Turismo y sustentabilidad, un justo equilibrio en el norte de Ibagué
8 Noviembre 2022

Turismo y sustentabilidad, un justo equilibrio en el norte de Ibagué

Crédito: Foto Suministrada

Desde la producción de alimentos sin químicos hasta el avistamiento de aves son actividades que caracterizan este corredor turístico importante y que se ha potencializado cada vez más, a partir de las alianzas estratégicas entre la comunidad y la academia.

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Por Hernán Camilo Yepes, periodista de Unibagué

Explorar el nororiente de Ibagué significa, desde hace algunos años, adquirir toda una experiencia de perfecto equilibrio entre turismo y medioambiente, que se ha reforzado desde del ímpetu de sus pobladores y la participación de entidades, agremiaciones y la academia.

La evidencia clara es un corredor turístico integrado por el barrio especial El Salado, el corregimiento San Bernardo y la vereda Chucuní, donde la oferta de restaurantes, miradores, senderos, mercados orgánicos, casas de recreo, fincas, granjas integrales, ciclorrutas, hoteles y balnearios, entre otras opciones, se amplía en torno de una conexión especial con la naturaleza.

 


En estas localidades, limítrofes con Anzoátegui y Alvarado, municipios del centro-oriente tolimense, el conocimiento se ha perfeccionado de manera tal que quienes las visitan captan una mirada integral del territorio, mientras avistan aves, prueban leche o carnes producidas sin químicos y se hospedan en un cuarto con vista a la inmensidad de la meseta o de la capital musical.

La acción institucional

Para obtener la máxima potencia en estos procesos existen Agrotours Chucuní, Corposanbernardo y Corposalado, asociaciones que se enfocan en el desarrollo del territorio a partir del turismo como actividad transversal. Más que una grata experiencia, es todo un mensaje orientado a la conservación como el factor diferenciador frente a otras zonas de la ciudad.

Sumado a estas instituciones, unidas en la alianza estratégica denominada Grupo G3, está la Universidad de Ibagué, con su programa Paz y Región, que ha actuado en este corredor con la experiencia de sus estudiantes de últimos semestres al poner en marcha estrategias desde el mercadeo, la comunicación, el diseño, el desarrollo tanto tecnológico como logístico y el trabajo social, entre otras especialidades.

Como uno de estos ejemplos está Villa Cabras, finca familiar en Chucuní, a unos 30 minutos del centro geográfico de la capital tolimense, dirigida a fortalecer la relación entre el ciudadano y el campo a partir de la cabra, con sus productos, subproductos y costumbres.

“Que la gente cuando nos vea, se lleve la idea de un ambiente natural, con la conservación de nuestras tradiciones y gastronomía típica. Es más lo que recibimos que lo que podemos dar, pero la idea es que el trabajo se haga lo más provechoso posible, para que el resultado sea muy positivo”, explica.

Desarrollo para siempre

Sucede en cada rincón de este corredor. Se ha consolidado un circuito con gestores de cambio que le confieren valor agregado a su suelo, aprovechando factores como las mayores facilidades en transporte y comercialización e, incluso, la denominación de origen en producción arrocera que ostenta la Meseta de Ibagué, que brinda un simbolismo especial a toda acción.

Todos estos procesos tienen un denominador común muy definido, además de motivar el turismo: generar, a través de la experiencia turística, la cultura del cuidado del medioambiente, el respeto a la naturaleza y la identificación de los procesos de sustentabilidad.

Apoya el periodismo que te gusta

Puedes cancelar en cualquier momento

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí