15 Julio 2022

En el centenario de cuatro grandes figuras del cine

No solo el tan celebrado Pier Paolo Pasolini está cumpliendo cien años de nacimiento. Otros grandes directores de igual importancia que nacieron en 1922 dejaron una huella e influencia notable en el mundo del Séptimo Arte.

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Por Gustavo Valencia Patiño

frase-destacada

Tenía 58 años de edad cuando rodó su primer largometraje, pero su actividad como feminista comenzó micho antes. De hecho, fue una de las fundadoras de la Unión de Feministas Argentinas, compuesta por mujeres de diversas organizaciones y clases sociales.


Momentos (1981), su primer largometraje, es un trabajo en el que revela su talento fílmico para crear el mejor enfoque o el respectivo movimiento de cámara para que redunde en el aspecto que se esté tratando. En este caso, el hastío del matrimonio para una mujer que no cuenta como persona; la vacuidad y el sinsentido que conlleva una relación en esas condiciones,. Lo hace a través de un guion en que se afirma la mirada femenina al hombre, a la pareja, al macho dominante. Así, la historia que relata muestra a su vez que su adulterio no necesariamente es una solución, pues es un simple cambio de hombre y no de las condiciones socioculturales.

frase-destacada

Además de ser un conocedor y estudiosos de la sociedad española, Bardem también lo fue del cine de su país.


Su primer largometraje fue Cómicos (1953), una buena aproximación al mundo del teatro que conocía muy bien por las vivencias con sus padres. Los dos filmes que lo hicieron mundialmente conocido son Muerte de un ciclista (1955) y Calle mayor (1956). En la primera de ellas dibuja con gran precisión el alto mundo de la sociedad española, con importantes hombres de empresa y de gobierno y sus distinguidas esposas, todas ellas dedicadas a obras de caridad y beneficencia. A través de un excelente guion va desenmascarando toda esta artificiosa e hipócrita sociedad. La versión definitiva termina con la muerte del amante y luego de la esposa adúltera (Lucía Bosé), un final moralizante impuesto por la censura española.
El film no gustó en los sectores sociales al verse tan criticados de una manera tan abierta. Se irritaron y se sintieron ofendidos con esta realización, que ganó el premio de la Crítica Internacional en el Festival de Cannes. Al año siguiente, mientras rodaba Calle mayor, fue arrestado por la policía secreta española y aún permanecía encarcelado cuando obtuvo el galardón en Cannes.

frase-destacada

En 1956, mientras rodaba Calle mayor, fue arrestado por la policía secreta española y aún permanecía encarcelado cuando obtuvo el galardón en Cannes.


Continuó con el análisis de la realidad social a través de buenos guiones y con su especial concepto de la imagen que le permitía representar su variada puesta en escena. Sus dificultades con el régimen se acentuaron y casi no pudo filmar nada en su país, por lo que tuvo que irse a otros lugares, como, por ejemplo, Sonatas (1959) en México, Inocentes (1962) y Advertencia (1982) en Bulgaria. Sus opiniones como sus películas, junto con las de García Berlanga, le imprimieron una cierta renovación al cine de la era franquista y creó condiciones para que se desarrollaran nuevos temas y puntos de vista sobre cinematografía, que impulsaron notoriamente el cine español de aquellos años. Siempre se ha dicho que de Bardem, Berlanga y Buñuel, las tres Bes del cine español, el más radical y politizado fue Bardem. Murió en 2002 en Madrid.

frase-destacada

Apenas despuntaba la década de los 50 y Resnais ya era una figura incómoda para el resto de directores cuando todavía no se vislumbraba el movimiento de la nueva ola francesa.


Uno de sus primeros cortos fue Las estatuas también mueren (1953) realizado conjuntamente con Chris Marker, el director francés más politizado de toda esa generación. Es una denuncia directa y valiente sobre el colonialismo reinante que se aplicaba a las obras de arte del África subsahariana, sometidas a una comercialización que las desvirtuaba y reducía a objetos negociables en los que participaban importantes museos y centros culturales europeos. El alegato central del film indicaba que el arte africano fue deformado y acabado con la llegada de los conquistadores blancos al África; en últimas, una acusación directa al colonialismo francés, justo cuando empezaba la guerra de liberación de Argelia.
La condena no se hizo esperar y fue prohibida y censurada en varios países europeos. Apenas despuntaba la década de los 50 y Resnais ya era una figura incómoda para el resto de directores cuando todavía no se vislumbraba el movimiento de la nueva ola francesa.
En 1959 realizó Hiroshima mon amour, su primer largometraje, célebre por la estilística tan particular que emplea para hablar de esta tragedia, vista en proporciones universales y humanísticas al mostrar el poder de destrucción al que se ha llegado y que tanta angustia y temor ha generado. Recordar en plena Guerra Fría que el gobierno de Estados Unidos había originado 15 años antes esta hecatombe hizo que no gustara en los altos círculos del poder occidental. Por este trabajo recibió muchos reconocimientos, entre los que se destacan el Premio de la Crítica del Festival de Cannes, compartido en esa ocasión con Los 400 golpes, de FrancoisTruffaut. Era la entrada por la puerta grande de la nueva ola francesa y, por simple absorción, Resnais quedaba incluido en ella. Ningún director se iba a oponer públicamente a que se le considerara miembro de tan selecto grupo.

