Johana Fuentes
26 Enero 2024

Johana Fuentes

Lavarse las manos

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En Colombia es común no asumir errores y mucho menos responsabilidades políticas. Desde que Pierre García fue acusado de ser una de las fichas clave del entramado de corrupción conocido como ‘Las Marionetas’, todos los que en el pasado lo rodearon, elogiaron y hasta homenajearon, se han lavado descaradamente las manos. 

El exdirector del Departamento de Prosperidad Social (DPS), fue imputado por los delitos de concierto para delinquir agravado e interés indebido en la celebración de contratos. Según la Fiscalía, García habría direccionado de forma irregular la celebración de un contrato por 48.660 millones de pesos, suscrito entre Proyecta Quindío y el DPS, así como otros 27 proyectos, con el fin de financiar obras de infraestructura en Quindío, Valle del Cauca y Tolima. Todo esto habría sucedido por orden de un grupo de congresistas, entre los que están Mario Castaño –que fue condenado a 16 años de prisión y falleció hace unos meses– y el senador del Centro Democrático Ciro Ramírez, hoy capturado por el mismo caso. 

Lo sorprendente del asunto es que Pierre García, que, al parecer,  cumplía un papel determinante en el entramado corrupto, salió como uno de los funcionarios más condecorados del gobierno de Iván Duque. Sin embargo, hoy el expresidente guarda silencio. Tal vez hay que refrescarle la memoria –como a la mayoría de políticos de este país– y recordarle  que, faltando cuatro días para dejar su mandato, le entregó a García la Orden Nacional al Mérito por “ayudar a construir un mejor país con esfuerzo, transparencia, excelencia y dedicación”. 

El Congreso no se quedó atrás. Desde la bancada del Centro Democrático impulsaron otra condecoración al funcionario estrella. Justamente quien tomó la vocería para tan solemne acto fue su gran amigo Ciro Ramírez: “El servicio público que usted le ha prestado al país y a los colombianos es digno de admirar, de reconocer, de respetar”. Cómo no iba a estar complacido si hacía parte de la red criminal a la que habría beneficiado la sobresaliente labor de Pierre García.
 
En el acto también estuvieron las figuras más destacadas del partido, quienes no escatimaron en elogios para el homenajeado. Hoy, todos esos esconden la cabeza y desde el Centro Democrático sólo ha habido un pobre comunicado para aclarar que Pierre García no hace parte de esa colectividad. Cabe recordar que antes de estar en el DPS, García fue representante a la Cámara del Centro Democrático y militó en ese partido hasta julio de 2022. 

Es más, siendo congresista y durante la campaña de Óscar Iván Zuluaga a la Presidencia, se subió a tarima más de una vez a proclamar discursos a favor del candidato uribista, paradójicamente su bandera era la lucha contra la corrupción. Esa corrupción que hoy lo tiene huyendo de la justicia, pues según la Fiscalía, mintió acerca de su lugar de residencia y por eso se ha pedido su orden de captura con circular roja de Interpol, ya que no se conectaba a las audiencias virtuales desde Ibagué, sino desde París. ¡Una muestra más de su transparencia!

Pedir que se acabe la corrupción es algo utópico, lo que sí se puede exigir es que los partidos políticos y líderes que posan como adalides de la moral, dejen de lavarse las manos y asuman la responsabilidad política que corresponde.

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