Marisol Gómez Giraldo
2 Septiembre 2023

Marisol Gómez Giraldo

¿Por qué los candidatos a la Alcaldía de Bogotá no hablan del clientelismo?

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Hasta ahora, ningún candidato a la Alcaldía de Bogotá ha abordado el tema del clientelismo a pesar del dañino impacto que esta práctica, tan presente en el Concejo de la ciudad, tiene sobre la democracia y, especialmente, sobre los ciudadanos.

Los políticos clientelistas acaban trabajando para ellos mismos, y no para quienes los eligen. Su objetivo es la reelección, una y otra vez, y eso es lo que he visto como concejal de Bogotá, cargo que he ocupado desde enero de 2020 y que dejaré en diciembre de este año.

Me temo que la omisión de los candidatos a la Alcaldía frente al clientelismo es deliberada. Si lo condenan, podrían afectar las alianzas que algunos ya concretaron o que están buscando con ciertos concejales de Bogotá, más conocidos por sus habilidades para conseguir puestos en el Distrito, que por su trabajo por los ciudadanos. Este es un secreto a voces en el Concejo de la ciudad.

Por supuesto, cuando están de por medio los votos que los aspirantes a la Alcaldía esperan sumar para obtener el segundo cargo más importante del país, es más rentable evadir el tema.

De pasadita, y eso por las preguntas que les han hecho en entrevistas, un par de candidatos se han referido de manera indirecta al clientelismo. El aspirante de Cambio Radical, general retirado Jorge Luis Vargas, aseguró que no habrá “mermelada” para los concejales. Quien la pida “se estrella”, ha dicho.  Y el candidato del Nuevo Liberalismo, Carlos Fernando Galán, aseguró en una entrevista con W Radio que “no va a repartir puestos” y que los apoyos que ha obtenido “llegan por convicción”. Habrá que ver.

Lo cierto es que todos los aspirantes a la Alcaldía de la capital deberían ser más transparentes sobre los acuerdos que tienen, o no, con conocidos políticos clientelistas. De lo contrario, se exponen a que grupos ciudadanos se encarguen de develar las alianzas que algunos de ellos tienen con personajes que han encontrado un modo de vida en la transacción de votos por puestos en el Distrito.

El candidato del Centro Democrático, Diego Molano, que además fue concejal de Bogotá, me dijo hace unos días, durante una charla, que para evitar el clientelismo él haría “acuerdos programáticos, por encima de la mesa”, con los partidos del Concejo que apoyen su plan de gobierno. Y propone hacer públicos los puestos que entregaría a los concejales de los distintos partidos. Cree, además, que el clientelismo se puede contrarrestar prohibiendo que un concejal sea reelegido más de una vez.

En otras columnas me referiré a las respuestas de otros candidatos con los que estoy hablando sobre este y otros temas.

Lo que sí es urgente, y lo creo así por mi experiencia en el Concejo de Bogotá, es que debemos trabajar en iniciativas que le cierren espacio a la nociva transacción de votos por puestos. Además, es necesario fiscalizar con mayor rigor esta práctica y exponer ante la opinión pública a quienes la llevan a cabo.

Está claro que Bogotá tiene problemas mucho más notorios que el clientelismo, pero lo que no puede pasarse por alto es que los elegidos por voto popular están obligados a trabajar por el ciudadano y no para sí mismos.

Nota al margen. Agradezco la invitación de la Revista CAMBIO para colaborar con este prestigioso medio. Para mí es un privilegio.

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