frase-destacada

Rosi se destaca por su especial mirada, va más allá de lo aparente para apreciar en detalle las complejas relaciones entre crimen organizado, policía, gobierno y empresas multinacionales.


Su primer largometraje, con el que se hizo muy famoso, fue La sfida (El desafío, de 1958), que narra la vida de un joven ambicioso que descubre que La Camorra controla el comercio hortifrutícola de la región y rápidamente crece con el negocio su riqueza y sus compromisos con los diferentes jefes mafiosos. Tangencialmente al argumento central Rosi elabora un registro casi documental de la religión y sus prácticas tan arraigadas en aquella Italia. El guion lo escribió junto con Suso Cecchi d’Amico, una de las grandes guionistas de aquella época, muy poco conocida y que trabajó en otras realizaciones de Rosi, así como de Visconti. La película ganó el Premio del Jurado en el Festival de Venecia.
Rosi continuó con Salvatore Giuliano (1961) que, junto con El caso Mattei (1972) y Lucky Luciano (1976), conforman un trilogía basada en personajes reales, célebres e históricos, sobre los que Rosi no hace una biografía sino que a partir de ellos y sus actividades muestra esa Italia que nadie quería ver. Películas con muchos detractores pero que ganaron varios premios en festivales internacionales, además de ser lo mejor de toda su obra.
La narración de Salvatore Giuliano comienza con el cadáver de este prófugo de la justicia y controvertido héroe del pueblo siciliano. A partir de ahí Rosi reconstruye el conflicto que involucra al Movimiento Independentista de Sicilia, que ya era fuerte desde antes de la Segunda Guerra Mundial, así como sus relaciones con la mafia y el ejército.
Lo mismo sucede con El caso Mattei, pero esta vez en gran escala y en otras proporciones. En esta película configurar las condiciones y sucesos que rodearon al empresario nacionalista Enrico Mattei, quien en la posguerra logró evitar que se vendiera el petróleo y gas de la incipiente industria italiana del hidrocarburo a las empresas de Estados Unidos. Por ese motivo fue perseguido y fustigado por los medios de comunicación y los monopolios internacionales del petróleo. En 1962 el avión privado en el que viajaba explotó y aún hoy sigue en el misterio sus causas, si fue un atentado o no. Esto es lo que presenta Rosi con su cine de indagación, de investigación previa, sin tampoco caer en el docudrama. La documentación le permite realizar un buen texto, que elaboró con el célebre escritor y poeta Tonino Guerra, guionista de muchos de los grandes directores italianos de aquellos años. La película ganó el Gran Premio en el Festival de Cannes de 1972.

frase-destacada

'Salvatore Giuliano',' El caso Mattei', y 'Lucky Luciano' conforman un trilogía basada en personajes reales, célebres e históricos, sobre los que Rosi no hace una biografía sino que a partir de ellos y sus actividades muestra esa Italia que nadie quería ver.


Con Lucky Luciano termina esta particular trilogía, en la que ahora escenifica ciertos acontecimientos en torno a la figura del famoso gángster siciliano-estadounidense y su deportación de Estados Unidos a Italia, donde construyó una poderosa red de distribución de droga a nivel internacional, en la que participaron la industria química italiana, el ejército estadounidense y otras organizaciones criminales italianas. Rosi se mantuvo en esta línea con Cadáveres excelentes (1976) y con Cristo se detuvo en Éboli, de 1979.
Luego continuó con buenos logros internacionales, ya con un marcado carácter comercial como Carmen (1984), adaptación para cine y en exteriores de la conocida ópera de Bizet y que sigue siendo un punto muy alto en este género. En 1987 dirigió Crónica de una muerte anunciada, basada en la novela homónima de Gabriel García Márquez. Se trata de una gran coproducción internacional. Es decir, un híbrido con mucha gente de varios países pero sin ninguna identidad nacional. Una realización de encargo, que es el término piadoso para denominar una realización con fines solo comerciales. Tan pronto se conoció la cinta, la prensa inquirió al premio nobel de literatura por su opinión al respecto. Su respuesta, muy macondiana por cierto y con lo que dejó dicho todo fue: “Me pagaron muy bien los derechos”. Rosi murió en Roma en 2015.

Apoya el periodismo que te gusta

Puedes cancelar en cualquier momento

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí