El futuro de Alquería es la sostenibilidad

El futuro de Alquería es la sostenibilidad

Este es un ejemplo de cómo las empresas se adaptan para aportar en la solución de asuntos ambientales en los que se involucran sus negocios. Alquería, un importante jugador en el mercado de lácteos, ha asumido su responsabilidad con seriedad.

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Frente a los enormes desafíos que implica la crisis global del medio ambiente, las empresas tienen un papel preponderante. Esto lo sabe muy bien Alquería, una de las grandes participantes en el mercado de lácteos en Colombia, y hoy ejemplo de compromiso en su esfuerzo por alcanzar hitos de sustentabilidad.

Adriana Velásquez, directora de Sostenibilidad y Sociedad de Alquería, en diálogo con CAMBIO destacó el trabajo que adelanta la compañía en frentes como reducción del impacto de la ganadería y la ambiciosa meta de alcanzar un balance de carbono positivo,
entre otros.

Por ejemplo, como empresa que se mueve en el consumo masivo, la utilización de empaques de plástico plantea un desafío frente a la crisis que significa el manejo de este material. “El tema del plástico –dice Adriana Velásquez– cada vez tiene una importancia
más amplia en Colombia y en el mundo. Es un elemento muy útil por su versatilidad, por su economía y por la capacidad de ser una barrera que protege el alimento”.

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“Estamos trabajando en un objetivo muy ambicioso: en 2023 queremos recuperar el equivalente a 100 por ciento del plástico que ponemos en el mercado”.



Esta es una meta costosa en tiempo, dinero y esfuerzo…

La respuesta es sí. No es fácil, pero es lo correcto. Cuando hacemos el análisis de lo que somos como empresa, el plástico sí es una preocupación genuina y lo ha sido durante años.
Alquería lleva una década investigando y alcanzando desarrollos relacionados con el plástico, no sólo para recoger lo que ponemos en el mercado, sino además para que utilicemos menos plástico: Alquería ha venido disminuyendo el calibre del plástico sistemáticamente en los últimos 10 años y hoy se usa un 30% menos material, con la meta de seguir avanzando en esta cifra.

¿Qué tanto influye el diseño en este objetivo?

Partiendo del ecodiseño para crear empaques enfocados en la reducción de materiales, tenemos lineamientos muy estrictos. Desde la investigación, el desarrollo y el mercadeo, cada vez que pensamos en un producto tenemos que resolver cómo ponemos menos
plástico en el mercado. Hoy, por ejemplo, usamos una bolsa de leche con un calibre muy bajo (el menor en Colombia) y totalmente reciclable. Y estamos haciendo pruebas para mejorar aún más.

¿Qué pasa con el plástico que llega al mercado?

Listo, ya pusimos el plástico en el mercado; porque, aunque hacemos investigación y desarrollo, igual aportamos plástico. Entonces, ¿qué tenemos que hacer para recogerlo? Por ejemplo, adelantamos campañas con los consumidores explicando que la bolsa es reciclable, hacemos parte de un colectivo de la ANDI y por medio de ellos recogemos un porcentaje de plástico, tenemos una alianza con la Asociación Nacional de Recicladores para fortalecer la cadena de reciclaje y dignificar el trabajo del reciclador; con la fundación Alquería Cavalier hacemos actividades en los colegios de Cundinamarca; tenemos puntos de recolección Ecobot en diferentes supermercados… Estas son solo algunas de las actividades que tenemos para lograr la meta de ser plástico neutro, y que se engloban en el programa Retorna Alquería.

¿Esto hace parte del esfuerzo por reducir el impacto de carbono de la empresa?

Sí. Empezamos medir nuestra huella de carbono en 2017, y a entender dónde están los principales factores de emisión para intervenirlos. En 2019 trazamos la hoja de ruta e hicimos un compromiso con el público y con nosotros mismos: ser carbono neutro a 2030.
La pandemia llegó y nos hizo replantear nuestra estrategia de sostenibilidad, pues la crisis climática no da espera. Entonces, adelantamos nuestra meta para 2025 y le sumamos un desafío adicional: lograr un balance de carbono positivo. Es decir, esperamos compensar más de la huella de carbono que estamos emitiendo, entregarle “oxígeno al ambiente”.

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“Una de nuestras más importantes aspiraciones está en la ganadería sustentable, y dentro de este tema, la protección de los páramos, y la deforestación, reforestación y regeneración”.



Todo esto se encuadra dentro de la iniciativa llamada Vaca Madrina, que es quizá nuestro proyecto más grande dentro de Alquería, actualmente en etapa de piloto en el sur del Cesar, para incrementar la productividad del ganado cuatro veces. Si logras que cada vaca
produzca cuatro veces más, disminuyes la huella de carbono por cada litro de leche y además estás contribuyendo en la mejora de la calidad de vida de los ganaderos.

En un plano realista y ante compromisos tan ambiciosos, ¿se cumplirán estos objetivos?

En Alquería tenemos un lema, que es TEP: Todo Es Posible. Entonces, no pensamos en
plantearnos metas realizables, sino en qué necesitamos hacer y cambiar para cumplir los
desafíos que parecen imposibles, y así conseguirlos.

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