Es un error tratar a los adultos mayores como niños

Por Natalia Romero Rosanía 

Lo primero que hay que entender es que los adultos mayores no adoptan comportamientos infantiles, sino que existen patologías que se presentan en estas edades que generan cambios comportamentales que se podrían interpretar como infantiles, pero que no lo son. “Es un grandísimo error pensar que el adulto mayor está siendo como un niño porque está haciendo cosas de niños, y que esto nos lleve a tratarlos como niños. Con este comportamiento les estamos haciendo daño, porque les estamos afectando su autoestima”, aclara la doctora Rosana Glück, especialista en psiquiatría geriátrica. 

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Habitualmente cuando hay cambios cognitivos en los adultos mayores, resultado de patologías relacionadas con cuadros demenciales, puede haber deterioros o cambios en sus comportamientos. Esto hace que sean más frágiles, más débiles y más dependientes. 

Cuando los hijos son los cuidadores de sus padres 

Para los hijos que están frente al cuidado de sus padres es una situación muy difícil de manejar y, por lo general, requieren de ayuda y, sobre todo, de herramientas para entender qué le está pasando a ese adulto mayor que lo está llevando a comportarse así. 

Es una situación real que algunos hijos pasan a ser los padres de sus padres. Esto sucede cuando estos ya no pueden ser independientes o requieren de ayuda para ser funcionales. “Como profesional de la salud no estoy de acuerdo en hablar de ‘comportamientos infantiles’ en los adultos mayores, y estoy segura de que muchos de mis colegas coinciden conmigo. Si un adulto mayor se hace chichí, no se está portando como un bebé, sino como un adulto mayor con una patología. La obligación es estudiarlo y entenderlo”, explica la psiquiatra.

El rol del cuidador de los adultos mayores es muy complejo y agotador cuando hay cambios comportamentales y cognitivos relacionados con la demencia. Lo idóneo es que en estos casos los cuidadores estén acompañados por profesionales, neurólogo y psiquiatra, para estudiar entre todos qué estrategias y herramientas deben usarse para afrontar esta situación de la mejor forma posible. 

Una de las situaciones más difíciles para los hijos de adultos mayores es lograr el equilibrio entre las responsabilidades propias y el cuidado de estos. Aquí es de vital importancia que las familias se pongan de acuerdo para establecer estrategias y horarios, y decidir si es necesario o no contratar ayudas externas o mudarlos a hogares o viviendas asistidas. La decisión depende de la patología que presente el adulto mayor, de las necesidades de cuidado y de las posibilidades de cada familia. “Estar junto a sus seres queridos siempre será lo ideal pero cuando la situación es muy compleja y requiere de cuidado por parte de profesionales, los hogares son una buena opción”, resalta la especialista. 

Los adultos mayores deben ocupar el lugar que se merecen en la sociedad

Lo importante es que los hijos entiendan qué le pasa al padre o a la madre y qué le está produciendo cambios en su comportamiento, sin enojarse, ni irritarse. Y desde este entendimiento encontrar herramientas, junto con el apoyo de los profesionales, para manejar la situación de la mejor manera posible. “Los adultos mayores merecen respeto, y como sociedad debemos ponerlos en un lugar de sabiduría. Sus comportamientos no son mañosos ni caprichosos, sino consecuencia de las patologías propias del proceso de envejecimiento”, concluye la doctora Glück. 

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