará un punto en el que no podrá pagar y, al entrar en mora, la deuda aumentará por la aplicación de sobretasas y penalizaciones…. Al final, esto derrumbará su estabilidad financiera.

Hacer un mal uso de la tarjeta de crédito

La tarjeta de crédito es un recurso que, bien manejado, apoya las finanzas de la familia. Por ejemplo, se puede utilizar para gastos mensuales siempre que se difieran a una sola cuota, o para gastos de emergencia como una reparación inesperada del carro o el reemplazo de un electrodoméstico.

El peligro aparece cuando se empieza a hacer uso de la tarjeta de crédito para gastos suntuosos o innecesarios, para financiar el diario vivir a largas cuotas o para llenar el cupo con gastos hormiga. El interés que se cobra en la deuda de tarjeta de crédito suele ser alto, y si las compras se difieren a largo plazo se terminará pagando mucho más.

No tener un fondo de emergencia

Un fondo de emergencia es diferente al ahorro, principalmente por la finalidad que se le da. El primero es para enfrentar gastos inesperados (afecciones de salud, el arreglo del carro tras un accidente, un daño en la casa…), mientras que el segundo se utiliza para alcanzar algún objetivo financiero de la familia (pagar la universidad, comprar una casa nueva, hacer una inversión…).

Tener un fondo de emergencia puede ser un dinero guardado, una tarjeta de crédito con su cupo vacío o un préstamo preaprobado, es un seguro para evitar que los sucesos imprevistos que aparecen en la vida afecten gravemente nuestra estabilidad económica.
 

Peso a Peso, Paso a Paso es una colaboración periodística entre Cambio y Bancolombia para la educación financiera.

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