Valeria Santos
30 Abril 2023

Valeria Santos

Otra vez se repite

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En medio del frenesí de noticias que desbordó las salas de redacción esta semana, pasó casi desapercibida una denuncia muy grave que confirma lo más oscuro de nuestro diseño institucional y la repugnante politiquería que se sigue apropiando, sin vergüenza alguna, del sector público. En una entrevista con Luisa María Mercado, de la W Radio, el exjefe de gabinete de la Contraloría General, Ricardo Zuluaga, reveló cómo el órgano de control sigue sometido por quienes tiene que vigilar, garantizando que la misma historia de siempre se repita.

Zuluaga, nombrado por el mismo contralor general Carlos Hernán Rodríguez, quien llegó a presidir el órgano de control gracias al apoyo tanto del Pacto Histórico como del resto de partidos tradicionales, aseguró en la W que la nómina actual de la Contraloría no obedece a criterios técnicos sino más bien a favores políticos. Según el exjefe de gabinete, Dilian Francisca Toro, Alexander López, Roy Barreras, Ape Cuello, entre otros, tienen cuotas en el ente de control y han visitado en numerosas ocasiones el despacho del contralor general utilizando el elevador privado para no hacer mucho ruido y evitar dejar constancia de sus preocupantes reuniones.

Además, confirmó que el nuevo gerente de la Contraloría del Cesar, quien debe vigilar la inversión de los recursos de regalías en la región, fue nombrado por el contralor general por orden del representante conservador vallenato Ape Cuello, involucrado en el escándalo sobre los manejos oscuros del Ocad Paz, como ya lo había advertido esta columna. https://cambiocolombia.com/puntos-de-vista/todo-sigue-igual

Pero hay más de lo expuesto en la W por el señor Zuluaga. En entrevista con el exjefe de gabinete para esta columna, este me sostuvo que no solo tales funcionarios exigen puestos para asegurar el control de quienes los tienen que vigilar sino también contratos con la entidad, por medio de personas jurídicas difíciles de rastrear, para enriquecerse aún más. 

Y este es el caso del también vallenato y conservador Luis Alberto Rodríguez, exdirector del Departamento de Planeación Nacional del gobierno de Iván Duque, también mencionado en el desfalco de los recursos de la paz, que solo fue posible por la complicidad de la Contraloría General. Según Zuluaga, el señor Rodríguez se reunió con él el 20 de enero de 2023, después de reunirse con el contralor general y el vicecontralor, para cuadrar un millonario contrato de consultoría con la Contraloría General.

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Lo anterior a pesar de que Luis Alberto Rodríguez, por haber sido hasta hace poco funcionario público, está impedido para contratar con el Estado. Por esta razón, Zuluaga me aseguró que Rodríguez le había solicitado hacer el contrato por medio de una persona jurídica.

Y es que todo parece indicar que los encargados de hacerle el trabajo sucio al contralor general son el vicecontralor Carlos Mario Zuluaga y el secretario privado Juan Camilo Zuluaga Morillo que, según Zuluaga, tiene denuncias que llegaron a control interno de la Contraloría y fueron trasladadas a la Procuraduría por presuntamente haber pedido dinero a cambio de puestos. 

 Si bien el Contralor General al ser elegido aseguró que el Vicecontralor no sería una cuota burocrática y sí una persona calificada técnicamente, Carlos Mario Zuluaga llegó al cargo recomendado por el Partido Conservador, y es cuota de Efraín Cepeda. Antes de llegar a la Procuraduría era director de la Organización de Estados Iberoamericanos, OEI, donde celebró un contrato millonario, por tres mil seiscientos millones de pesos, con la Contraloría General. Si bien cuando asumió su nuevo cargo como Vicecontralor se declaró impedido para asumir la gerencia del proyecto, cediéndosela a Ricardo Zuluaga, el mismo Zuluaga reveló que poco tiempo después de asumir la vigilancia del contrato, “el Vicecontralor, en absoluto silencio, cambió el operador de la OIE a la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, y retomó su supervisión”. 

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Además esta columna pudo verificar que solo desde enero de este año, el Vicecontralor ha contratado con diferentes proveedores más de mil doscientos millones de pesos en asesorías con objetos repetidos tan amplios como, “prestar apoyo al despacho del Vicecontralor en el fortalecimiento de la vigilancia y control fiscal con enfoque en el análisis de políticas públicas”. Lo anterior es sospechoso en una entidad que tiene una nómina de casi siete mil empleados y que nos cuesta al año alrededor de un billón setecientos mil pesos. 

Uno de estos contratos, específicamente por ciento treinta tres millones de pesos, se lo entregó el Vicecontralor a Sandra Morelli, exContralora General de Colombia.

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Lo revelado por Zuluaga puede ser solo la punta del iceberg de los manejos oscuros que ocurren hoy dentro de la entidad encargada de cuidar los recursos públicos. El presidente Petro, que llegó a la Presidencia con la promesa de acabar con la corrupción, terminó apoyando a un Contralor General que se está encargando de inmortalizar la perversa práctica de que los mismos que nos han robado por años controlen a quienes los vigilan. 

Hace poco explotó el escándalo del Ocad Paz que tanto indignó a Gustavo Petro. Las investigaciones no han avanzado porque los mismos políticos involucrados siguen manejando la Contraloría. Además, porque el entonces Contralor Delegado de Regalías, salpicado en el escándalo, era hermano del entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, Aroldo Quiroz. Hoy, la historia se repite, prueba de ello es que la nueva Jefe de Seguimiento y Auditoria a Regalías de la Controlaría General es Victoria Eugenia Bolívar Ochoa, esposa del nuevo presidente de la Corte Suprema de Justicia, Fernando Castillo Cadena. 

Otra vez todos relacionados. Otra vez todos encargado de que nada cambie. Otra vez todos robándonos para siempre la posibilidad de una Colombia distinta. Otra vez se nos fue el verdadero cambio.

Más vale que el Contralor General responda por esta graves denuncias que hace hoy su exjefe de gabinete Ricardo Zuluaga. Es indignante que los colombianos paguemos más dinero en mantener este orangután vivo que los recursos que recupera; solo 0,4% de los que investiga. Pero lo peor es que, además, la Contraloría esté bajo el control, y sea cómplice, de quienes debe vigilar, garantizando para siempre su impunidad. No se dejen engañar más con los discursos del presidente Petro desde nuestro balcón, esto es lo que realmente debería cambiar. 

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