Yohir Akerman
19 Febrero 2023

Yohir Akerman

Las cuentas de Dios

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Ante la falta de mediación divina, todo parece indicar que le va a tocar al Consejo Nacional Electoral, CNE, intervenir al partido Colombia Justa Libres, que agrupa políticamente a la mayoría de denominaciones evangélicas del país. ¿La razón? Las peleas entre los dos grandes dirigentes del movimiento y, por supuesto, malos manejos de las cuentas celestiales.

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío, porque en tus líderes políticos, pues no tanto.

La batalla campal se divide entre dos facciones. En esta esquina, John Milton Rodríguez González, quien fue candidato presidencial y senador. Y en la otra, Ricardo Arias Mora, copresidente del partido y expresidente del Fondo Nacional del Ahorro.

Vamos a la línea de tiempo para entender. O seguir con la sola fe.

Colombia Justa Libres es una secuela indirecta del plebiscito de 2016. En ese momento se dio la unión de varios pastores cristianos evangélicos para apoyar el NO, en una muestra del capital político de las iglesias cristianas en Colombia.

Tanta fue la demostración de capital electoral y movilización de personas en la calle con mensajes falaces sobre los riesgos para la educación de los menores como consecuencia del acuerdo de paz, que los representantes de este movimiento hicieron parte de la mesa que renegoció lo firmado en La Habana con la entonces guerrilla de las Farc.

La victoria en las urnas les demostró que tenían peso en las deliberaciones y decidieron capitalizarlo en el campo electoral. Por esta razón, los pastores se unieron, juntando, por un lado, al movimiento Libres de la mano de Ricardo Arias, con tracción política en Bogotá. Por el otro, a Colombia Justa de John Milton con fuerza en el Valle del Cauca.

John Milton es pastor de la iglesia Misión Paz a las Naciones, un templo cristiano fundado por su familia en 1999. Es un engranaje religioso compuesto por diversas corporaciones y fundaciones, en Cali, Panamá y Estados Unidos. Y cómo no, su iglesia y fundación han sido fuertes contratistas del Estado, también en su periodo como senador, elemento que usaba para hacer acuerdos políticos antes de llegar al Senado.

Su elección el 1 de marzo de 2018 estuvo en vilo porque, en el preconteo de la Registraduría, el partido político cristiano no superaba el umbral con los votos que obtuvo. Después del reconteo que se realizó a petición de los cristianos, el CNE, anunció que había superado el umbral y le correspondían tres curules en el Senado, una de esas para el gran John Milton Rodríguez.

Pero ahí vino un pacto secreto. Pacto que pagamos todos los colombianos. Oremos.

Según documentos conocidos por esta columna, el 4 de octubre de 2018, sus dos cofundadores firmaron el “Acuerdo de la Ópera”, con el que, al mejor estilo del antiguo “Frente Nacional”, decidieron distribuirse el mando para los siguientes años, intercalándose el poder y repartiéndose por partes iguales al partido y los recursos que el Estado les gira por ser movimiento político.

De esa manera se acordaron dos copresidentes con altos salarios mensuales, Eduardo Cañas y el mismo Ricardo Arias. Armaron una nómina voluminosa para el funcionamiento de este movimiento. Se partieron la torta en dos, pero ¡oh sorpresa!, después quisieron el pedazo del otro. “Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra”, decretó el rey Salomón en su sabiduría para separar la abnegación de la envidia. La falta que les viene haciendo.

Llegaron entonces los juegos de poder y las pugnas políticas internas, que no dejan tranquilos ni hasta los más iluminados de Dios. El ambiente se ha hecho insostenible en el movimiento político, sumado a varias acciones e investigaciones en el CNE que pueden llegar a afectar directamente la continuidad y unidad del partido. 

CNE

Lo que unió Dios, parece que sí lo separa el hombre.

Las acusaciones mutuas ante entidades oficiales van desde espionaje, persecución y violación de los reglamentos del partido hasta malos manejos de los dineros que a cada sector le corresponden según el famoso acuerdo. Esto se convirtió en una historia donde uno le dice al otro “ladrón” y el otro le responde “corrupto”. Y ambos parecen tener la razón. Una historia sin buenos, solo pecadores. Pecadores bendecidos con la platica y la palabra de Dios.

Por ejemplo, días después de que el senador John Milton Rodríguez fue proclamado por la convención nacional del partido Colombia Justa Libres como el candidato presidencial para el 2022, Arias Mora envió un documento de doce páginas al Consejo Nacional Electoral en el que afirmó que la candidatura de Rodríguez debía ser anulada e investigada. Su candidatura resultó todo menos Justa.

Entre las válidas denuncias que sustentó en ese documento se encuentra que, durante la convención, “las planchas presentadas ante la secretaría general no fueron entregadas por inscriptor alguno, no fueron consideradas por el consejo directivo en ninguna de sus sesiones. Solamente fueron inscritas por ciudadanos del partido a título personal, por lo que no cumplían con el debido proceso”.

