Marisol Gómez Giraldo
1 Abril 2024

Marisol Gómez Giraldo

Una 'vaca' que exacerbó el antipetrismo en Antioquia

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El tema de conversación durante esta Semana Santa en Medellín y Antioquia -donde pasé unos días- fueron las críticas del presidente Gustavo Petro a ‘la vaca’ que propuso el expresidente Álvaro Uribe para terminar las vías 4G que pasan por el departamento, idea que puso en marcha de inmediato el gobernador, Andrés Julián Rendón.

En las reuniones de amigos y familiares y en los círculos políticos y académicos predominó la molestia con Petro porque, tras desconocer el acuerdo previo entre la nación y Antioquia y Medellín para financiar esas vías -que servirán para unir el Pacífico con el Caribe-, atacó ‘la vaca’ mediante la cual los antioqueños pondrían de sus bolsillos el billón de pesos que se requiere para terminar las obras. 

Que Antioquia y Medellín no son petristas, es bien sabido. De hecho, en las elecciones presidenciales de 2022, en las que salió vencedor el hoy mandatario, la mayoría de los votantes de esta región del país se decantaron por el empresario populista Rodolfo Hernández. El mensaje era: cualquiera menos Petro.
Pero, al margen de eso, al hoy Jefe de Estado le queda muy mal hacer su gobierno con los sinsabores que esa malquerencia antioqueña le provoca. 

Lo llevan a hacer afirmaciones desafortunadas, como la de mediados de febrero en Santander, cuando dijo que las carreteras más costosas para el país son las que se hacen para los habitantes de “El Poblado, en Medellín, y Rionegro, donde quedan sus fincas”. 

¿No sabrá el presidente que las vías 4G que han motivado ‘la vaca’ antioqueña no pasan ni por El Poblado ni por Rionegro?

Lo que mejor podía haber hecho Petro ante esa ‘vaca’ era guardar silencio. Criticarla no era el mejor camino, pues con la donación se intenta resolver la falta de recursos nacionales y concluir unas vías que, si bien pasan por el suroeste de Antioquia, son necesarias para concluir un proyecto estratégico para Colombia, como es unir el Pacífico con el Caribe.

Más allá de los argumentos de la solidaridad antioqueña y de los contraargumentos sobre el regionalismo paisa, que también han abundado por estos días, lo que ha provocado el Presidente es una exacerbación del antipetrismo mayoritario de Antioquia.

Y no solo eso. Petro también ha irritado a una parte de los 942.000 antioqueños que votaron por él en la segunda vuelta presidencial de 2022. 

A pesar del mito de que Antioquia es unánimemente uribista, en esas elecciones el 32,5 por ciento de los votantes del departamento se inclinaron por Petro. 

Frente a ‘la vaca’, como antioqueña y en lo personal, no creo que los  ciudadanos que pagamos impuestos para que los gobiernos los inviertan en las obras y servicios que requiere el país, debamos financiar lo que el presidente de turno decida arbitrariamente desfinanciar.

Sin embargo, entiendo ‘la vaca’ de Antioquia como una respuesta a la necesidad de concluir las obras que se comienzan,  para echarlas a andar y salir del rezago que tiene Colombia en infraestructura vial.
Y, en todo caso, si a Petro no le gusta esa ‘vaca’ debería cumplir lo pactado en su momento entre la nación y Antioquia y Medellín. Lo único que no debería pasar es que las vías 4G, tan importantes para el país, se queden inconclusas.

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