Johana Fuentes
2 Noviembre 2023

Johana Fuentes

Se repite la historia

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Era previsible que los grandes clanes recuperaran terreno, imponiendo sus maquinarias, en las elecciones regionales del 29 de octubre. En Colombia siguen mandando los de siempre, los que derrochan ríos de dinero para comprar votos, los que dan órdenes desde la cárcel, las mafias electorales. Son ellos los que configuran, en su mayoría, el mapa político que tendremos durante los próximos cuatro años. 

Salvo algunas excepciones, como en Bogotá, donde nos jactamos de elegir alcalde con voto de opinión, la política en los distintos territorios —especialmente en los más apartados— es dominada por las familias poderosas y los barones electorales que buscan seguir llenando sus bolsillos a costa del saqueo de los recursos y la feria se contratos amañados.

Es desesperanzador que esos candidatos triunfen en las urnas, pese a las advertencias, a las denuncias en los medios de comunicación o a que es de público conocimiento que tienen cuestionamientos y probablemente varios de ellos terminen destituidos. Lo peor de todo es que ya a nadie le sorprende, lo raro es que ocurra lo contrario. Es decir, que alguno de esos poderes oscuros sea derrotado. 

¿Cómo es posible que con su hermano en la cárcel por presunta compra de votos, Álex Char haya obtenido el 73 por ciento de la votación en Barranquilla? La del domingo fue la más alta en su carrera política, pero además, ese clan hizo doblete quedándose también con la Gobernación del Atlántico en la que dieron su respaldo a Eduardo Verano de la Rosa. El Concejo también es de ellos, pues no solo tienen un concejal más que el periodo anterior, sino que los concejales de los otros partidos harán parte de la coalición de gobierno. No habrá oposición ni control político, como es costumbre en esa ciudad. 

De nada valió la orden de captura por el asesinato y secuestro de dos personas en contra de Cielo Gnecco. Desde su escondite —porque estaba prófuga de la justicia—, puso alcalde y gobernadora en Valledupar y Cesar, respectivamente. Elvia Milena Sanjuan, la gobernadora electa con el respaldo de la líder de este clan, pero también de todos los partidos tradicionales, tiene dos dos procesos en su contra por los que ya fue imputada. Uno de ellos es una investigación de 2019 por presunta intervención en política y otro fue en 2020 por corrupción. La cereza del pastel fue que una fiscal regional, inexplicablemente, revocó esta semana la orden de captura en contra de Cielo Gnecco. Así se mueven las cosas en las regiones. 

Con el aval del Partido de la U, la  Alcaldía de Sincelejo se quedó en manos del excongresista Yahir Acuña, ficha de la condenada Enilce López alias La Gata e investigado por sus presuntos nexos con Los Rastrojos. 

Carlos Caicedo, exgobernador del Magdalena, ungió a Rafael Martínez para que fuera su sucesor en ese cargo. Martínez es investigado por la Procuraduría por  presuntas irregularidades en la construcción de varias obras cuando fue alcalde de Santa Marta. Fuerza Ciudadana también se disputa la alcaldía de la ciudad en los escrutinios, pues la diferencia con el candidato opositor es de menos de 300 votos. De ganarla, Caicedo completaría 16 años en el poder, haciendo lo que tanto le criticó a los políticos tradicionales. 

El clan Barreto se quedó con la Gobernación de Tolima, Jorge Rey volvió a la Gobernación de Cundinamarca, Carlos Amaya hizo lo mismo en Boyacá, así como Dilian Francisca Toro en el Valle del Cauca. Aunque los Aguilar perdieron en Santander, Bucaramanga eligió como alcalde al pastor Jaime Andrés Beltrán, quien se hace llamar ‘el Bukele bumangués’ y promueve políticas xenófobas y discriminatorias. 

El exnarcotraficante Santa Lopesierra se salió con la suya en Maicao, ya que luego de la revocatoria de su candidatura y de no poder inscribir a su hijo en su lugar, promovió una campaña para que ganara el voto en blanco y lo logró. Las elecciones tendrán que repetirse y seguramente esta vez sí podrá inscribir a su hijo. 

Así podría seguir enumerando casos de políticos cuestionados que lograron hacerse al poder en estas elecciones regionales, mientras seguimos normalizando estas prácticas o simplemente mirando para otro lado. Nuevamente se repite la historia de cada cuatro años, nuevamente pierde Colombia y ellos vuelven a ganar. 
 

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