Como diría la oración cristiana: “Padre celestial, sé que he pecado contra ti y que mis pecados me separan de ti. Me arrepiento sinceramente. Te pido me perdones y me ayudes a no pecar de nuevo”.

Pero adivinen qué, pecaron de nuevo.

El primer aviso de malos manejos por parte de Arias Mora lo hizo en un informe el auditor del partido, el señor César Hernández. Allí solicitó aclaración a una serie de inconsistencias, y advirtió que el mayor presupuesto se lo llevaba el rubro de “gastos de funcionamiento”, que es el dinero que se maneja en efectivo, para lujosos y ostentosos gastos y compras. Todos ignorando a Mateo cuando dice que bienaventurados sean los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos. Estos señores se hicieron de su reino, pero en la tierra.

Posteriormente vinieron acusaciones en contra de John Milton de haber entregado “donaciones” únicamente a los candidatos del Valle sin el mismo apoyo de recursos monetarios para los otros candidatos del partido. Lo cierto es que el pastor Rodríguez nunca ha podido justificar esa entrega de dinero en las elecciones regionales, y deja muchas preocupaciones sobre el uso y el manejo de esas cuentas.

Pero no para ahí.

La anterior secretaria general del partido y su representante legal, Mónica Gaitán, y el veedor pastor Héctor Pardo, señalaron después enormes irregularidades en los manejos de los dineros y por ese hecho optaron por renunciar al movimiento. La verdad los hizo Libres, pero para salir corriendo.

De la misma manera, en agosto del año pasado, se conoció que Arias Mora había sido denunciado ante la Fiscalía General de la Nación por la presunta comisión de “fraude procesal, estafa agravada y concierto para delinquir”. Esto al atribuirse, supuestamente, funciones que le corresponden al directorio nacional de la colectividad cristiana.

La denuncia penal la instauraron la secretaria general, Flor Angélica Rueda y el tesorero Severo Ramírez, por la desaparición de la bicoca de 500 milloncitos de pesos.

Según los denunciantes, las pruebas evidenciarían que el copresidente del partido Colombia Justa Libres, presuntamente, buscó apropiarse y disponer de los recursos financieros de la colectividad, dentro de los que se encontrarían créditos en favor del partido con la Cooperativa Confiar Financiera. Colombia ni Justa, ni Libre. Mucho menos de Confiar. 

DENUNCIA

La denuncia establece que el funcionario habría utilizado certificaciones, actas y otros documentos que no cumplirían con los requisitos legales correspondientes. También se habría atribuido funciones del directorio nacional.

Pero no es la primera vez que Ricardo Arias se enfrenta a estas acusaciones. En 2017 la Fiscalía le había imputado los delitos de celebración de contratos sin cumplimiento de requisitos, interés indebido en la celebración de contratos y peculado por apropiación en favor de terceros. Virgen del imputadero ¡absuélveme a mí primero!

Según el ente investigador, se habrían cometido irregularidades en el proceso de compra de la nueva sede del Fondo Nacional del Ahorro en el año 2012. Sede que fue adquirida por 79.000 milloncitos, aunque estaba avaluada por menos de la mitad. ¡Ah, la mitad!, esa salomónica invocación. Posiblemente no sea coincidencia que el versículo que se halla en toda la mitad de la Biblia sea el salmo 118 que dice así: “Más vale refugiarse en el Señor que confiar en los poderosos”. 

Fiscalía

Esa investigación hace que Arias Mora estuviera inhabilitado para ser copresidente del partido, según el Código de Ética, ya que estaba imputado y acusado penalmente, y enfrentando juicio por malos manejos.

De esta manera han renunciado el copresidente Eduardo Cañas, todos los excongresistas menos John Milton Rodríguez, la gran mayoría de militantes, todos los aspirantes al Senado de 2018. A muchos no les pagaron la reposición de los votos que les correspondía por ley y que el Estado le pagó al partido. Del movimiento político parece solo quedar la carcasa, el letrero, y las peleas de sus dos dueños.

Y la riña es ahora por el poder total, ya que Colombia Justa Libres recibe del Estado una financiación anual de 1.800 millones de pesos, es decir que en los cuatro años de la corta vida de este movimiento han recibido 7.200 millones de pesos. Viene a la memoria el libro de los Salmos: “No juntes mi alma con los pecadores, ni mi vida con los hombres que tienen su diestra repleta de sobornos”.

Según estos hechos, todo indica que han sido dineros públicos mal gastados y despilfarrados, dejando manchas en las cuentas del partido de Dios. Una situación en la que urge la intervención divina, o en su defecto, de la Comisión Nacional Electoral, ya que las oraciones, los padres nuestros y los rezos para resarcir los pecados, no han sido para nada suficientes. Todos conmigo: “Frustrad Señor los planes de quienes se aprovechan de vuestro pueblo”. Enjuagar, lavar y repetir. Amén.

@yohirakerman; [email protected]

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