Zanzibar, Halva y el mar, en la pluma de Abdulrazak Gurnah, premio Nobel 2021
Abdulrazak Gurnah.
Crédito: Colprensa
‘A orillas del mar', de Abdulrazak Gurnah, premio Nobel 2021, es un canto al África y también una denuncia a las fracturas que deja el colonialismo. Gurnah se presentará en el Hay festival el 28 de enero a las doce del día en el Centro de Convenciones.
Por Diana Castro Benetti.
A orillas del mar no es un relato exótico. Es un viaje por toda la costa este africana hasta la provincia arábiga, el cuerno de África y la India. Pasa por Malaca y llega a Shiraz. Historias de los oficios de mercaderes milenarios que llegaban con los monzones anuales para traer el oud-al-qamari, ese penetrante incienso del árbol de alóe, o llevar mesas de ébano talladas por artesanos africanos desde Tanzania a Omán. Barcos que traían no solo objetos extraños sino migrantes de aquí y de allá con algunas historias reales y otras tantas imaginadas en la botella de un genio de los deseos, un yin. Historias unas dentro de otras que crean la sensación de una narración infinita.
Este libro empieza por el final: es el punto de vista de un refugiado, Saleh Omar, viejo y taciturno, algo cansado y descreído. La conversación es con su traductor asignado del inglés al suajili cuando pide asilo en Gatwick, el aeropuerto de Londres. Ires y venires de recuerdos que develan la fuerza de una magnífica diversidad cultural: idiomas y mundillos cotidianos que son el canto a una África viva y comerciante de tabaco, dátiles, ganado, madera, telas, perfumes o pescado en salmuera; un espejo para mostrar lo que Occidente nunca respetó. Colonización y totalitarismo recorren las páginas de Gurnah al mismo tiempo que hace del jardín interior de una casa el lugar de los litigios y desvaríos humanos. No hay paraísos y Zanzíbar, la isla del océano índico, no es el oasis de los marineros. Las voces de quienes narran su destino son directas y expresan la cruda verdad de la condición humana: codicias y generosidades, inocencias y venganzas.
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A orillas del mar con el azul verde y las especias es, apenas, el atisbo a un continente lleno de tertulias y vigor. El recorrido de Gurnah es el reflejo directo de la ignorancia de Occidente frente a un continente devorado. Es la denuncia de las fracturas que deja el colonialismo y es la acusación al poder y sus abusos sea este religioso, político, familiar o económico.
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