Yezid Arteta
28 Septiembre 2023

Yezid Arteta

Petro: con un pie sobre el pavimento

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La imagen que más llamó la atención durante la jornada del pasado 27 de septiembre —convocada por el presidente Petro—, fue el hombre de avanzada edad, elegantemente vestido, luciendo una barba blanquísima que combinaba con el sombrero de iraca que cubría su cabeza. Ofrecía con gesto enérgico el tabloide Voz, semanario del Partido Comunista de Colombia, a los millares de manifestantes que avanzaban por la avenida séptima de Bogotá. Esa imagen representó para mí la quintaesencia del militante en todo su esplendor. La política, que por lo general se ha transformado en un aburrido ejercicio de marketing, postureo y comidilla de salón, vuelve a su estado original, pone el pie sobre el pavimento. La política no puede ser la mera comparsa de una obra de explotación económica, sino un instrumento de lucha social. 

La vida de los asalariados está muy lejos de la que llevan los ejecutivos de las grandes corporaciones. No hay por qué escandalizarse cuando la clase trabajadora pide incremento de sus salarios, reducción de su jornada laboral y mejor cobertura educativa y sanitaria para sus familias. Mientras un puñado de sabelotodos critica al presidente Petro por ponerse del lado de los desfavorecidos e invitarlos a luchar por sus vidas, les parece anecdótico lo que hizo Joe Biden en el estado de Michigan. El presidente de los Estados Unidos, megáfono en mano, arengó a los huelguistas de la industria automotriz para que se mantuvieran firmes hasta conseguir el pliego de peticiones que presentaron a las multinacionales General Motors, Ford y Stellantis. Biden, rompiendo una tradición de la Casa Blanca, no actuó como mediador entre los patrones y los trabajadores, sino que tomó partido por estos últimos. Petro, en cambio, invitó desde la Plaza de Bolívar a concebir un Acuerdo Nacional entre todos los sectores políticos, sociales y gremiales del país. Un diálogo para repartir mejor la riqueza del país, mitigar el sufrimiento de las mayorías y dulcificar el trato entre quienes se encuentran en las antípodas ideológicas. 

Llevamos décadas aceptando que la única voz es la de los dueños de las grandes corporaciones. Es hora de que se escuche, como en el pasado, la voz de los trabajadores y trabajadoras que con sus habilidades crean la riqueza material e intelectual. Los proverbiales sindicatos de los Estados Unidos, como el de la industria automotriz (UAW) han vuelto por sus fueros. Asistimos a un renacimiento de la lucha obrera en Norteamérica. La tacañería de los ejecutivos está en cuestión. El porcentaje de incremento salarial de los trabajadores —reclaman los sindicatos— debe ser igual al de los ejecutivos. Hace pocos días el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA), luego de 154 días de huelga, ha conseguido mejora de su salario, una mayor contribución al fondo de salud y la reducción del papel de la Inteligencia Artificial en la producción de guiones. ¡Vuelve el cine a Hollywood !  

Bien hace el presidente Petro en promover la justicia social. Para esto fue elegido. Los congresistas deben tomar nota. Aprobar leyes que favorecen sólo a los dueños de las grandes firmas y perjudican a las mayorías, acrecienta la brecha de desigualdad. Son medidas que provocan estallidos sociales. Como el que zarandeó al país en el año 2021. Hagamos memoria. La amnesia deliberada nos puede jugar una mala pasada.      
 

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