Mauricio Rodríguez Múnera
16 Octubre 2023

Mauricio Rodríguez Múnera

Remedio para la pobreza

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

En medio de la avalancha informativa de las últimas semanas, producto de trascendentales sucesos internacionales y locales, una muy importante y triste noticia pasó bastante desapercibida. Según datos del Dane, en Colombia a duras penas sobreviven 6,9 millones de personas en condiciones de pobreza monetaria extrema-miseria. Su ingreso diario es de tan solo 6.600 pesos, un monto irrisorio. Cuesta mucho trabajo imaginar cómo se puede tener una vida digna con tan poco dinero. Pero como ocurre con bastantes cosas malas en nuestro país, son pocos los que se interesan en darle la relevancia que merece el grave problema, y sobre todo sus posibles soluciones. 

La respuesta que se le ha dado -billones de pesos en toda clase de subsidios, cada vez más- no es la mejor. Es por supuesto necesario que el Estado ayude a la gente que tiene tantas necesidades básicas insatisfechas, pero la solución de fondo, permanente, tiene que ser distinta. El asistencialismo se justifica en ciertas circunstancias de emergencia y se puede financiar por un tiempo, pero no indefinidamente (una carga fiscal excesiva es un lastre para el progreso económico y social). Además, va en contra de lo que la gente anhela: valerse por sí misma, ser útil mediante un trabajo. 

Entonces, ¿cuál es la mejor forma de afrontar el enorme desafío de erradicar la miseria? El Estado no puede -ni debe- crear empleos que no se necesitan. Las grandes empresas, actuales y futuras, no son generadoras masivas de puestos de trabajo. La fuente de ingresos para los menos favorecidos deben ser las empresas medianas, pequeñas y micro. El 80 por ciento del empleo privado se concentra en estos negocios. Lo que hay que hacer es estimularlos y fortalecerlos, hacer de Colombia un país de emprendedores. 

Según el GEM (Global Entrepreneurship Monitor), nuestra gente tiene una de las mayores mentalidades empresariales en el mundo. A diario se ven en las ciudades, pueblos y campos de Colombia múltiples manifestaciones de creatividad y trabajo intenso para ganarse el sustento familiar. Pero es muy difícil montar, sostener y hacer crecer un negocio pequeño. 

Son numerosos los obstáculos que se deben superar para operar en la formalidad (que es apenas del 42 por ciento hoy en Colombia ): licencias, permisos y  trámites complicados, costosos y demorados; carga laboral demasiado onerosa para un negocio incipiente; impuestos diversos que se devoran las precarias finanzas, competencia desleal del contrabando, muy limitado acceso a la banca tradicional (obligando a recurrir a préstamos informales en condiciones leoninas), y poca o nula capacitación para manejar con éxito un emprendimiento. 

La reforma que podría tener el mayor impacto positivo en materia social sería la que aborde de manera integral toda esa problemática que frena y encarece el emprendimiento. Pero quiero concentrarme en estas palabras finales en una herramienta  específica muy poderosa, de bajo costo, y fácil de implementar en poco tiempo : la educación virtual- pública, gratuita y masiva - para enseñar los conceptos básicos de la creación y buena administración de un negocio.

El gobierno, las universidades privadas y estatales, los gremios y los medios de comunicación, podrían unir esfuerzos en este propósito común que a todos beneficiaría. Teniendo como prioridad facilitarles escapar de lo que los expertos llaman las "trampas de pobreza" a esos casi 7 millones de conciudadanos cuya vida es una pesadilla.
 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas